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Crónicas de confinamiento por coronavirus. ¿Está el virus en casa?

Anoche no cené nada porque como me había bajado el termo de mate no tenía hambre, mi amiga comió las habas del mediodía y el ángel una manzana, después de unos capítulos de Naruto nos fuimos todos a dormir.

8:00

Me desperté pensando en que era súper tarde por la luz que entraba por la ventana de mi habitación, pero miré el teléfono para ver la hora y obviamente me di vuelta y seguí durmiendo.

10:00

Ahora sí. Cuando miré el teléfono me pareció un buen horario para levantarme, porque a pesar de que sea nuestro día de gala hoy la comida me tocaba hacerla a mí, y me iba a llevar bastante tiempo.

10:30

La gente de casa, como me lo esperaba, ya estaba levantada. Mi amiga no se sentía muy bien, por lo tanto la linda energía que se siente habitualmente los domingos no estaba, pero con el ángel intentamos ponerle onda.

Desayuné un mocachino con galletitas, nada mal para ser mi desayuno libre de dieta.

11:00

Después de fumar, hablar un poco con mi amiga sobre cómo se sentía, me propusieron ver una peli pero no podía sentarme en ese momento. Ya era hora de que me pusiera a cocinar porque el menú de hoy es: empanadas de carne y otras de tomate y queso, con la masa casera.

Primero lavé todos los platos que habían quedado de anoche, y me puse a hacer los rellenos, lo ideal es que estén bien fríos para cuando se arman las empanadas.

Busqué varias recetas para la masa, porque no tenia ni puta idea de como hacerla, esta era mi primera vez y estaba bastante nerviosa, quería que quedara perfecta.

15:00

Por fin llegó la hora del almuerzo. Las empanadas tenían muy buena pinta pero la masa no me quedó bien, no estaba fea pero no era la típica masa de empanada argentina, así que me dio un poco de bajón.

Pero el verdadero problema empezó cuando mi amiga explotó por no tener gusto ni olfato y no poder saborear bien la comida. Fue una situación muy complicada porque claro, ¿cómo animas a una persona que lleva confinada 29 días, y que encima se queda sin gusto ni olfato de un día para otro?

Gracias a lo que sea que nos controle, el ángel pudo animarla y almorzó. Pero el ambiente estaba bastante raro.

16:30

Terminamos de comer con brownie de postre. Yo lo comí con una bola de helado de caramelo y después me serví más helado. Las dos cosas estaban buenísimas pero ese helado tenía bolitas de dulce de leche, una locura.

17:00

Mi amiga se fue a dormir un poco, necesitaba recostarse a ver si recuperaba fuerzas, le tomamos la fiebre varias veces pero no tenía y nos quedamos todos más tranquilos con eso.

El ángel se puso a jugar a la Xbox One y yo me fui al balcón a tomar sol, para relajarme un poco y escuchar música mientras pensaba en toda la locura que estamos viviendo.

Cuando no pude más me puse a caminar de un lado al otro en el balcón. Necesitaba moverme. Justo cuando se fue el sol me llegó un mensaje de mi amiga que ya se había despertado. Su padrino le iba a traer una mona de pascuas.

Acá en Cataluña se regala la mona de pascua que es un bizcochuelo de chocolate con huevitos de pascua de chocolate, claro está. La recibí y se la llevé a su habitación.

Era una cosa hermosa y chocolatosa y mi amiga empezó a maldecir en todos los idiomas, porque claro, justo hoy que le mandan una mona en el que es nuestro día libre de dieta, sin ejercicio y no estaba sintiendo el gusto de nada.

Tenemos esperanza en que se va recuperar pronto. Y sí, se nos ha cruzado por la cabeza que quizás tiene el virus, pero hasta que no presente más síntomas no vamos a llamar a un médico.

20:00

Entre la mona y todo se hizo la hora de aplaudir. Mi amiga se levantó de la cama y nos fuimos las dos al balcón. ¡Qué hermosos son los domingos de verdad! A pesar de todo se veía que la gente estaba más animada, y mi amiga ya estaba un poco mejor también.

Un día más de confinamiento, un día menos para poder salir a la calle.