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De la Crisis Financiera a la Tormenta Perfecta; la política económica ecuatoriana en la Revolución Ciudadana

Durante el gobierno de la Revolución Ciudadana se tomaron medidas económicas que permitieron garantizar la estabilidad del país pese a la crisis económica mundial.

Durante el periodo 2007-2017 existieron resultados económicos muy exitosos y alentadores para el Ecuador: el PIB pasó de 51.077 millones de dólares en el año 2007 a 104.295 millones en el año 2017, lo que significó que el país pase de ser considerado de ingreso mediano bajo (3.589 dólares PIB per cápita), a un país de renta media (6217 dólares PIB per cápita); todos los indicadores económicos y sociales mejoraron, lo cual indicaba que el país tenía un programa de desarrollo viable.

Sin embargo, la historia económica ecuatoriana deberá tomar en cuenta que, durante dos períodos, el Gobierno de la Revolución Ciudadana afrontó dos de las mayores crisis económicas de su historia. La primera, la denominada crisis financiera mundial, también denominada “subprime”; y Guna segunda entre los años 2015 y 2016 denominada la “Tormenta Perfecta”, ambas superadas con éxito sin un incremento del desempleo o de los índices de pobreza.

La política económica aplicada en esas dos crisis tuvo como objetivo principal el mejorar y mantener el bienestar de la población ecuatoriana y, sobre todo, que las medidas de corrección adoptadas afecten lo menos posible a las familias de menos ingresos.

Los datos destruyen el mal relato

Para un análisis objetivo en el ámbito económico del gobierno de Rafael Correa Delgado, es necesario revisar, sin el apasionamiento político de la coyuntura o el relato comunicacional ficticio de ciertos medios de comunicación controlados por los grandes intereses económicos del Ecuador, que han tratado de minimizar los avances y resultados que tuvo la denominada Revolución Ciudadana en la economía ecuatoriana durante los 10 años que gobernó el Ecuador.

El crecimiento promedio del PIB durante los 10 años del Gobierno de Rafael Correa fue de 3.23%, este crecimiento es comparable con la década de los 70 cuando comenzó la exportación de petróleo, y muy superior a las décadas anteriores, cuando se aplicó un modelo ortodoxo neoliberal. Sin embargo, al ser el Ecuador un país petrolero, el crecimiento más importante es el del PIB no Petrolero, ya que su resultado depende de la aplicación directa de política económica que dinamiza la economía y crea nuevas plazas de trabajo mejorando el bienestar de la gran mayoría de los ecuatorianos.

Fuente: Boletín de Cuentas Nacionales, Banco Central del Ecuador.

En el gráfico anterior se muestran las tasas de variación del PIB No Petrolero, cuyo promedio de crecimiento en los 10 años fue de 4%, y del PIB petrolero que tuvo una tasa de -0,3% en el mismo período, principalmente afectado por una disminución de la producción petrolera de cerca de 13 millones de barriles por las empresas privadas en el año 2007 ante la aplicación de la Ley 42-2006, que obligaba a las empresas petroleras privadas a compartir las ganancias extraordinarias por el incremento de precio de petróleo.

Muchos detractores de este crecimiento aducen que este se debió al haber tenido precios altos de petróleo, lo cual sin lugar a dudas representa un factor importante, pero como se mostró en el gráfico anterior, el crecimiento del PIB no petrolero es el que dinamizó la economía, la política de incrementar los ingresos extraordinarios del petróleo y el manejo adecuado que se les dio a estos recursos, permitió que en el Ecuador crecieran en mayor proporción los sectores no petroleros, y así lo demostró el estudio de Boston Consulting Group que colocó al Ecuador como el único país petrolero en el mundo que convirtió riqueza y crecimiento en bienestar y desarrollo. (Ver gráfico)

A partir de las reformas de política petrolera comenzadas a implementar cuando Rafael Correa fue Ministro de Economía en el Gobierno de Alfredo Palacio (2005) y que siguieron en su gobierno, el país pudo contar con una mayor cantidad de recursos para el financiamiento de su presupuesto y el manejo de liquidez en tiempo de recesión, lo cual flexibilizó la restricción presupuestaria.

