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La delirante defensa de Robles por las macrogranjas y la monarquía

Margarita Robles ha fijado posición respecto a la actual diatriba entre la ganadería intensiva y la extensiva así como sobre las declaraciones del Ministro Garzón

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha propuesto a criticar duramente el uso de las macrogranjas, después de que tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la ministra de Hacienda y anterior portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, defendieran a la “industria cárnica” y advirtieran sobre los peligros de mandar mensajes que pueden dañar la imagen del sector.

De este modo, el ministro de Consumo arremetió contra la “contaminación”, el “maltrato” y la “mala calidad” de la ganadería intensiva practicada por las macrogranjas. Esto generó un conjunto de reacciones en donde el espectro político de España cerró filas en función de su visión ideológica.

En este sentido el titular del ministerio de consumo destaca que “es especialmente importante el papel de la ganadería social, extensiva y familiar, es un modelo que crea empleo, previene incendios, y es un modelo que necesitamos defender porque somos conscientes de las consecuencias del cambio climático“.

Por su parte la derecha no ha escatimado en esfuerzos a la hora de atacar las declaraciones de Garzón. Dicho lo cual, el presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado, ha pedido “responsabilidades” y la “rectificación inmediata” del ministro de consumo.

Por otra parte, Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León y candidato del Partido Popular (PP), calificó las palabras de Garzón de “ataque” del “Gobierno de España” a los ganaderos.

VOX, Santiago Abascal, ha sentenciado a través de Twitter: “Para ellos solomillo. Para ti gusanos”. También el PSOE ha entrado a la polémica. El presidente de Aragón, Javier Lambán, pidió la dimisión del titular del titular de Consumo y respaldó que las críticas de Garzón a las macrogranjas afectaban a los agricultores y a los ganaderos.

Desde el propio Gobierno, la parte socialista ha evitado apoyar al líder de IU y ha optado por desmarcarse y defender que sus declaraciones sobre la ganadería intensiva son “a título personal” y no una posición del Ejecutivo de coalición.

Recientemente la Ministra de Defensa, Margarita Robles, ha fijado posición respecto a la diatriba entre la ganadería intensiva y la extensiva así como sobre las declaraciones del Ministro Garzón. La titular de defensa señala que “un ministro puede tener una opinión a título personal, pero cuando se está en un órgano colegiado, como es el Consejo de Ministros, hay que tener lo que yo llamo una cultura institucional”.

Robles, como ejemplo de cultura institucional destaca el papel de Felipe VI, de quien comenta que “es un hombre ejemplar que está llevando la monarquía de una manera ejemplar y es un ejemplo para todos los españoles”.

Dichas declaraciones resultan sin fundamento cuando se sabe que el monarca es parte de una familia ampliamente involucrada en escándalos de tráfico de influencias, malversación de fondos, fraude fiscal, entre otros temas de gran polémica para la opinión pública española.

Asimismo, la ministra Robles, haciendo gala de una abismal contradicción política y desorientación ideológica, demuestra formar parte de aquel PESOE fundido en el Régimen del 78, mismo partido que en el pasado ha logrado ejercer la hegemonía social y política en la izquierda española, y que ahora disputa su lugar compitiendo electoralmente mediante posiciones conservadoras y formulas neoliberales.

Las declaraciones de Robles, forma parte de la ambigüedad ideológica y la poca constancia política, que ha llevado al PSOE a defender lo indefendible. Tal y como lo ha llegado hacer el actual presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el cual se opone rotundamente a quienes planteen abrir el debate sobre monarquía o república al calor de las irregularidades financieras de Juan Carlos I y su salida de España.

Con ello en el PSOE se evidencia diversos síntomas que ponen de manifiesto el deterioro de su posición en el sistema de partidos, enfrentado su mayor y más profunda crisis desde 1979. De igual modo, en todos estos años ha enfrenado procesos de remoción de sus liderazgos que le han colocado al borde de la fractura interna, al tiempo que sus líderes nacionales veían como se reducían progresivamente sus índices de credibilidad.

En vista de la ausencia en una fuerza políticamente cohesionadora dentro de sus filas, el PSOE para procurar su supervivencia ha necesitado apoyarse en factores políticos conservadores, incluyendo la monarquía.

Así pues, desde el propio Gobierno, la parte socialista ha evitado apoyar a Garzón y ha optado por desmarcarse y defender que sus declaraciones sobre la ganadería intensiva son “a título personal” y no una posición del Ejecutivo de coalición.

En este respecto, la posición del ministro es totalmente consecuente con los acuerdos del gobierno de coalición manifiestos en el los cometidos plasmados en el documento denominado “Coalición Progresista: un nuevo acuerdo para España”, fijando una hoja de ruta para sus acciones programáticas conjuntas, donde incluye, entre otras cosas, también la salvaguarda del medio ambiente y la producción.

En el marco de dicho acuerdo, el ministro Garzón ha sostenido que “es especialmente importante el papel de la ganadería social, extensiva y familiar, el cual es un modelo que crea empleo, previene incendios, y es un modelo que necesitamos defender porque somos conscientes de las consecuencias del cambio climático“.

En este sentido, Unidas Podemos ha cerrado filas con el ministro de Consumo y han cargado contra el PSOE al entender que la defensa de la ganadería extensiva frente a las macrogranjas debería ser una posición institucional.