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La campaña de desprestigio contra Yolanda Díaz no frena su ascenso

La actual ministra del Trabajo, cargo asumido desde el 13 de enero de 2020, cuenta con un holgado reconocimiento por parte de la ciudadanía española

Yolanda Díaz es la líder política mejor valorada en España, los recientes estudios estadísticos del CIS dan fe de ello. Según los últimos estudios realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, es la dirigente mejor valorada por los españoles, obteniendo una nota referencial de 4,6 puntos.

Díaz supera así al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el cual saca un 4,5, y a Íñigo Errejón (Más País), que también llega al 4,2, en la pregunta mensual sobre valoración de líderes políticos del barómetro del CIS.

El posicionamiento de Yolanda Díaz se debe al estilo de su praxis política, la cual parte de la premisa que la sociedad necesita certidumbre y apartar los conflictos. Con base en eso, propone una manera distinta de llevar los asuntos públicos.

Algo muy distinto a la derecha, la cual ejerce la continuidad de una praxis política que la ha caracterizado en el tiempo por medio de discursos hostiles que denotan un intento de normalización del odio.

Todo ello ante la ausencia de una agenda política coherente por parte de la derecha que pueda movilizar voluntades por medio de la razón en vez de la emocionalidad y el rencor. Y es precisamente la crispación política la formula que el conservadurismo ha adoptado para conseguir votantes, pero sin los resultados esperados.

Es por este motivo que Pablo Casado aún continúa inspirando desconfianza ya que el 10,3 por ciento de los entrevistados han afirmado sentir “mucha o bastante”, mientras que al 36,6 por ciento le despierta “poca confianza” y ninguna al 48,2 por ciento.

El aparato mediático auspiciado por el Régimen del 78 articulan matrices de opinión contra la Vicepresidenta Segunda del Gobierno y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz. Dentro del actual contexto político de España, la figura de Díaz se posiciona de cara a las próximas elecciones presidenciales.

En consecuencia, la derecha procura frenar el sólido avance de Díaz en un intento de crear un ambiente de crispación política contra de la imagen de la actual líder de Unidas Podemos. En este sentido, el conservadurismo español ha iniciado una campaña de desprestigio, el cual tiene como telón de fondo la ampliación del espacio político derechista.

La actual ministra del Trabajo, cargo asumido desde el 13 de enero de 2020, cuenta con un largo pasado de militancia y la vitola de “radical” por parte de sus adversarios. Sin embargo, tras tomar posesión de su investidura ministerial ha impulsado cinco grandes medidas, todas ellas concertadas estratégicamente con los sindicatos y la patronal.

Durante los últimos años, en especial, desde que ocupa el Ministerio del Trabajo, ha ido equilibrando su discurso para cubrir un espectro más amplio dentro del diálogo social entre sindicatos y empleadores, demostrando una tendencia conciliadora y de concertación, la cual procura priorizar el consenso ante los discursos encendidos, buscando entendimiento de las legítimas diferencias entre los partícipes del referido diálogo.

Pero los méritos individuales y de liderazgo colectivo consolidados por Díaz no han acallado las voces críticas de la derecha, que a través de sus medios de comunicación tergiversan la realidad comunicacional de España con señalamiento carentes de fundamento o relevancia dentro del acontecer político, económico y social.

En este sentido, medios como “Ok Diario” han llegado a increpar a la ministra del trabajo sobre su postura respecto al Gobierno de Cuba, haciendo uso el pasado 17 de julio de 2021 de un tuit publicado por la misma Díaz el 26 de noviembre de 2016, fecha en que falleció el presidente Fidel Castro y donde ella expresa, desde su militancia partidista, solidaridad internacional con la nación caribeña.

El referido medio intenta ubicar intencionalmente a la Vicepresidenta Segunda en el marco del mito del comunismo como “amenaza para la libertad”, vendiendo su solidaridad con la nación cubana ante el fallecimiento de su presidente, como una abierta simpatía hacia regímenes supuestamente autoritarios y ajenos a los intereses de España.

El mismo medio de comunicación el pasado 2 de julio de 2021, en una nota ha llegado a calificar los estudios de postgrado de Yolanda Díaz de “fake”, en un intento de elevar cuestionamientos a la opinión pública respecto al perfil académico de la ministra.

Por otra parte, el diario “Libertad Digital” ha publicado el pasado 11 de julio de 2021 un artículo donde señala al presidente Pedro Sánchez de “conceder a Díaz la protección de sus ministerios y también un ascenso de vicepresidenta tercera a vicepresidenta segunda tras el cese de Carmen Calvo”.

Dicho medio, desvirtualiza la naturaleza de concertación política del acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, y refleja una supuesta negociación solapada y a espaldas de su propia militancia.

Todos estos ataques mediáticos son intentos estériles de poner en tela de juicio la honorabilidad política de Yolanda Díaz, al mismo tiempo que procura crear divisiones internas dentro del gobierno de coalición.

En el caso de España, el riesgo de desinformación mediática es alto, considerando que las dinámicas de consumo de información han mutado en las últimas décadas. Con la proliferación del internet y las redes sociales, la información es trasmitida rápidamente y en grandes cantidades, dificultando los procesos de verificación de sus contenidos.

Es en este contexto en el que la derecha española y el nuevo populismo encuentran su trampolín de acción. Los usuarios de las diferentes redes sociales se convierten en el objetivo perfecto para los grupos radicales, que tratan de movilizar a la población, ganar adeptos e incidir en las instituciones del Estado.