Se debe también mencionar que una de las políticas públicas más exitosas para el manejo de los recursos petroleros fue la aplicación de la ley 42 del 2006 y la posterior renegociación de los contratos petroleros, lo cual permitió que el país tenga a disposición del sector público un mayor porcentaje de la renta petrolera, que hizo posible comenzar un ambicioso proyecto de infraestructura pública. De poco hubiera valido el incremento del precio del petróleo cuando gran parte de ese nuevo excedente pasaba a las compañías privadas.

Como se puede observar en el gráfico siguiente, la relación Ingresos del Sector Público/Exportaciones Petroleras, pasó de una banda de entre 40% y 50% en el período 2000-2006 con una tendencia a la baja, a una banda de entre 75% y 100% en el período 2007-2017. Uno de los puntos más destacados es haber recuperado para el país la mayor cantidad de recursos petroleros para apuntalar su crecimiento y desarrollo, de no haber implementado esta política los recursos tampoco hubieran estado disponibles en las cantidades que estuvieron.

Fuente: Boletín Estadístico Mensual, Banco Central del Ecuador

Uno de los puntos más destacables y el principal objetivo de la política económica y del Plan Nacional de Desarrollo, fue el bajar el índice de pobreza, especialmente la pobreza extrema, lo cual se consiguió a pesar de las dos crisis económicas que se tuvo que afrontar en la década que gobernó la Revolución Ciudadana el Ecuador.

Del 2009 al 2017 se utilizó la tasa de pobreza multidimensional, el cual es un concepto más completo para medir la pobreza, pues utiliza cuatro dimensiones y 12 variables para una medición simultánea de los derechos de las personas.

Este indicador mejora el sistema de planificación, pues perfecciona el cumplimento de la política pública, al enfocar su accionar en temas concretos como el desempleo, educación, falta de servicios básicos, seguridad social y vivienda. Durante este período, como se observa en el gráfico siguiente, la pobreza multidimensional se redujo 16,9 puntos porcentuales, pero el logro más importante en este período es haber mantenido la baja de la pobreza incluso en los años 2015 y 2016 con fuertes restricciones y choques económicos.

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

En la región más inequitativa del mundo, durante el gobierno de la Revolución Ciudadana, uno de los éxitos más destacables fue la disminución de la inequidad, convirtiendo al Ecuador en uno de los países que más redujo la desigualdad en América Latina, de 2007 a 2017 se redujo en 9,4 puntos porcentuales. Lo que resalta de la política pública aplicada, fue mantener un crecimiento con equidad y bienestar, donde el ser humano sea el principio y fin de la actividad pública, y de las acciones del Gobierno. En el gráfico siguiente se puede observar la tendencia a la disminución de la desigualdad medido por el Coeficiente de Gini.

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)

Otro de los puntos destacables de la política económica del Gobierno de la Revolución Ciudadana, es haber enfrentado la pobreza y desigualdad con acciones directas para generar trabajo digno y de calidad, incrementando constantemente los salarios mínimos y la obligatoriedad de la afiliación a la seguridad social.

Fuente: Banco Central del Ecuador, Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

Como se observa en el gráfico anterior, durante los años 2007 al 2017, no se sacrificaron derechos laborales, al contrario se incrementó el salario real del trabajador privado que pasó de 275 dólares en el 2007 a 417 dólares en el 2017, y la afiliación a la Seguridad Social pasó de 1,35 millones de afiliados en el año 2007 a casi duplicar la afiliación, es decir, 2,62 millones de afiliados en el año 2017; también se  eliminó la tercerización laboral en el año 2008, se incentivó la creación de puestos de trabajo mediante una política laboral y tributaria, además se introdujo una categoría denominada salario digno que se definió como el costo de la canasta básica de bienes y servicios dividido para 1,6 percentiles, incluyendo la política de que ninguna empresa puede declarar utilidades si no paga el salario digno a todos sus trabajadores.

La política tributaria también ocupó un aspecto importante dentro de las decisiones del Gobierno, como un instrumento de distribución de la riqueza y generador de las rentas necesarias para que el Estado pueda dotar de servicios públicos a la población, es así que la presión tributaria del país se incrementó de un 10% del PIB en el año 2007 a un 14% en el año 2017.

