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Colombia, el Israel de América Latina contra un nuevo enemigo desconocido.

El ESMAD Colombiano, es la réplica del MOSSAD Israelí.

Las similitudes son dolorosamente obvias. El gobierno del Presidente Iván Duque está empleando la misma metodología de represión y terror contra Colombia, la misma brutalidad y uso de inteligencia militar para asesinar, desaparecer, golpear, violar y someter  la población civil que usa Benjamin Nethanyaju, actual primer ministro de Israel (Oriente Medio).

Los lazos son mucho mas que diplomacia y abrazos entre los dos mandatarios y no lo digo yo, lo dice Amnistía Internacional que de chavista no tiene un pelo: “En Colombia, la policía y el ejército han utilizado para la dispersión de protestas armas letales y han hecho un uso indiscriminado de gas lacrimógeno, cañones de agua y otros materiales prohibidos. Este modus operandi no es una novedad: el gobierno de Iván Duque ya utilizó estos métodos contra manifestantes durante 2019 y 2020.”

Digamos que los negocios entre esta hermandad tutelada por Estados Unidos quieren conformar una Ukrania Tropical en las costas de la tierra caribeña, muy al estilo progre de los Biden.

A ver, ¿cómo van esas incautaciones de droga por parte de la DEA en estos últimos años? Deben ser una maravilla, una formidable estructura de carácter épico en una tierra con nueve bases norteamericanas, un sistema judicial tutelado y vigilado por inteligencia CIA, NSA y demás aparatos de represión del estado norteamericano.

Si la opinión pública mundial tuviera acceso a la data de la influencia del gobierno de Biden en la estructura del estado colombino el resultado, además de sorprendente plantearía serias interrogantes ante los objetivos de esa presencia en territorio latinoamericano y el gasto del erario público estadounidense, muy comprometido en tiempos de pandemia. Y por supuesto, plantearía cuestionamientos severos sobre la producción de droga local, que no cesa. Tampoco parece disminuir el crecimiento del mercado del país con más consumidores de cocaína y mariguana del planeta, nuestros arrogantes vecinos norteños.

Por cierto, esa droga necesita armas para protección. Y las armas llegan de Israel. Un trío masturbatorio que es una unidad, la guerra.   

Pero van diecisiete días de protestas. Hay bloqueos en varias ciudades del país, y Cali se mantiene como foco de organización: resulta paradójico que este bastión del uribismo se rebele de esta manera en el terreno político, y el fenómeno se expande a varios territorios con el mismo signo. La doctrina partidista del uribismo mezcla plata o bala de manera caprichosa con estos pueblos en una dictadura de veinte años, en donde no entra el ojo acucioso de los noticieros de Madrid. Bueno, digo partidismo como eufemismo mientras recuerdo que no usé comillas, prendo un cigarrillo y voy a hacerme un café.

En Bogotá no se oye ni un tirito, me dice un pana.

El ESMAD colombiano es la réplica del MOSSAD israelí, pero el nativo viola jóvenes en la calle y en las prisiones mientras el “servicio de matar sin existir“ israelí las asesina por diversión, y las socializa en redes. Los jóvenes de Santiago, tuertos, son ejemplos vivientes del terror. Marcados para toda la vida, como vitrinas ambulantes de la opresión.

Camino hacia el televisor. Se me salen las lagrimas mientras veo a las mujeres de Colombia, de América Latina, de todo el planeta en primera línea contra las balas del ESMAD en la Bogotá nocturna. El corazón se me parte en dos. Tengo que decirlo. Un motorizado que vende arepas le grita desesperado a un reportero que el no es de izquierda ni de derecha ni guerrilla ni nada el simplemente es un colombiano preocupado por el futuro y el patrimonio de su hija de ocho años, y le grita que porqué el gobierno tiene que ejecutar ese tipo de actitud, porqué le dispararon a su moto que ahora el que hace para llevar comida a su casa porque si no vende arepas todos los días NO COME. Y mientras dice eso yo vuelvo a llorar de impotencia cuando lo escucho gritar y “estos jóvenes de acá estos jóvenes están haciendo lo que yo no hice hace veinte años y por eso , por eso me da mal genio!”. Y yo imagino por un momento que estaría pasando en la Bogotá sofisticada si las protestas fueran contra Venezuela. La noche tintada con naranja y perfiles de madres abrazando a sus hijos y parando a los policías, fuertemente armados le da un martillazo a la plácida imagen de ciudad cosmopolita que tanto le costó a Uribe construir, pacto con Rupert Murdoch incluido.

El enemigo es ese sentimiento transmitido por cualquier medio> el sacrificio.

