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A debate: las palabras sobre el independentismo de Cayo Lara

El pasado día 23 de marzo, Cayo Lara, antiguo Coordinador Federal de Izquierda Unida, durante un acto en Palma del Río (Córdoba), hacía esta intervención:

No es bueno ni para Andalucía ni para España que en Catalunya avance más el independentismo. El independentismo es egoísmo. Es que quieren comer en su solo plato y no quieren compartir el plato con los demás. Por eso es una irresponsabilidad cuando escucho a gente representante de los jornaleros y jornaleras en Andalucía decir que defienden la independencia de Catalunya. ¿Con qué piensan pagar el PER? ¿Con qué piensan pagar el PER? Estamos hablando de economía, estamos hablando de caja única de la Seguridad Social, estamos hablando de que el estado debe ser garante de la solidaridad. Porque, si mañana se independiza Catalunya, después se independiza Euskadi, después se independiza Galicia, me contáis qué es lo que vamos a quedar aquí.

Tras estas palabras tuvo lugar un acalorado debate sobre la posición de la izquierda respecto a la independencia de Cataluña. Reproducimos a continuación dos textos de dos de nuestros colaboradores, Consolat de Marinaleda en Sant Esteve de les Roures y Javier Jódar. Consolat defiende que el exCoordinador Federal de IU está equivocado, mientras que Javier defenderá la postura del agricultor de Argamasilla de Alba.

En contra de lo dicho por Cayo Lara

“El Independentismo es egoísmo”

El independentismo se crea desde la base soberanista de la izquierda. Ningún pueblo es secesionista si no se siente oprimido. No se puede obviar que existe, ahora más que nunca, un nacionalismo español muy fuerte. Y existen otros nacionalismos en la península. Ninguno de ellos ha comenzado con una idea secesionista, son simplemente pueblos con identidad propia que quieren solución a los problemas que tienen. Cuando el estado no responde a esta problemática, el pueblo reclama mayor soberanía como forma de tener las herramientas de solventarla. Cuando el estado no accede, y no toma cartas en el asunto, con los años el pueblo se siente desamparado por el estado donde vive, que no le permite atender a sus necesidades intrínsecas, y de ahí nace el secesionismo.

Si el estado, que tiene la vajilla entera, no da platos suficientes, y hay hambre, es normal que quien produce la comida quiera dejar de pasar hambre. Si el centralismo no mira por los pueblos que debiera proteger, sí, entonces se entiende que éstos dejen de mirar por el estado y se preocupen por su propio plato.

Pongamos por caso aquello a lo que alude Cayo Lara en su intervención: El problema del reparto de la tierra en Andalucía, causa y fondo del PER. Andalucía lleva más de 500 años con una situación de latifundismo que, lejos de solventarse, se ha ido empeorando. En 5 siglos, España no ha solventado esta situación, como correspondería al estado en el que está englobada Andalucía, y tampoco ha permitido que Andalucía tenga las competencias para acometer una reforma agraria integral que acabe con esta problemática. Entonces, el jornalero, que lleva generaciones pasando hambre en una tierra que es rica, puede con justicia, tras cansarse de pedir al estado que cambie su situación, volverse a organizaciones soberanistas que están más en sintonía con su problemática.

Y, en el fondo, es eso: El egoísmo realmente es el centralismo. Porque el centralismo español sí es burgués, porque se lucran con el trabajo de otras. Porque quien reparte el pastel nunca pasa hambre, y pasa al acomodo con facilidad, hasta sólo entregar migajas.

Pero lo que consigue Cayo con este discurso es precisamente que aumente el independentismo en Catalunya. Cuando uno oye que sólo le quieren para hacer de vaca lechera (máxime cuando no hay planes de desarrollo en condiciones para que las ayudas dejen de ser necesarias en el futuro), cuando el único motivo por el que dicen que te quieren, después de recibir tanta represión por ejercer el derecho tu derecho a la autodeterminación es para que des dinero, es imposible que te sientas querida. Escuchando estas palabras dirigidas a tu tierra, lo más normal es que sientas más desapego a ese estado.

“El Independentismo burgués”

Es el típico argumento para justificar el ataque a Catalunya, pero el burgués que causa la falta de reparto de la riqueza en Andalucía es centralista, no independentista. El movimiento secesionista actual en Catalunya surge del pueblo, los políticos han respondido a este llamamiento, como deberían hacer. Meter en el mismo saco a partidos como la antigua CiU y la CUP parece un desatino. Aunque tanto derecha como izquierda tengan sus motivos, diferentes obviamente, no hablamos de clases. Su comentario no iba por la burguesía, sino por el pueblo al completo, lo cual puede ser interpretado como un error muy grave desde el punto de vista de la izquierda.

La manera de acabar con la desigualdad social

Parece increíble que un político que se dice comunista prefiera ensalzar el enfrentamiento entre pueblos que la lucha entre clases, que intente enfrentar al pueblo andaluz con el catalán. No estamos hablando de burguesía y pueblo trabajador, no. Estamos hablando de dos pueblos con lazos de sangre, con luchas paralelas a lo largo de la historia.

