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Crónicas de confinamiento por coronavirus. ¡Me fui de casa!

Lunes 4. Día 51.

El día empezó muy bien. En mi trabajo estamos haciendo unos cambios por lo tanto esta semana es un pelín más relajada que de costumbre. Después de desayunar me puse con la compu hasta que se hizo la hora de hacer ejercicio. Hoy es día de compras, entonces quedamos con los de casa que en cuanto yo terminara de hacer deporte nos poníamos a hacer la lista para el supermercado.

Cuando nos pusimos con eso nos costó un poco ponernos de acuerdo. Después de tantos días confinados juntos en casa nos cuesta un poco más ser un equipo homogéneo, y antes de que todo se nos fuera de las manos decidí hablar con mi primo e irme a su casa.

Martes 5. Día 52.

El reencuentro con mi primo fue tremendo, no nos veíamos desde hacía ya más de dos años y el momento en el que nos abrazamos después de tanto tiempo lo sentí con felicidad. Llegué por la noche y él ya estaba preparando la cena.

Me levanté sin poder creer donde estaba y con quién. Caí en la cuenta de lo afortunada que soy por haber tenido la oportunidad de venir a su casa, porque primero no queda lejos de la mía, y segundo estoy con un familiar después de mucho tiempo y en plena cuarentena en un país que no es en el que nacimos, no es poca cosa.

Mi día se dividió como cada martes en trabajo y clases de inglés, que me tocaba examen y por suerte me fue bien, tampoco una locura pero estuvo bien. Mi profe me dejó mucha tarea para el jueves, pero decidí hacerlas mañana, hoy tenía que dedicarle mi tiempo al trabajo y a tomar mates con mi primo.

Miércoles 6. Día 53.

Dormí extremadamente mal anoche, y me levanté muy tarde. Desayuné y me puse directamente a trabajar para poder dedicarle tiempo a inglés por la tarde. Efectivamente eso hice pero lo de inglés era bastante, y encima entré en crisis por mi situación económica, haciendo tantas cosas no me había parado a pensar en eso y fue un balazo de agua fría, porque en verdad ahora voy bien de dinero pero si sigo como voy dentro de dos meses voy a estar en bancarrota.

El confinamiento está haciendo que no gaste nada más que para comer, pero con todos los planes que tengo a futuro inevitablemente necesito tener ingresos, el problema es que necesito encontrar algo que no me coma mucho tiempo y que no tenga que dejar de hacer nada de lo que estoy haciendo ahora, básicamente estoy pidiéndole peras al olmo, pero tengo fe en que voy a encontrar alguno.

Jueves 7. Día 54.

Después de tanto desear salir a la calle me desperté pensando en que ayer no salí y con el día que tengo hoy probablemente tampoco. Al final es como dice el dicho, “deseamos lo que no tenemos”.

El día transcurrió con mucha calma, mi primo sigue preparándose para el examen mientras yo sigo con mi trabajo, hoy tengo mi clase de inglés y estoy muy contenta porque he logrado hacer toda la tarea que me dijo mi profe que tuviera realizada para hoy.

Al mediodía me llamaron de un trabajo que parecía bastante bueno, y me dijo la que me habló que hoy hacían una charla explicativa, que si podía estar presente vía Zoom y le dije que sí. Le hablé a mi profe para decirle que necesitaba cancelar la clase por lo del posible trabajo. Lo entendió perfectamente.

La charla fue bastante bien y nos dijeron que la próxima parte era el sábado por la tarde. Era un seminario a modo de explicación con muchos más detalles, en verdad la parte de los detalles en la primer charla no fue muy convincente, pero algo de fe me quedaba.

Viernes 8. Día 55.

Esta semana está siendo muy de mierda con el tema de dormir. Casi no he estado con Morfeo, tampoco he hecho ejercicio en toda la semana. Bueno, todo una mierda en ese sentido.

Hoy me dediqué mucho al trabajo y a ver algunas cosas que necesitaba poner en orden. Por la noche pedimos comida, lo tiene como cábala antes de rendir para aflojar un poco los nervios, estuvo todo el día haciendo repaso general con sus compañeros de clase mediante vídeo llamadas.

Sábado 9. Día 56.

Me levanté justo cuando mi primo terminó de rendir. Se le notaba un alivio tremendo por haber realizado el examen. Me dijo “te apuesto a que me van a llamar los del otro curso para preguntarme del examen y voy a tener que cortarles a todos porque de lo ultimo que quiero hablar ahora es de eso“. Dicho y hecho no pasaron ni 5 minutos y ya había uno hablándole del tema.

Después de almorzar yo me pegué una ducha y él se fue a dormir una siesta a modo de festejo. La charla fue una mierda, al final el trabajo era de esos de “sé tu propio jefe”, y a la hora de haber escuchado la charla me di cuenta de que no me servía para nada lo que estaban explicando, así que me desconecté.

Cuando se hizo la hora salí a caminar con mi primo, hoy sí que andamos bastante, teníamos muchas ganas de pasear por Barcelona y nos hizo muy bien.

Domingo 10. Día 57.

Anoche nuestro día terminó con un vino y un par de cubatas, fue muy divertido pero me levanté hecha bosta, con una resaca horrible, él estaba muy bien. No lo podía creer.

Desayuné y almorcé en el lapso de una hora y me sentí un poco mejor pero quería seguir durmiendo, me fui a la cama y la manera en la que se me revolvió el estomago fue tan bestia que me tuve que levantar de nuevo. El día pasó muy lento y yo por la tarde ya volvía a mi casa si no se desataba la tormenta que estaba anunciada.

Volví a casa después de seis días. ¡Fue tan lindo! En casa estaban con el domingo de gala, el ángel jugando al Fallout 76 en su xbox y mi amiga saliendo de la ducha para irse a dar un paseo. Yo necesitaba tirarme en el sofá así que no la acompañé. En cuanto mi amiga regresó cenamos y nos fuimos a la cama.

Una semana más de desescalada, una semana menos para volver al confinamiento.