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Venezuela y la victoria de la derecha en España

La “espontánea” aparición de VOX no ha significado ningún cambio de discurso en la derecha española, si entendemos por discurso el contenido, no su vehemencia. Los valores que defiende VOX son los mismos que los de Ciudadanos (Cs) y Partido Popular (PP).

La diferencia entre estos partidos es la claridad y la simplicidad de sus argumentos (no hay más que ver las 100 propuestas de VOX). Se valora en VOX su falta de hipocresía respecto a los populares y el partido naranja, sin embargo su discurso tiene la misma brecha entre propuesta y realidad en el ámbito ecónomico. Al igual que sus partidos hermanos se autodefine como liberal, para luego proponer medidas de subvención (tauromaquia, caza y hombres víctimas de la violencia de género) y de intervención por parte del Estado (un 155 sui generis).

>>¡No nos olvidemos del perfil neoliberal de VOX!<<

El pudor y la falta de valor en asumir las etiquetas que mejor les define, como serían fascistas, fachas o ultraderechistas, lo compensa VOX con un discurso claro y directo. Evitaré decir desacomplejado, sobre lo que en realidad siempre ha dicho la derecha. Tauromaquia, homofobia, xenofobia, machismo, nacionalismo español, ETA, independentismo catalán… Todo esto ya estaba en el discurso del PP y Cs, pero un poquito más escondido, con un poquito más de retórica. Ya lo dijo Díaz Ayuso, VOX no dice nada que no se haya dicho en el PP. Por este motivo, tanto el PP y como Cs no han tenido ningún problema en recrudecer sus formas y mostrar un discurso perfectamente intercambiable con los de Santiago Abascal.

Ante el intento de golpe en Venezuela compitieron en imperialismo e intervencionismo colonialista, el resultado acabó en empate. Los CMs de Rivera, Casado y Abascal no perdieron tiempo en apoyar el golpe de Gaidó y exigir a Pedro Sánchez que se comiera el marrón de reconocer a un golpista de extrema derecha.

>>El fenómeno VOX: un fertilizante llamado fascismo<<

Los mensajes eran bochornosos, sí, pero eran claros. Sus militantes o votantes podían identificar el posicionamiento de su líder. Era una respuesta cómoda. La derecha española lleva años demonizando el nombre de Venezuela, hasta convertirlo en un concepto, en un argumento de ataque. Venezuela = izquierda. Venezuela = pobreza. Izquierda = pobreza. Años de propaganda machacona, de verdades a medias y de mentiras completas para fortalecer un discurso sólido y con nulo contraste en los principales medios de comunicación.

En los niveles inferiores de la pirámide facha se celebró con el mismo entusiasmo. Los perfiles de Twitter con fotos de Clint Eastwood, banderitas españolas, y que en su bio se autodenominan “políticamente incorrecto” estaban alborozados, sin freno. Si Venezuela es miseria, cualquier cambio de gobierno es positivo. ¿Qué se trata de un golpe de estado? Da igual, es un detalle sin importancia. A ver si ahora eso iba a achantar a un partido, matriz de la derecha española y continuador ideológico del franquismo, que ya formó parte del “contubernio” que organizó el golpe de 2002.

>>V de Venezuela<<

La contundencia y el andamio que sujeta al discurso anti-Maduro que la derecha lleva más de diez años construyendo, no solo ha dado solidez al discurso de PP, Cs y VOX, la izquierda parece timorata y acomplejada, falta de argumentos y de firmeza. Esta izquierda tardó en reaccionar. Alberto Garzón, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero mostraron su condena al golpe.

Algunos como Pedro Sánchez o Íñigo Errejón tardaron en definir su postura, para acabar pidiendo elecciones en una muestra de imperialismo naif que muestra como sigue existiendo en algunos la idea de la España eterna que aún tiene nostalgia de su imperio. Enorme contraste con lo que se exige a otros aliados del reino, como Arabia Saudí o Marruecos.

Quizás el caso más triste es el de aquellos políticos, militantes de izquierda, que no se atreven a dar un apoyo contundente y argumentado sobre la soberanía de un país y su posicionamiento ante un intento de un golpe de estado. Su único argumento es estar en contra del golpe porque Trump o Abascal están a favor. Conclusión : la derecha ha ganado la discusión. Si tu único argumento es que no tienes argumento, estás derrotado.

>>La mano yanqui en Venezuela ya no se esconde<<

Con un poco más de idea, existe un último grupo, aquel que dice “no me gusta Maduro pero…”. Justificación ante la tesitura de acatar una situación injusta. Otra derrota.

No hace falta mucho más para ver en que se está diluyendo la izquierda española. No hacen falta análisis y estudios, encuestas o debates. Parece increíble la tibieza ante un golpe de estado a un país que ha sido presionado externa e internamente de manera constante por una oposición ultraderechista, ayudada y alentada por la ultraderecha mundial con EEUU a la cabeza. Parece mentira que la izquierda tenga que buscar excusas y subterfugios ante una situación injusta que puede desembocar en un baño de sangre.

>>Venezuela: España y la UE se pliegan ante la agenda golpista de Donald Trump<<

La derecha española arrasará. Lo de Andalucía no ha sido nada con lo que pasará en el resto del Estado en general, con las excepciones de siempre, y con lo que puede pasar en Madrid o Valencia en particular. ¿Qué aliciente puede tener el votante de izquierdas ante la continua división de sus partidos en partidos más pequeños, en el cainismo de la izquierda y ante un discurso flojo y tímido, casi como pidiendo perdón? ¿No hay argumentos suficientes para crear un discurso fuerte y contundente? ¿Tan alto es el nivel de vida que no hay posibilidad de mostrar la misma contundencia y claridad que los partidos de derechas?

Es la derecha la que actúa sin complejos a la vez que la izquierda está acomplejada.