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Tres victorias políticas recientes de la mayoría social: Perú Bolivia y Chile

Precedidos por crisis sociales, económicas y estructurales, el giro político en Bolivia, Chile y Perú se centra en las mayorías sociales.

En América Latina se ha desarrollado recientemente tres acontecimientos fundamentales como lo son las victorias electorales en Perú, Bolivia y el proceso constituyente de Chile. Tres hitos que suponen un importante viraje en las fichas del tablero político de la región entera, hacia las mayorías sociales.

La victoria electoral del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo que durante su juramentación ante el Congreso prometió profundos cambios en su país, entre ellos la elección de una Asamblea Constituyente y redacción de una nueva Constitución Nacional.

Castillo promete “llevar las demandas y la voz ciudadana, especialmente de los pueblos oprimidos”. Bajo este espíritu libertario, el nuevo mandatario realizó una segunda juramentación en el paraje andino donde se libró la batalla de Ayacucho, que independizó a América del Sur del colonialismo español.

Dentro del plan de Gobierno, el presidente peruano destaca alcanzar la justicia social y lograr la equidad de género en el país, “junto al pueblo peruano, trabajaremos para combatir la discriminación étnica, racial, socioeconómica, lingüística y de cualquier otra naturaleza”.

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Presidente de Perú, Pedro Castillo. Foto: https://nuso.org

Asimismo, propone motivar la industrialización del país, y fomentar nuevos modelos de economía para los pequeños empresarios y sectores invisibilizados a fin de impulsar la recuperación económica golpeada por la pandemia del COVID-19. Tales planteamientos han llevado a que los sectores empresariales acusen a Castillo de “comunista”.

No obstante, el pueblo peruano apostó por Castillo, un profesor rural que no proviene de la clase oligárquica, por el contrario, dedicó parte de su juventud a la protección de los campesinos de su pueblo natal (Puña en Tacabamba, provincia de Chota), en épocas donde eran reprimidos y asesinados por los anteriores gobiernos.

Castillo siempre estuvo del lado de los sectores vulnerables y trabajadores del país. En 2017 encabezó una huelga que duró mas de 50 días, para exigir mejores condiciones laborales y salariales para los maestros.

Por su parte, la victoria electoral de Luis Arce Catacora marca un nuevo rumbo en Bolivia, que había sufrido un golpe de Estado en 2019 contra el exmandatario Evo Morales, quien fue obligado a abandonar su país.

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Luis Arce, tras conocer el resultado del primer recuento electoral que le da como vencedor. Foto: AFP.

En esa ocasión el pueblo fue víctima de hostigamientos, persecuciones y masacres por el gobierno de facto de Jeanine Áñez. El pueblo no olvidó y renovó sus esperanzas con la elección democrática de Luis Arce, militante del Movimiento al Socialismo (MAS).

Fue una victoria del pueblo humilde, la voluntad de los bolivianos contra el poder represor, y que por otra parte apoya la Revolución Democrática y Cultural.

El pueblo andino aboga por un modelo en vías hacia el nuevo modo de producción socialista, modificando la forma en que se generan y distribuyen los excedentes económicos generados por la sociedad boliviana, algo que no respalda una minoría del país que sustenta el modelo neoliberal.

El gobierno de Luis Arce concentró la mayor parte de las expectativas de la ciudadanía, de la mayoría social. Como indica Alfredo Serrano Mancilla y Camila Vollenweider, en su gestión ha logrado: “activar el Bono contra el hambre, ha creado un nuevo régimen de reintegro del IVA para familias de ingresos bajos, ha aumentado el ingreso de los jubilados, ha reducido los precios de los alimentos, ha implementado el impuesto a las grandes fortunas, ha ordenado la capitalización del 100% de los beneficios de 2020 de la banca, ha ayudado a refinanciar créditos, ha venido reactivando al sector agrario e industrial, ha devuelto el crédito malhabido de Áñez con el FMI y, por último, ha conseguido cientos de miles de dosis de vacunas para una población que había sido abandonada a su suerte”.

En Chile, luego del estallido social de octubre de 2019 se dio un quiebre contra el dominio de los regímenes dictatoriales y oligárquicos del país, imponiéndose la lucha de clases.

Viento Sur. Foto: https://jacquelinestaforelli.cl

La esencia de la revuelta y el uso de la calle se convirtió en una herramienta clave de presión contra el gobierno de Sebastián Piñera; erigiéndose la dignidad de un pueblo.

Ante la explosión popular, los partidos dominantes habilitaron el proceso constitucional con la intención de apagar las revueltas. Así, el 25 de octubre de 2020 se impuso con un 80% la opción Apruebo en el plebiscito donde se consultó a la población si quería o no una nueva Constitución.

La victoria popular significó una contundente derrota a la derecha chilena. A un mes de trabajo, la Convención Constitucional de Chile ha avanzado en el Reglamento así como en la aprobación (por mayoría), de una declaración que solicita al actual Gobierno de Sebastián Piñera liberar a cientos de jóvenes presos tras el estallido social.

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Convención Constitucional en Chile Foto: Elisa Loncon – Constituyente Mapuche @ElisaLoncon

El ente constitucional ha permitido un espacio de participación para los movimientos sociales, así como partidos políticos de todas las tendencias y los pueblos originarios. Adicionalmente, se instaló la paridad de género y la interculturalidad.

Piensen ustedes que es un hito, en un país tan colonial y racista, que una mujer sea presidenta (Elisa Loncon), que esté iniciando la Convención con saludo mapuche y a su lado otra compañera ancestral como es la machi Francisca Linconao, que no podemos olvidar que estuvo dos veces en prisión preventiva por parte de los gobiernos de turno. Francisca “Pancha” Fernández.

La institución estima que para el mes de septiembre comience en la redacción propiamente del texto constitucional que sustituirá el heredado del Régimen de Pinochet (1973-1990), dando vida a una inédita etapa en la historia del país.

Así se muestra la lucha de estos tres pueblos (que son mayoría y que habían sido empobrecidas), por lograr equilibrios duraderos y democracias verdaderas.

Ahora en el caso de Bolivia y Perú, sus ciudadanos cuentan con gobiernos cercanos al pueblo, que responden a los sectores populares pese a los constantes ataques imperiales en el mundo, y específicamente en América Latina.