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20 grandes discos de metal alternativo y derivados (1ª parte)

El metal alternativo es un subgénero fácil de explicar, de apuntar de dónde procede y hacia dónde va, sin embargo, las complicaciones llegan a la hora de asociar grupos al mismo. Lo explicamos.

El metal alternativo comienza a tomar forma en mitad de los años 80. Ahora bien, su mayor auge lo vivió en la década de los 90 y a principios del 2000.

Hablamos de un subgénero que adopta su forma principal por medio de elementos del heavy metal y del rock alternativo, aunque otros sonidos ayudan a moldearlo. Por eso encontramos tantos grupos asociados al alternativo y sin embargo algunos no suenan ni parecido. Esto también es debido a que el metal alternativo se expande, dando como resultado otros subgéneros como el funk metal, el nü metal y el rap metal.

¿Por qué es difícil asociar ciertos grupos a este sonido? Es más fácil explicarlo de forma resumida para no complicarlo más. Al interferir en él tantos elementos procedentes de otras fuentes musicales, además de las dos principales, y al resultar también tan flexible, muchas bandas asociadas pueden pertenecer a varios movimientos musicales a la vez.

Esto es algo que pasa con nombres como Alice in Chains o Soundgarden. Ambos tienen su epicentro en el grunge, pero debido a ciertos ingredientes musicales a lo largo de su trayectoria, también pueden incluirse en el metal alternativo sin que estemos cayendo en el error. Esto también es fácil de explicar, ya que el grunge tiene tentáculos que tocan con el metal alternativo, pero siempre de forma secundaria. Recordemos que el grunge se forma a partir de un cóctel de hard rock, rock alternativo, punk e incluso noise rock.

Es por este motivo por el que ninguna banda asociada al grunge aparecerá en las dos partes de este artículo, ya que tendrá uno propio. En esta ocasión incluiremos obras de metal alternativo y sus “hijos”: funk metal, rap metal y nü metal. Incluso algunos de los discos elegidos tendrán tendencias progresivas como elementos enriquecedores, puesto que hay que recordar que las etiquetas no son exactas y que los grupos pueden poner un pie aquí y otro allá, pisando más en un lado o en el otro, o en ambos por igual. Los artistas musicales no suelen esclavos de un solo sonido.

Esperamos que podáis disfrtutar de esa primera parte de la selección, y que ello sea motivo para que esperéis con ganas a la segunda. Vamos con las diez primeras referencias.

Tool – Lateralus (2001)

Pocos grupos pueden presumir de agitar el mundo de la música con una propuesta tan creativa como ambiciosa. Los estadounidenses Tool venían golpeando fuerte desde sus comienzos por medio de diferentes epés y álbumes como Undertow o el flamante Ænima. A pesar de que con éste último parecían tocar su techo creativo, la publicación de Lateralus fue todo un acontecimiento, en parte por todas las historias y teorías que han rodeado la figura del mismo.

Metal alternativo con fuertes elementos progresivos, carácter experimental y dosis de post metal que dejaron atónitos a crítica y público. Las técnicas empleadas para su grabación fueron cuanto menos interesantes, la canción que da título al disco refleja la secuencia de Fibonacci y gran parte del álbum tiene mucho que ver con la aplicación de las matemáticas a la música.
Todas estas características no ahuyentaron al gran público. Todo lo contrario, ya que fue número 1 en potentes mercados y obtuvo el certificado de platino en varios países.

Canciones destacadas: “The Grudge”, “Schism”, “Parabola” y “Lateralus”:

Atomship – The Crash of ’47 (2004)

Formados en el estado de Mississipi (Estados Unidos) a principios de la década de los 2000, los Atomship mostraron sus credenciales con este debut publicado en 2004. A pesar de no ser muy populares, The Crash of ’97 llamó la atención en el círculo alternativo gracias a una colección de canciones muy vitalistas, con buenas guitarras, base rítmica notable y unas melodías trabajadas. El álbum está producido por Dave Fortman, conocido por su trabajo con Evanescence, Godsmack, Slipknot y Mudvayne. En la actualidad se les ha perdido la pista. Llegaron a cambiar su nombre por el de AtomshipDown, después a Watership Down, para volver recientemente al nombre con el que firmaron este disco. El único single extraído fue “Pencil Fight”, de impecable factura, aunque sorprenden aún más con “Mothra”, en el que se atreven con elementos progresivos.