Pero es que este discurso no es nuevo: El mismo que utilizó en el pasado Durán i Lleida, el mismo que permitió a la ultraderecha gobernar en el Parlamento Andaluz. Son las mismas palabras de Vox, Ciudadanos, Partido Popular y PSOE.

Cuando existe un problema de desigualdad social, de reparto de la riqueza, hay que afrontar ese problema, y plantar cara a la burguesía que acapara las riquezas que impiden que el pueblo se pueda desarrollar, y esa burguesía es el cacique andaluz, apoyado por las instituciones del estado. Ser mantenidas por Catalunya, o por España, no es ningún avance, al revés. Andalucía es una tierra extremadamente rica en muchísimos aspectos, pese a no habérsele permitido desarrollar un tejido industrial propio y fuerte.

El problema no es recibir ayudas de fuera, no; el problema es que, siendo la tercera comunidad más rica del estado, el PIB per cápita sea el segundo más bajo, un 25% por debajo de la media y casi la mitad que el de Madrid. Y si un autodenominado comunista no ve que éste es el problema de base (problema que otras agrupaciones netamente andaluzas sí ven y afrontan, con mayor o menor grado de éxito), y trata de paliarlo con ayudas, ¿es posible que tenga claro cómo llegar a la igualdad de clases?

PIB por comunidades (fuente: Instituto Nacional de Estadística)
PIB per Cápita (fuente: Instituto Nacional de Estadística)
Las ayudas económicas

El PER (Plan de Empleo Rural) es un sistema deficitario y problemático. Hace falta la firma del patrón para cobrar, y existe muchísimo fraude en un entorno como el agrario, donde las auditorías y controles lucen por su ausencia. El patrón firma así a sus allegadas, hayan trabajado o no, y controla a quienes nada tienen con el poder que esta regulación le ha dado. Quien no sea sumiso, dispuesto a trabajar cuanto, cuando y como quiera, no recibirá su firma.

Por otro lado, el coste anual de este subsidio y la renta agraria es de 700 millones de euros, lo cual supone un 2% de todo el gasto nacional de desempleo.

El agricultor andaluz no aboga por cobrar una ayuda de este tipo, que lo único que hace es mantener un sistema de no utilización del campo. El agricultor andaluz, el jornalero, quiere trabajar. Rompamos con el mito arcaico y pernicioso de querer vivir de ayudas. El mejor ejemplo lo tenemos en las ocupaciones de Marinaleda o de Cerro Libertad, donde las andaluzas del campo se arriesgan a quebrantar la ley para poder trabajar. El PER no sirve para mejorar la situación del campo, sino para perpetuar la situación del latifundismo y la opresión al jornalero.

El PAC (Pago de Ayudas de la Política Agraria Común) se realiza por superficie. Es decir, la ayuda va para el propietario. Nuevamente, el contrarreparto de la riqueza.

Densidad de población
Mapa del Pago Básico de 2017
Reparto del Pago Básico (fuente: Moncloa)

Andalucía no quiere ni merece vivir de mendicidad. Afirmar esto ya es en sí despectivo para con el pueblo andaluz. Como ya se ha recalcado, Andalucía no adolece de riquezas y recurrir a ayudas (estatales o internas) es poner una tirita para curar un miembro amputado. Es el mismo mecanismo que el Partido Popular utilizó en Galiza durante tantos años y que ha servido al caciquismo del PSOE para controlar a la clase agraria andaluza.

El problema del voto andaluz

Tras las últimas elecciones en Andalucía, el votante de izquierdas andaluz ha recibido críticas muy duras en cuanto a la abstención. Para las próximas estatales se pone al votante de izquierdas en la tesitura de votar a un partido de izquierdas anticatalanista, con un discurso que se asemeja cada vez más al de la derecha que gobierna en su tierra, o abstenerse. La situación que ha causado Cayo Lara es muy tóxica para dos pueblos, y para Unidas Podemos, que si protesta contra estas afirmaciones pone en riesgo un pacto de izquierdas con opciones de decidir el futuro del estado. Es un juego muy peligroso el que se está jugando, que puede salirle bien a Unidas Podemos, o darle un serio revés. Recordemos que al PSOE no le funcionó, y sí al PP, Cs y VOX. El futuro gobierno de todo el estado está en juego, y esperamos que haya medido bien sus palabras, aunque salgan perdiendo Andalucía y Catalunya.

Texto escrito por Consolat de Marinaleda en Sant Esvete de les Roures.

A favor de lo dicho por Cayo Lara

Unas palabras de Cayo Lara en la presentación de la candidatura de IU a las elecciones municipales de Palma del Río, Córdoba, han levantado una polvareda en las redes sociales que no extraña en los nacionalistas, pero que sí dice mucho de la deriva ideológica de parte de la izquierda española.

Quienes han salido a insultar a Cayo Lara han obviado todo su discurso y solo se han centrado en esas palabras, con las que llama a los jornaleros andaluces a defender sus intereses de clase y no se dejen arrastrar por veleidades pequeñoburguesas foráneas. ¿Por qué pronuncia Cayo esas frases sin pelos en la lengua? Analicemos el discurso en lo referente al nacionalismo y a la clase trabajadora.

