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Exmilitar Alberto Asarta: El discurso franquista no se fue del Congreso

La praxis política de Asarta se circunscribe a un posicionamiento político-ideológico muy concreto, basado en la generación de discursos hostiles que denotan un intento de hacer rutinario el odio

La derecha española no deja de sorprender a la opinión pública con las más recientes declaraciones de Alberto Asarta, un político y militar retirado español con fuertes raíces fascistas. Actualmente es miembro del Congreso de los Diputados de España desde el año 2019 por medio de la plataforma política VOX.

Asarta, declaró en la red social Twitter lo siguiente: “Izquierda, comunistas, indepes, amigos de los terroristas, todos contra VOX. Saben que cuando los españoles nos den su confianza, que será más pronto que tarde, comenzarán a desfilar por los juzgados. Ese es el miedo que tienen“.

El referido tuit, donde se hacen claras amenazas dirigidas a los que se consideran enemigos de VOX, provienen de un representante del parlamento español. Asarta, diputado ultraderechista, estaba también entre los firmantes de un manifiesto que exaltaba a Franco.

Claramente la praxis política de Asarta se circunscribe a un posicionamiento político-ideológico muy concreto, basado en la generación de discursos hostiles que denotan un intento de hacer rutinario el odio. Todo ello se materializa ante la ausencia de una agenda política como diputado que pueda movilizar voluntades por medio de la razón en vez de la emocionalidad y el rencor.

Es frecuente que, con el fin de ampliar su base electoral, la ultraderecha española plantee polemizar cada aspecto de la vida social, trayendo la conflictividad como contexto natural para el sustento de sus discursos basados en xenofobia, homofobia, nacionalismo, fanatismo religioso y la promoción de fórmulas neoliberales.

El matonismo y la agenda de crispación son formas de hacer política desfasada y sin ninguna correspondencia con la sociedad española del siglo XXI. Sin embargo, la ultraderecha mediante anacronismos políticos intenta ganar espacio en una España donde aún existen dolientes del Régimen franquista en los estamentos más conservadores.

Hay una serie de elementos que pueden identificarse en la derecha española que pueden dar muestra de una marcada lejanía con los preceptos democráticos históricamente aceptados. En España se evidencia la existencia de formaciones de carácter xenófobo y autoritario que buscan incidir en la vida pública.

Asimismo, desde una concepción más orgánica, la extrema derecha representada por PP, Ciudadanos y VOX muestra un singular tribalismo reaccionario, antiinmigración y un acentuado “populismo exclusivista”.

La praxis política de los partidos de la derecha radical con frecuencia rechaza diversos aspectos propios de las democracias como el pluralismo político, las instituciones o la protección de las minorías.

Otra característica resaltante de la extrema derecha española, que no solo sería contraria al sistema democrático en su conjunto, sino que sería proclive a perpetrar crímenes de odio y a utilizar métodos violentos como el vandalismo, el acoso a las comunidades de inmigrantes o las agresiones indiscriminadas contra las minorías propias de las bandas neonazis.

Los discursos de Asarta, hacer recordar constantemente las diferentes practicas del Régimen franquista, el cual creó una tupida red represiva que tenía como objetivo eliminar físicamente e ideológicamente al enemigo republicano y aterrorizar al conjunto de la población.

La represión de Franco abarcó todos los campos posibles y fue un instrumento de dominación, de humillación y de consenso forzado. La represión fue consubstancial al Régimen franquista y convirtió el país en una inmensa prisión.

Durante la postguerra, el Régimen franquista aplicó la legislación represiva generada durante la guerra civil española, ampliada y matizada por un conjunto de órdenes, decretos y leyes de carácter complementario.

Durante el periodo 1939-1948, el eje de la política represiva franquista fue la justicia militar que, con sus sumarios de urgencia y sus consejos de guerra, llenó las prisiones de penados y los cementerios de ejecutados.

La legislación militar fue completada con la Ley de Responsabilidades Políticas, del 9 de febrero de 1939, con la finalidad de extorsionar económicamente a las personas y a las familias republicanas y a sus herederos en caso de muerte.

Un conjunto de leyes represivas con el único objetivo de legalizar unos procesos judiciales sin ningún tipo de garantía jurídica. En los procesos Sumarísimos de Urgencia y en los Consejos de Guerra se juzgaban en un mismo proceso y en una hora veinte, treinta o hasta cuarenta personas que, sin posibilidad de defensa, eran condenadas a penas de muerte, a cadena perpetua o a 12 o 20 años de prisión.

Inspirados en el franquismo, el nativismo demostrado por la derecha española, así como sus prácticas autoritarias, son condiciones suficientes para que una organización política sea tildada de derecha radical.

Asimismo, más allá de estas dos características pueden presentar otras que son complementarias, tales como: populismo, neoliberalismo, antiparlamentarismo, neonazis, neofascistas, partidos xenófobos autoritarios, partidos xenófobos neoliberales y partidos populistas neoliberales, etc.

En España, bajo estas prácticas, los sectores más conservadores procuran generar un contexto de conflictividad que dista mucho de los actuales procesos de concertación política promovido por la izquierda. Todo ello es muestra clara del poco apego al legítimo juego democrático.

No ha sido suficiente la transición política de 1978 para neutralizar el conservadurismo franquista y sus actuales replicadores partidistas. Entre todas las contradicciones existentes en el sistema político español, se encuentra la existencia de una derecha que atenta contra el estado de derecho, al mismo tiempo que es participante activo de la instauración de un régimen social de tensión y extrema conflictividad social.