También se privilegió el incremento de los tributos directos, que generan distribución y equidad, es así que los tributos directos pasaron a representar el 43.3% del total de recaudación tributaria en la década 2007-2017 comparada con el 34.4% que representaban este tipo de impuestos en la década anterior. Las reformas tributarias realizadas durante toda la década no solo permitieron el incremento de la recaudación total, sino que transformaron el sistema tributario ecuatoriano en un sistema más progresivo.

Otra de las principales prioridades del Gobierno fue cerrar las brechas en infraestructura económica, cobertura y provisión de servicios públicos. Para ello se incorporó, dentro del Plan de Gobierno, un ambicioso programa de infraestructura que fue financiado con los recursos generados por la recuperación de los ingresos petroleros y el incremento de la recaudación tributaria, todas las obras fueron distribuidas en diferentes sectores como: vialidad, comunicaciones, energía, seguridad ciudadana, educación y salud.

En su pico de desarrollo, el gasto en inversión pública llegó a representar un 15% del PIB y a partir del año 2008 nunca bajó del 10% del PIB, siendo este tipo de inversión la principal herramienta contra cíclica para atenuar los efectos de los diferentes choques que tuvo que soportar la economía ecuatoriana durante este periodo.

Durante los años 2007-2017 el incremento de activos en el Sector Público No Financiero (SPNF) a través de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBK) fue de 90.967 millones de dólares, mientras el incremento de pasivos a través de contratación de deuda pública fue de 24.487 millones de dólares, lo cual nos da un incremento patrimonial neto del SPNF de 66.480 millones de dólares.

Esto permitió que el Ecuador sea reconocido como el segundo país con la mejor infraestructura vial de América Latina, uno de los países con mayor porcentaje de generación eléctrica de fuentes renovables en el mundo y uno de los más seguros de América Latina.

Para mantener la sostenibilidad de las finanzas públicas se estableció una regla fiscal a nivel constitucional, la cual define que todos los gastos permanentes (salarios, transferencias y compras de bienes y servicios) deben ser totalmente financiados con ingresos permanentes (impuestos, tasas y contribuciones). Desde el año 2007 al 2017 esta regla se cumplió y la política fiscal se mantuvo controlada y sostenible.

Después de la crisis denominada “Subprime”  (2008-2009), y debido a las condiciones negativas con las cuales se renegoció la deuda comercial ecuatoriana que originalmente se había contratado a finales de los 70 y comienzos de los 80, el Ecuador optó por una renegociación agresiva de la deuda de bonos externos, lo cual fue posible por la situación de fortaleza económica que atravesaba el país en esos años, esta renegociación tuvo como resultado un ahorro de aproximadamente 7000 millones entre el 2009 y 2021, pero también disminuyó las fuentes de financiamiento del Ecuador para los próximos años.

Fue importante, para contrarrestar la mala reputación que había generado el Ecuador, no solo por la renegociación agresiva realizada, sino por años de incumplimiento de pagos por parte del país, realizar y aplicar una estrategia para retomar las fuentes de financiamiento en los mercados financieros, la cual tuvo bastante éxito pues el país pudo hacer una colocación exitosa de bonos en el año 2014, y fue generando la confianza suficiente para tener la mejor calificación de deuda de largo plazo de su historia B+ (estable) según Standard & Poor’s, y también realizar el primer pago de bonos externos en los 190 años de historia del Ecuador. Toda la política aplicada ayudó a tener abiertas 32 fuentes de financiamiento identificadas y operativas para el Presupuesto del Estado.

Con el crecimiento de la economía ecuatoriana vino el crecimiento el Sector Financiero, la liquidez (M2) pasó de 14.013 millones de dólares en el 2007 a 50.791 millones en el año 2017, y la cartera de crédito pasó de un 10% del PIB a un 30% del PIB.

Ante este crecimiento, se necesitaba poner los controles y supervisión para evitar que una nueva crisis financiera, como la que hubo a finales de los 90, se repitiera. Para ello se crea la Red de Seguridad Financiera, diseñada para proteger a los depositantes y cubrir las potenciales contingencias del sistema financiero (bancos, cooperativas, aseguradoras). Las medidas adoptadas han permitido un oportuno manejo de la liquidez y el fortalecimiento del Sistema Financiero.