En su presentación de la candidata a alcaldesa, alaba en ella su solidaridad con las causas justas, como la ayuda al pueblo saharaui, (en este momento acude al Che Guevara para recordar que “la solidaridad es la ternura de los pueblos”). Primera pincelada de diferenciación del nacionalismo pequeñoburgués catalán con la lucha de un pueblo oprimido, es decir, CL entiende el nacionalismo de una nación sojuzgada.

Dice de la candidata que será una representante de la clase trabajadora, un concepto que ya pocos se atreven a pronunciar, dado que ahora se lleva la transversalidad, lo que convierte a un proyecto político en una amalgama de intereses en el que caben Botín y su conserje. Cayo Lara sabe que en la sociedad hay conflictos y contradicciones, intereses de clases sociales, entre clases sociales, en las propias clases sociales. Lara se posiciona en defensa del interés general, y en particular, de la clase trabajadora.

El anterior Coordinador Federal de IU también sabe que hay gente que no cree en su organización, a pesar de ser un instrumento necesario para la transformación social, para conseguir una sociedad más justa, igualitaria, democrática, republicana, feminista, sostenible. Al no ser sectario, Cayo Lara le recomienda a la candidata que acuerde con diferentes, la vida es negociación, será la correlación de fuerzas la que determine quien se lleve el gato al agua, pero siempre con el programa de clase trabajadora.

Acaba la presentación y cita el papel que debe asumir el Estado como garante de los mismos derechos de los ciudadanos en cualquier parte del territorio español, lo cual entra en contradicción con la independencia de parte de los territorios españoles, sería un desastre para la clase trabajadora andaluza. El Estado como garante de empleo, fiscalidad justa para el mantenimiento de los servicios sociales, porque sin esos servicios públicos la clase trabajadora sería la de los parias de este país, la clase trabajadora necesita Estado. El Estado debe ser garante de que el conocimiento, la investigación y el desarrollo se ponga al servicio del interés de todos y no solo de una minoría.

Expone Cayo que estamos sin presupuestos, los más sociales de los últimos años, por los votos en contra de las derechas y los independentistas, esos independentistas que quieren una república catalana, ¿qué clase de república?, se pregunta retóricamente el dirigente de izquierdas.

Es la primera andanada directa contra los nacionalistas, los conservadores y los de izquierda que han antepuesto su lucha por la independencia a la lucha social, y que me perdone Joan Tardá, para mí el mejor diputado de la democracia tras Julio Anguita.

Expone las consecuencias que ha tenido para los trabajadores el bloqueo de los presupuestos por parte de las derechas y los independentistas, una forma de diluir el Estado que los trabajadores necesitan. No elude el tema de los impuestos que ese bloqueo ha frenado, que habría conseguido un reparto más justo de la carga fiscal entre todos los ciudadanos, no solo sobre los lomos de los trabajadores.

Detalla las políticas antisociales de los compañeros de bloqueo presupuestario de los independentistas, ahora peor para los andaluces por la presencia de los neoliberales trogloditas en su Parlamento, que lo primero que aprobaron fue una exención de impuestos a los ricos, y si los ricos no pagan impuestos los pobres no tendremos sanidad ni educación. Al hablar de las pensiones, reconoce una argucia de los nacionalistas vascos para conseguir de Rajoy una subida del 1,6 %.

Al llamar al voto a la izquierda a los presentes el próximo 28 de abril para impedir que avancen las derechas y el independentismo, es cuando pronuncia las palabras reproducidas al principio del artículo. Pero continúa argumentando su clara oposición al separatismo comandado por dos fuerzas antagónicas como son las derechas y la socialdemocracia catalanas al exponer que los territorios que piden la independencia siempre han sido los territorios ricos, en España y en Europa. Acaba su exposición preguntando si a las derechas y a los independentistas les han preocupado el pueblo, si solo les preocupan las banderas, que no son el problema de comer del pueblo.

El discurso de Cayo Lara es un canto a la defensa de la clase trabajadora, que no debe permitir el debilitamiento del Estado, porque solamente un Estado fuerte puede garantizarle el acceso a la sanidad, la educación o la dependencia. Porque si los separatismos triunfaran, los impuestos recaudados serían menores, ocurriría entre los territorios como con las clases sociales, que los ricos no pagarían porque se han ido y los pobres no podrían afrontar los gastos, a eso se refiere cuando pregunta quién pagará el PER; la solidaridad interterritorial no puede ser obviada por quienes se pretenden representantes de los jornaleros andaluces, hay unos intereses de la clase trabajadora que no pueden ser sometidos a un independentismo comandado por fuerzas antirrevolucionarias, que anteponen la bandera al sufrimiento del pueblo.

¿Qué república les espera a los catalanes con unos gobernantes que no apoyan los presupuestos sociales? No lo dice el ex de IU, pero los hipotéticos gobernantes catalanes son otanistas y se sienten muy cómodos en la Europa de los mercaderes, no merece el sacrificio de la clase trabajadora la consecución de una república que les seguirá dejando en manos de las multinacionales, en las garras del capitalismo criminal.

Texto escrito por Javier Jódar.