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Capitalismo verde: Las contradicciones de Íñigo Errejón en su discurso

Dos proyectos que se han pospuesto por varios años, siguen buscando consolidarse y tomar la delantera en las mesas de diálogo del Gobierno español.

Operación Chamartín y Ampliación del Prat son dos proyectos que se han debatido a lo largo de los años. Sin concretarse por una falta de acuerdo en el Gobierno, siguen en el centro del debate.

Todo esto, sin deparar en las desventajas que representan a largo plazo. De ahí que, incide la flaqueza y contrariedad de Íñigo Errejón en la discusión de ambos temas: uno que defiende y otro que rechaza.

La que empezó denominándose operación Chamartín y ahora Madrid Nuevo Norte, podría constituir una de las bazas de Carmena y Errejón.

Después de 20 años de tiras y aflojas, fuentes municipales sostienen que, una vez resueltos problemas técnicos, la gran operación urbanística del norte de la capital tiene potencial de aprobarse.

Si se llega a un acuerdo, aunque se cree utópico en la negociación, se daría inicio a una de las obras de mayor estandarte electoral.

Iglesias vs Errejón

Distintos líderes consideran que sería histórico que un ayuntamiento dominado por la izquierda diese salida a esta operación de 6.000 millones que abarca el norte de la ciudad y que es bien valorada por el 80,8% de los madrileños.

Hace casi tres años, Pablo Iglesias emitía declaraciones hacia Íñigo Errejón sobre la iniciativa y la vergüenza de vender un proyecto incompatible con la izquierda que representa.

Al mismo tiempo, afirmó que “incluso cuando decimos que sale muy caro venderse, sale muy caro decir que la Operación Chamartín es un verdadero escándalo y una vergüenza a quien se haga llamar de izquierda ideológica, creo que inmediatamente tenemos en frente a quien tenemos enfrente“.

Contraria a la premisa de que esta operación abriría un mar de oportunidades de negocio para las constructoras en infraestructuras, aguas o energía.

Un proyecto inviable

En opinión de las asociaciones, colectivos y plataformas que se oponen a la anteriormente llamada Operación Chamartín, el proyecto Madrid Nuevo Norte “en 2017 ya era un disparate inviable desde el punto de vista del mercado inmobiliario y tras la pandemia es aún más evidente“, en referencia a la caída de la demanda de oficinas.

Según los grupos que se oponen “se impusieron unas exigencias en términos de edificabilidad abrumadora y de usos y actividades solo definidos por su rentabilidad y no por su necesidad social“.

Errejón y su rechazo hacia la ampliación del Prat

El acuerdo sellado entre el Ministerio de Transportes y la Generalitat para ampliar el aeródromo, permite desbloquear una inversión en una infraestructura que ansía ser una de las principales bases de operaciones europeas donde las compañías puedan enlazar vuelos intercontinentales.

Fernando Prieto, investigador del Observatorio de Sostenibilidad, cree que el proyecto supone una “contradicción brutal”: “No se puede estar hablando de emergencia climática y de aumento de las temperaturas y apostar por aumentar una infraestructura que atenta directamente contra la ecología”.

Este experto cita otros ejemplos de agrandamiento de infraestructuras en choque con la sostenibilidad, como las obras en los puertos de Valencia, Vigo y Tenerife.

El Gobierno insiste en que esto mantiene el compromiso verde y sostenible como parte medular de su proyecto político, pero lo ha de compatibilizar con el desarrollo económico.

En Unidas Podemos no ocultan su preocupación. “El compromiso ambiental del Gobierno ha perdido fuelle”, dijo el diputado Juan López de Uralde. Por otras parte, sobre la ampliación del aeropuerto de Barcelona, y del proyecto que afecta a Barajas apunta: “Espero que haya una reflexión sobre este tipo de proyectos. Debe haber una rectificación del Gobierno”.

El líder de Más País, Íñigo Errejón, se ha mostrado contrario a la ampliación del Aeropuerto de El Prat: “No se ha de hacer. Continuamos con un modelo que se ha demostrado sobradamente insostenible. El planeta no da para más“.

En declaraciones a RAC1, Errejón también aseguró que todavía no ha visto ningún resultado en la mesa del diálogo entre Gobierno y la Generalitat, pero que considera que todo lo que sea llevar el conflicto a escenarios exclusivamente políticos y no judiciales “es positivo“.

Y ahora, prosigue Errejón, que las inversiones generan dudas porque “la necesidad de ampliar la capacidad de estos aeropuertos es cuestionable cuando en los últimos dos años el tráfico aéreo cayó más de un 60%, y los hábitos de consumo turístico se están modificando tras la pandemia“.

Su conclusión es que, “la inversión parece un muy mal negocio para el Estado“.

La contradicción de Errejón

Errejón figura como el clásico político de capitalismo verde, por una parte considera la cuestión ecológica, dada la crisis climática que obliga a reducir las emisiones y proteger el territorio. Por otra parte en el caso del Prat, invadir el espacio protegido, aprueba y promueve la Operación Chamartín como catapulta para una posible victoria electoral.

A su vez, enfatizó: “¿Es coherente con la recientemente aprobada ley de Cambio Climático, la promoción del transporte aéreo, invadiendo espacios protegidos y aumentando la contaminación, frente a alternativas más sostenibles como el tren?

Aún existe una gran distancia entre sus declaraciones referente a ambos temas que siguen siendo objeto de discusión en el tablero político de España. Por ende, representa una de las mayores contradicciones a su discurso y postura en el espectro ideológico.

En la actualidad, una de las sugerencias más contundentes que se le hacen a Errejón es que siga su propio consejo y comience a hacer política, más allá del marketing que tanto critica a la Moncloa.