En el año 2006, el país registró 7.45 millones de toneladas métricas de exportaciones no petroleras, equivalentes a 5.183 millones de dólares. En el 2017 la cifra se incrementó a 10.2 millones de toneladas exportadas, por un valor de 12.208,9 millones de dólares.

El Ecuador duplicó su ingreso de divisas por el comercio no petrolero, la política comercial aplicada se basó en la protección de la producción nacional y el identificar mercados importantes para los productos ecuatorianos, es por ello que se suscribió el acuerdo comercial con la Unión Europea, lo cual permitió que los productos ecuatorianos entren a ese mercado en condiciones similares a sus competidores.

La política pública fue diseñada para facilitar las exportaciones con la reducción de trámites, también se fortalecieron las instituciones públicas para dar soporte técnico, sanitario y logístico para que las exportaciones fluyeran libremente.

El sector minero fue identificado y apoyado para su desarrollo, un plan y toda una legislación técnica, ambiental, tributaria y social para que la minería pueda desarrollarse definitivamente en el Ecuador, con el fin de que este sector pase a ser un generador de divisas para fortalecer la dolarización. Se dejaron firmados y comprometidos varios proyectos de inversión minera que generarían 8000 millones de dólares que se proyectaron hasta el 2023 en seis proyectos mineros.

Uno de los puntales de la política pública para vencer la resistencia de la población a estos proyectos fue el adelanto y uso total de los ingresos y regalías mineras en las poblaciones directamente afectadas; para el año 2023 el sector minero pasaría a ser el segundo rubro de exportación en el Ecuador.

Desde un inicio, la política económica adoptada no siguió las recetas tradicionales de ajuste y se eligió un enfoque propio de alto nivel técnico; los resultados fueron exitosos y constan en los medios de difusión institucional del Estado, así como en organismos internacionales.

Quedaron pendientes muchos retos y problemas por resolver pero, sin lugar a duda, la historia reconocerá a los años del Gobierno de la Revolución Ciudadana como la década en que los ecuatorianos se sentían orgullosos de su país y pudieron experimentar los éxitos de un modelo que privilegiaba al ser humano sobre el capital y, sobre todo, que un Estado fuerte veló por los intereses de la población ecuatoriana y dio protección especialmente a los ciudadanos menos favorecidos.

La crisis financiera Internacional (2008-2009)

Para finales del tercer trimestre del año 2008, comenzó una desaceleración del crédito y la actividad productiva en los países desarrollados alimentada por una descapitalización del sistema financiero mundial, situación que provocó que el mundo entre a la crisis económica y recesiva más intensa desde mediados del siglo XX. Esta situación comenzó a ser transmitida a la economía ecuatoriana, principalmente por la caída del precio del petróleo y sus ingresos, disminución de las remesas de los migrantes, disminución del acceso al crédito externo para el país y una baja general de la liquidez de la economía ecuatoriana.

Para el IV trimestre de 2008 y I trimestre de 2009, las cuentas externas ecuatorianas tenían un déficit de -1.880 millones de dólares, comparado con un año antes donde tuvo un superávit de 2.741 millones de dólares., Esto se debió principalmente al desplome del precio del petróleo, que pasó de un precio por barril de 82.95 a 52.56 dólares, afectando las exportaciones petroleras, que pasaron de 11.720 millones de dólares en 2008 a 6.964 millones de dólares en 2009.

Una situación similar se observó en las remesas de los migrantes, que pasaron de 2.821 millones de dólares en el 2008 a 2.495 millones, lo que representa una caída de 11.57%. La disminución de las remesas tenía una tendencia negativa desde el año 2006, pero se acrecentó en los años de la crisis mundial.

Al haber declarado unilateralmente la renegociación de los bonos externos emitidos por el Ecuador, las fuentes de financiamiento externo se limitaron exclusivamente a los multilaterales (BID, FMI, CAF, FLAR) que buscaban mantener los flujos externos necesarios para que el Ecuador pueda mantener los pagos de su deuda, es así que los desembolsos externos en el año 2009 llegaron únicamente a 863.1 millones de dólares que, comparados con el servicio de deuda que fue de 856.4 millones, solo dieron un resultado neto positivo de 6,6 millones en flujos frescos de deuda externa. Si bien las exportaciones no petroleras también sufrieron una caída, esta no fue tan profunda ya que el decrecimiento ascendió únicamente un 2,3% del 2008 al 2009.