Canciones destacadas: “Mothra”, “Pencil Fight”, “Withered” y “Time for People”.

Devin Townsend Project – Addicted (2009)

Al músico canadiense Devin Townsend las etiquetas le importan bien poco. Lo ha dejado bien claro a lo largo de su carrera, puesto que ha creado bandas y proyectos de diferentes sonoridades. Con el tiempo ha seguido la misma tendencia ecléctica, a pesar de que se le suele asociar al metal progresivo y al movimiento más vanguardista. Uno de los mejores ejemplos es Addicted, álbum en el que descarga su lado más alternativo, si bien hay querencias por el metal industrial e incluso preciosas y cristalinas tonadas pop rock como “Ih-Ah!”. Está firmado con el nombre Devin Townsend Project, acompañándose de músicos como el guitarrista Mark Cimino, el bajista Brian Waddell y el batería Ryan Van Poederooyen. Cuenta con colaboraciones como las de la vocalista Anneke van Giersbergen (ex The Gathering), o el teclista Dave Young, entre otros. Enérgico, melódico y épico. Es un trabajo muy completo.

Canciones destacadas: “Addicted!”, “Supercrush!”, “Hyperdrive!” y “Ih-Ah!”.

Fair to Midland – Arrows & Anchors (2011)

La trayectoria del grupo texano iba en aumento. Cada paso que daban era firme y hacia delante, pero lamentablemente hay que advertir que se disolvieron en 2013. Justo cuando acabaron la gira de este álbum y pretendían componer material nuevo para continuar su carrera, el grupo cesó en su actividad, al parecer por deudas y falta de apoyo de sellos discográficos. Y eso que en su momento fueron apoyados por el de Serj Tankian (System of A Down).
Arrows & Anchors es un disco de metal alternativo con algunos elementos de art rock y sutiles pinceladas progresivas. Con unos desarrollos instrumentales bien estructurados y llamativos, más un puñado de buenas canciones con brillo en el apartado melódico, fueron capaces de alcanzar el puesto 65 en la lista genérica del Billboard. Ni así pudieron seguir su camino.

Canciones destacadas: “Whiskey & Ritalin”, “Musical Chairs”, “Amarillo Sleeps on My Pillow” y “The Greener Grass”.

Living Colour – Vivid (1988)

Aunque la carrera de los Living Colour fue de más a menos, hay que reconocer que durante un tiempo presentaron una de las propuestas más excitantes de la música. Nunca escondieron su pasión por la fusión de diferentes sonidos y ya desde su debut apostaron mayoritariamente por el rock/metal alternativo y el funk metal, con buenas dosis de hard rock.

Si hay un líder en el grupo, ese es sin duda el guitarrista Vernon Reid, autor de la mayoría de las composiciones, aunque fue uno creado junto a sus compañeros el que estalló mundialmente. Hablamos de “Cult of Personality”, un himno con unos riffs machacones, melodías vocales extraordinarias y una base rítmica apabullante con una pegada al más puro estilo Led Zeppelin. No sería el único tema de matrícula de honor, aunque sí el más importante. Vivid fue producido por Ed Stasium y Mick Jagger. El propio Rolling Stone hace los coros en “Glamour Boys”.

Canciones destacadas: “Cult of Personality”, “Middle Man”, “Open Letter (To a Landlord)” y “Glamour Boys”.

Mr. Bungle – Mr. Bungle (1991)

Formación estadounidense nacida en mitad de la década de los 80 que no consiguió despegar hasta 1991, momento en el que aparece este álbum homónimo. Mr. Bungle, que cuenta con Mike Patton (Faith No More) en sus filas, no ofrece una propuesta musical fácil de digerir. De hecho, en sus composiciones reinan la creatividad y el caos. En él podemos escuchar funk metal, rock experimental, metal vanguardista, ska, jazz y ritmos circenses. Todo ello aderezado por textos satíricos y surrealistas.

Los ingredientes plasmados nos dejan entrever a un grupo de músicos talentosos con muchas ideas, aunque por momentos parezcan desordenadas. Pueden dejarte con la boca abierta o agobiarte, pero lo que está claro es que ni con éste ni con sus dos discos posteriores han causado indiferencia.

Canciones destacadas: “Quote Unquote”, Squeeze Me Macaroni”, “Carousel” y “Stubb (A Dub)”.

