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Medios se obsesionan con la supuesta “soledad” de Yolanda Díaz

En tiempos recientes la derecha intenta resaltar un supuesto aislamiento político de Díaz

Los medios auspiciados por el Régimen del 78 y los reductos franquistas, continúan articulando matrices de opinión contra la Vicepresidenta Segunda del Gobierno y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz.

Dentro del actual contexto político de España, la figura de Díaz se posiciona notablemente de cara a las próximas elecciones presidenciales, siendo la líder política mejor valorada en España y diferentes sondeos estadísticos dan fe de ello.

Según los últimos estudios realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, es la dirigente mejor valorada por los españoles, obteniendo una nota referencial de 4,6 puntos.

En consecuencia, la derecha procura frenar el sólido avance de Díaz en un intento de crear un ambiente de crispación política contra de la imagen de la actual líder de Unidas Podemos. En este sentido, el conservadurismo español ha iniciado una campaña de desprestigio, el cual tiene como telón de fondo la ampliación del espacio político derechista.

De esta manera, la derecha ejerce la continuidad de una praxis política que la ha caracterizado en el tiempo por medio de discursos hostiles que denotan un intento de normalización del odio. Todo ello ante la ausencia de una agenda política coherente que pueda movilizar voluntades por medio de  la razón en vez de la emocionalidad y el rencor.

Los actuales herederos del franquismo a través de las cámaras empresariales y los medios de comunicación alineados a sus intereses, han llevado a cabo una serie de señalamientos contra la ministra Yolanda Díaz, los cuales van desde críticas abiertas a su posicionamiento ideológico, hasta absurdas críticas referente a su apariencia, gestos y costumbres personales.

En tiempos recientes la derecha intenta resaltar un supuesto aislamiento político de Díaz, tratando de vender la idea de que se encuentra sola, sin apoyos y sin ninguna representación partidista. Su historial político evidencia definitivamente todo lo contrario.

A sus 50 años de edad es la vicepresidenta tercera del Gobierno y actual ministra de Trabajo y Economía Social. Asimismo, lidera la coalición política Unidas Podemos. Asimismo, fue también la Coordinadora Nacional de Esquerda Unida desde 2005 y 2017, ha ejercido como diputada por La Coruña en el Parlamento de Galicia (2012-2016) y diputada en las Cortes Generales durante la XI, XII y XIII legislaturas (2016-2019).

La actual ministra del Trabajo, cargo asumido desde el 13 de enero de 2020, cuenta con un largo pasado de militancia y la vitola de “radical” por parte de la derecha. Sin embargo, tras tomar posesión de su investidura ministerial ha impulsado cinco grandes medidas, todas ellas concertadas estratégicamente con los sindicatos y con la patronal.

Díaz Pérez, desde que ostenta el cargo de ministra proyecta un estilo de gestión que le ha permitido reunirse tanto con el sector patronal como con el sector sindical. Son dinámicas que suelen aplicar los diferentes líderes del Partido Comunista de España (PCE) en sus cargos institucionales.

Yolanda Díaz se estrenó en la cartera de trabajo con una línea eminentemente política, reconociendo la “lucha por las libertades” de los sindicalistas como su padre, histórico de Comisiones Obreras en Ferrol. Asegurando que sabía “de qué lado estar”, esto en función de la militancia comunista que la acompañó desde niña.

Todo ello habría sido imposible llevarlo a cabo como una gesta individual, siempre ha estado un apoyo partidista, nunca dejando Díaz de estar vinculada al mismo tiempo con organizaciones sociales, a quienes está encarecidamente apoyando y promoviendo para que estas tengan una posición preponderante en la sociedad española.

La mayoría de los ataques contra Díaz son fijaciones mediáticas que poco o nada tienen que ver con el acontecer político de España o con sus atribuciones como funcionaria de gobierno. Los medios de comunicación han visto en Díaz una clara amenaza que debe ser neutralizada.

El posicionamiento ante la opinión pública de Díaz es tal, que supera al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el cual saca un 4,2, y a Íñigo Errejón (Más País), que también llega al 4,2, en la pregunta mensual sobre valoración de líderes políticos del barómetro del CIS.

Yolanda Díaz ejerce una praxis política, la cual, parte de la premisa que la sociedad necesita certidumbre y apartar los conflictos. Con base en eso, propone una manera distinta de llevar los asuntos públicos.

Durante los últimos años, en especial, desde que ocupa el Ministerio del Trabajo, ha ido equilibrando su discurso para cubrir un espectro más amplio dentro del diálogo social entre sindicatos y empleadores, demostrando una tendencia conciliadora y de concertación, la cual procura priorizar el consenso ante los discursos encendidos, buscando entendimiento de las legítimas diferencias entre los partícipes del referido diálogo.

Pero los méritos individuales y de liderazgo colectivo consolidados por Díaz, no ha acallado las voces críticas de la derecha, quienes a través de sus medios de comunicación tergiversan la realidad comunicacional de España con señalamiento carentes de fundamento o relevancia dentro del acontecer político, económico y social.