El estado colombiano conducido por el uribismo combate contra el sacrificio de los niños en la refriega, contra la muerte de las virgenes, contra el hambre y la miseria, contra el hartazgo de una neodictadura camuflada por Estados Unidos. Pelea a ciegas contra lo que constituye la subjetividad contemporánea que no proponen, imponen las nuevas tecnologías: la necesidad de VISIBILIDAD, como elemento integrador en la sociedad y ventana para la proyección de la personalidad. El ESMAD pertenece a un viejo paradigma signado por la introspección, por el manejo de la información con privilegio y uso de la censura para controlarla (en el caso de estas mortíferas fuerzas de represión, el límite es mortal).

Sin embargo, la naturaleza subjetiva del ser, esa que actúa por criterios que involucran lo emocional es un fenómeno generacional. La comunicación, difusión y promoción de la información que se genera en las zonas de conflicto que pululan en varias ciudades del país es inevitable. También son inevitables los procesos de organización a través de identificación de causas en redes sociales con hashtags, lemas, slogans. El área digital es medio y plataforma y mensaje.

La conexión de este enemigo se opone a la concentración del viejo paradigma. Mientras el estado represor gasta tiempo procesando informaciones, preparando potes de humo, buscándole el traje adecuado a Duque y lavando la bandera detrás de la escena la conexión global y perenne del enemigo sin rostro está interviniendo docenas de puntos, organizando centenas de reuniones, diseñando flyers y banners, memes y stickers, franelas y pancartas.

Mientras Duque gasta cinco minutos justificando a la burguesa y al gobierno de Biden porque debe seguir al frente de la granja de coca sudamericana una madre le enseña a su hijo cómo hacer patria, un niño mira admirado a su hermano luchar por su país, un adolescente le cuenta a otro una idea para parar la clase en su salón. Estamos conectados sin quererlo, con una sinergia que se transmite más allá de la fibra óptica. La misma calidad de dolor que sufre Palestina.

He allí, y permite subrayar la otra arista de este enemigo del uribismo: su oposición radical a la disciplina. Entendida como verticalidad de acciones enramadas a un propósito, subordinada a un mandato. En todos los ámbitos, en todos los aspectos y si hablamos del aspecto comunicacional, es una generación dispersa (lo que no quiere decir que no conozcan y manejen técnicas y procedimientos formales) en las disciplinas, denominada por algunos “multitasking” como cita Sibilia (2008).

Aclaro, esta generación utiliza cómodamente diversas técnicas, conocimientos y procedimientos del área de comunicación que pertenecen a varias disciplinas. Un policía del ESMAD colombiano, o un ministro del uribismo es eso, un funcionario de una dictadura. en el ámbito digital, es su avatar de proyección frente al avatar de reacción, constituido por la opinión pública frente a esa imagen. Está obligado por naturaleza y paradigma a la discreción, a la consolidación de la imagen. No puede batallar contra un adolescente de quince años que es youtuber, patinete, games, freestylero, tiene un canal de twich, twitter, Instagram y Facebook. Y una data regional importante en WhatsApp.

Ese muchacho puede viralizar un contenido que va a golpear en el hígado a este funcionario y a lo que representa. Con una laptop o con el smartphone éste sujeto histórico  guioniza la idea que ha construido con procesos dialécticos de cognición, pre/produce un proyecto de filmación, fotografía, encuadra, aplica filtro, filma, edita, asigna sonido y edita sonido, ecualiza, aplica efectos y coloriza, diseña logotipos y rótulos, anima tapas y da salida a un video que inmediatamente difunde por su data, con storytellings tan diversos como intrascendentes la mayoría de las veces.

No hay posibilidad de tregua o de cansancio, en un esquema de confrontación  de estado fascista contra rebelión  popular. la naturaleza de la protesta se mezcla con la doctrina de la guerra del pueblo. En cualquier instante, en cualquier lugar, de cualquier manera. global. En la sombra. El paramilitarismo no puede sino estar reflexionando acerca del futuro y su posible instalación en Estados Unidos. Las jugadas cada vez parecen más claras, el dolor transmitido, apenas aproximado por medios valientes no puede detenerse con mediaciones y dilaciones. La inflación y el desabastecimiento van a azotar las capitales. La minga tiene la experiencia. Los viejos manuales del anarquismo español y formas de sabotaje en la oficina: brazos caídos, desconexión de equipos, retraso de procesos….

Pero, siempre hay buenas noticias y es que tendremos plenamente asegurada película y serie en la Netflix caribeña, gracias a las arduas gestiones del Presidente Duque. Multi tasking. La muerte de una generación entera. Sonrío.