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Las desdichas de Lasso que afectan al pueblo ecuatoriano

Incremento de impuestos, crisis carcelaria y migración son algunos de los resultados de la Gestión de Guillermo Lasso.

El corazón contrito, el alma indignada, las manos entumecidas, el espíritu se rebela y se indigna más la mente llena de ideas sin parir, muchas abortadas, solo atino a callar un sollozo y cubrir una herida profunda.

Así han transcurrido los primeros meses del segundo gobierno de Lasso que solo ha atinado a reafirmar su ineptitud como gobernante, persiguió la presidencia por diez años pero no se preparó para lograrlo, compró el segundo lugar a Pérez Guartambel, y el primero en la segunda vuelta al Consejo Nacional Electoral (CNE).

Ha vuelto la migración de ecuatorianos a esta fecha son más de 200.000 los que han salido del país, rumbo a cruzar el río grande, muchos mueren en el intento, otro son capturados y deportados y los que lo logran, dejan tras de sí una familia destrozada y llena de deudas para saciar el hambre de los coyotes; sin embargo el presidente Lasso se permitió decir en su discurso en las Naciones Unidas, que esa migración es la muestra de que el Ecuador se quiere integrar con el mundo (¿?) Para mí solo es muestra de la supina ignorancia de quien nos gobierna y no por decisión nuestra.

La desinstitucionalización del Estado es evidente, se han desmantelado los sistemas de salud, de educación y se ha prioridad el incremento de impuestos y la precarización laboral, las autoridades nombradas se tienen que desnombrar a día seguido porque resultan un fraude, el reparto de instituciones y empresas públicas para lograr respaldo político están a la orden del día, pero los así comprados, al darse cuenta que Lasso tampoco les cumple, pronto lo abandonan.

El último revés político ha sido el de la presentación de la Ley Creando Oportunidades, que ha sido negada por la Asamblea a pesar que el propio Lasso concurrió al pleno de ese organismo a entregarla, no sin antes recordarle a la presidenta que ella está en ese cargo gracias a los votos de su organización política y por lo tanto debe de aprobar dicho proyecto lo antes posible.

Pronto fue que su proyecto fue negado y devuelto, por inconstitucional y regresiva de derechos, por precarizar los derechos laborales y por crear impuestos en contra de las clases menos favorecidas. Frente a esta debacle, hoy Lasso enfrenta una alternativa entre dos escenarios posibles:

  • Consulta popular que no intentará siquiera, ya que sabe muy bien que actualmente no goza del respaldo necesario pues el pueblo se siente defraudado y traicionado, mas que eso burlado en sus aspiraciones de mejores días como se ofreció mejoras salariales, créditos a largo plazo y bajo interés, mejores precios de comercialización para los productores agrícolas etc. Votos entonces no tendrá.
  • Muerte Cruzada a través de la cual elimina la Asamblea Nacional y convoca a elecciones para nuevos asambleístas y presidente o presidenta de la República, mientras tanto se elija a los nuevos mandatarios, Lasso gobernaría por un periodo de entre 3 y 6 meses vía decretos, lo que le facilitaría implementar sus leyes neoliberales en una suerte de “dictadura legal” que podría resultarle para sus intereses y los de la plutocracia ecuatoriana, al menos por un tiempo.

Las próximas elecciones así convocadas, por seguro darían con un giro hacia la izquierda, en donde una recompuesta Revolución Ciudadana bajo la presidencia actual de Marcela Aguiñaga sabrá poner de candidatos a los mejores.

Siempre teniendo a Rafael Correa como referente de lo que hay que hacer para recuperar el Estado que ya a estas alturas, sino agónico está herido de gravedad, así entonces los decretos con los que Lasso gobernaría, serían todos anulados, dados de baja o derogados por el nuevo Gobierno que vendría a reivindicar los derechos de las personas sobre los intereses del capital.

Otra acción indignante ha sido que mientras Jorge Velasco Mackenzie y Eliécer Cárdenas, dos insignes, importantes y destacados escritores ecuatorianos, uno Guayaquileño y el otro de Cañar han muerto en los últimos días de septiembre, y el gobierno ajeno a este hecho ni siquiera ha publicado una nota al respecto, sin embargo a uno que reclamaba en el último conflicto bélico con el Perú que se debía bombardear Quito y Guayaquil, a ese, el gobierno de Lasso le ha otorgado una condecoración, si a ese mismo Vargas Llosa que fue capaz de encubrir su propia emasculación en la fantasía de “pichula cuéllar“.

Finalmente, la muerte de más de 300 personas privadas de la libertad en el centro penitenciario de Guayaquil (según afirmaciones de guardias penitenciarios y personas internas en dicho centro) y no como afirman las ineficientes autoridades que son 118 los fallecidos, pues ni siquiera tienen un registro de quienes están internados y por lo tanto aún hoy no han identificado los cadáveres; ha sido la prueba más evidente de lo que ha significado desmontar los planes de rehabilitación y atención integral a las personas privadas de la libertad.

Por eso, el alma hecha pedazos, el corazón destrozado, y el espíritu indignado han servido de freno casi abortivo a las ideas que brotan a diario en la mente de este aprendiz de escribidor, pero hoy aún contra mi mismo me he rebelado y haciendo violencia al Espíritu, al alma, a la mente y a las manos, he vuelto al teclado para que el mundo sepa porqué estamos sufriendo los ecuatorianos y tenemos los ojos con lágrimas y el alma de puntillas.

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