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Guillermo Lasso: la reencarnación opresora de Wasipunko en 2021

Guillermo Lasso parece estar reeditando las prácticas opresoras y explotadoras de finales del siglo XIX e inicios del siglo pasado.

En el Ecuador de 1939, sale a la luz la novela Huasipungo de Jorge Icaza, en la que se denuncia la explotación esclavizante de los indígenas por parte de los grandes terratenientes de la época, los abusos psicológicos, físicos y sexuales, las condiciones infrahumanas de esclavitud, el vivir como dueños de la vida y la muerte de los indígenas y sus familias, sin derecho a tener propiedad sobre nada, negándoles alimentarse aun con la carne putrefacta de animales muertos y hacerlos vivir con temor y subyugados a la voluntad del amo blanco.

Hoy en el Ecuador del 2021, la hacienda Cuchitambo troca en la hacienda Ekuador, y los personajes de la novela surgen como zombies infernales para amedrentar y someter mediante el miedo y la opresión a los habitantes que hoy en día luchan por rebelarse contra sus opresores.

Explotadores que creyéndose por encima de los derechos ciudadanos pretenden mantener en la ignorancia (sin educación) en la esclavitud (sin trabajo digno) en la opresión (cobrando impuestos infames) y obligándolos a morir (suprimiendo servicios de salud y medicinas) tal cual el rubicundo Pereira y su cuadrilla integrada por el mayordomo, el teniente político y todos sus lacayos, con tal de desaparecer la oposición para poder libremente vender el patrimonio nacional al gringo Chappy.

Alfonso Pereira de mejillas rubicundas, profundas arrugas y labios pálidos y secos, así es el personaje al que Icaza le asigna el rol del dueño de la hacienda Cuchitambo, (el albergue del cerdo) de los huasipungos y de la vida misma de cada indígena que habitaba en sus tierras.

Andrés Chiliquinga es un indígena “huasipunguero” de la hacienda Cuchitambo, que se rebela ante la esclavitud, el poder del dueño de la hacienda y las condiciones infrahumanas en que eran obligados a sobrevivir.

Jacinto Quintana, un mestizo despreciable, corrupto y autoritario, teniente político y dueño de la cantina, es abusador de indígenas y esbirro de Pereira quien prevalido de la autoridad de su cargo, manipula la policía en contra de los indígenas.

Policarpo, un cholo de cabellera cerdosa, maloliente y aficionado al aguardiente, fungía de mayordomo de la hacienda Cuchitambo incondicional lacayo de Pereira que iba siempre en contra de los indígenas.

Guillermo Lasso es en la actualidad quien funge como “dueño” de la hacienda Ekuador, esclavizando a los ciudadanos, con el cobro de infames impuestos y la explotación laboral y la venta de la posesión comunitaria al gringo Chappy. Entonces el Lasso de hoy es el mismo Alfonso Pereira de la novela de 1939.

Leonidas Iza, es el indígena que se rebela contra la explotación y las arbitrariedades cometidas por Lasso, aunque a veces por efectos de aquel ancestral temor reverencial hacia los “blancos” termina haciéndole el juego a Lasso, tal cual el Chiliquinga de la novela.

Lady Diana, encarna en versión femenina al mestizo Quintana, autoritaria y manipuladora, torciendo la justicia en contra de todo aquel que ose rebelarse contra el dueño de la hacienda o sus designios.

Fernando Villavicencio, es la actual reencarnación de Policarpo, el mismo cerdoso y maloliente lacayo incondicional del dueño de la hacienda, yendo siempre ladrando y jadeante tras los líderes populares de la revolución ciudadana mintiendo y confabulando, con tal de recibir unas palmaditas de cariño de su amo.

Y así es como estamos a punto de comenzar el año 2022 del siglo 21, reeditando las prácticas opresoras y explotadoras de finales del siglo XIX e inicios del siglo pasado, termino con la reflexión del propio Chiliquinga acosado incluso por pensamientos infernales de “taita diablu ¿Para qué, pes, tantu correr, tantu andar? Pur brutu nu más (…) Pur mal natural (…) Así mismu suy (…) Manavali (…) ¿Quién ha de compadecer, pes? ¿Quién ha de hacer caridad, pes? Caraju …” pobre Andrés, que no conoció como Leonidas a Taita Correa que vino en auxilio de todos los “naturales“.

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