Deftones – White Pony (2000)

Hubo un tiempo en que los Deftones estaban en boca de medio mundo. Sí, es una exageración, pero no el que la MTV y VH1 los pinchasen casi a cada momento. Esa época de mayor esplendor para la banda estadounidense coincidió con la salida de White Ponyálbum con el que irrumpirían con fuerza en el Billboard estadounidense al alcanzar el puesto número 3.

La música de los Deftones iba en consonancia con las tendencias más pesadas del momento, es decir, metal alternativo y nü metal, aunque ellos aquí añadieron pinceladas de post rock y shoegaze. Su mayor éxito fue “Change (In the House of Flies)”, con el que también llamaron poderosamente la atención en el Reino Unido. Aún así, el disco está repleto de grandes canciones del estilo como “Digital Bath”. Siguen en activo y en buena forma, si bien es cierto que con el más reciente, Gore (2016), han pinchado en hueso.

Canciones destacadas: “Digital Bath”, “RX Queen”, “Passenger” y “Change (In the House of Flies)”.

Primus – Sailing the Seas of Cheese (1991)

La banda norteamericana Primus nació en mitad de la década de los 80, aunque fue entrando en los 90 cuando publicó su debut Frizzle FryRápidamente comenzaron a llamar la atención en los círculos alternativos de la música, pero ya con el segundo Sailing the Seas of Cheese dejaron el anonimato para convertirse en referentes del metal alternativo. Se enfocan hacia la vertiente del funk metal con grandes dosis de experimentación, en el que el bajo de Les Claypool acapara el mayor protagonismo. Aún así, las guitarras de Larry LaLonde y la batería de Tim Alexander son lo suficientemente solventes como para seguir la destreza del inquieto bajo de Les.

Del disco se extrajeron tres singles, siendo el más determinante “Jerry Was A Race Car Driver”. Todavía siguen en activo, aunque el bueno de Claypool está inmerso en multitud de proyectos.
A día de hoy, el álbum cuenta con un disco de platino en su haber.

Canciones destacadas: “Sgt. Baker”, “Jerry Was a Race Car Driver”, “Tommy the Cat” y “Those Damned Blue Collar Tweekers”.

Helmet – Meantime (1992)

El segundo álbum de los estadounidenses Helmet desprende rabia y agresividad. Todas esas emociones están muy bien canalizadas en cuanto a instrumentación y melodías vocales. Meantime fue lanzado por el sello Interscope y producido por el propio grupo, que al fin y al cabo son los que mejor sabían cómo debía sonar el disco y de qué manera en cada momento. Hay riffs tremendamente pesados, densas líneas de bajo y mucha visceralidad. Aún así, hablamos de su álbum más vendido. Fue certificado con un disco de oro en los Estados Unidos.

A partir de este trabajo, los Helmet seguirían alimentando su faceta de banda de culto por medio de buenos discos, aunque hay que apuntar que en los últimos tiempos no han pulsado la tecla adecuada y están muy lejos del nivel de sus tres o cuatro primeras referencias discográficas.

Canciones destacadas: “In the Meantime”, “Unsung”, “Turned Out” y “You Borrowed”.

OSI – Blood (2009)

OSI es un duo estadounidense formado por Jim Matheos (Fates Warning) y Kevin Moore (Dream Theater, Fates Warning…). Ambos se encargan de los teclados y las programaciones, aunque el primero también de las guitarras, y el segundo de las voces principales. Si hubiese que definir el sonido de Bloodtercer álbum del duo, habría que hablar de metal alternativo fusionado con progresivo y unos cuantos elementos electrónicos que lo dotan de cierto carácter industrial.

Si se ha elegido precisamente este trabajo es porque, además de ser una magnífica referencia de OSI, se trata del que más tiene que ver con la temática alternativa que hoy nos ocupa. Matheos y Moore están acompañados por Gavin Harrison a la batería (Porcupine Tree) y por lujosas colaboraciones como las de Mikael Åkerfeldt (Opeth) o Tim Bowness (Porcupine Tree, etc.).
Este disco es un buen ejemplo de cómo se puede formar parte del metal alternativo mediante una propuesta diferente a la de la mayoría de bandas asociadas al subgénero.

Canciones destacadas: “The Escape Artist”, “False Start”, “Radiologue” y “Blood”.

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