Ante esta situación tan negativa en el sector externo, el Gobierno de la Revolución Ciudadana diseñó e implementó un conjunto de medidas y políticas económicas con el objetivo principal de evitar el incremento del desempleo, estas se aplicaron diferenciando sectores de la economía; es importante rescatar la velocidad de implementación a cargo de las distintas instituciones del Estado.

En el sector monetario financiero se realizó un incentivo tributario para nuevos créditos al sector productivo, se crearon desincentivos para fondos y recursos depositados en el exterior por entidades reguladas del sistema financiero, se compró cartera hipotecaria del sector privado para que los bancos liberen liquidez y la reinyecten nuevamente a la economía, se capitalizaron o asignaron fondos a la Banca pública (BNF, CFN, BDE) para incrementar el crédito, se intervino directamente sobre las tasas de interés para que contribuyan a los objetivos de la política diseñada.

Como cobertura general, se utilizó nuevamente al Banco Central del Ecuador como generador de política contra cíclica, con lo cual pudo ser usado para realizar operaciones financieras que inyectaron liquidez a la banca pública. El Banco Central dejó de ser dependiente de las políticas dictadas por los organismos internacionales, y se convirtió en una institución que apoya la política pública soberana del gobierno, como lo establece la Constitución del año 2008.

Es necesario destacar que, durante el año 2009, finalizó la renegociación de los bonos ecuatorianos, la cual se pudo llevar a cabo con éxito gracias a las fuertes reservas que había adquirido el país en los años anteriores por el alto precio del petróleo, a nivel de flujos esta renegociación tuvo un flujo negativo ese año, si se compara con los flujos de pago que se debían hacer en ese mismo año. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, los flujos del año 2009 al 2021 fueron positivos.

En el sector de las finanzas públicas, se dieron  fuertes estímulos tributarios a la banca para que incremente el nivel de crédito, aplazamiento del anticipo del impuesto a la renta a los exportadores afectados por la crisis internacional, se elevó el impuesto a la salida de capitales del 1% al 2%, se aumentó el impuesto a los saldos de los bancos del exterior del 0.5% al 1%, también se incrementó la inversión pública en sectores generadores de trabajo como vivienda y construcción, se utilizó la liquidez del Banco Central para incrementar los créditos a los Gobiernos Autónomos Descentralizados, tanto rembolsables como no rembolsables, en proyectos que generen alta mano de obra.

En el sector externo, la política se enfocó en reducir la afectación de la balanza comercial imponiendo medidas que cambien rápidamente las preferencias de los consumidores ecuatorianos de productos importados y, por otro lado, apoyando a los exportadores para que puedan mantener los ingresos, se aplicó una reforma arancelaria para que se ajuste a la nueva situación del país, lo que llevó a cambiar entre un 30% y 35% del arancel ad valorem para 73 subpartidas, y aranceles específicos a 283 subpartidas, se utilizaron normas técnicas aceptadas por la OMC para restringir el consumo de ciertos bienes importados nocivos, se abrieron nuevas líneas de crédito con el fin de incrementar las exportaciones, se procedió a poner salvaguardia arancelaria con el fin de proteger la balanza de pagos ecuatoriana, se impusieron restricciones cuantitativas a la importación de ciertos bienes, y se bajó el tiempo de devolución de impuestos a las exportaciones.

En el sector real, se coordinaron acciones con el sector privado mediante una campaña para consumir productos producidos en el país, se incrementaron las transferencias monetarias del Gobierno hacia sectores vulnerables (BDH), se implementó un seguro agrícola para proteger la producción agrícola, y se aplicó un programa de repatriación de los anticipos dados a los contratistas del Estado.

Para el año 2009, el crecimiento de la economía ecuatoriana fue de 0.6%, un crecimiento bastante modesto, sin embargo, un buen resultado si se compara con el decrecimiento de -1.2% que tuvieron en promedio los países de América Latina y el Caribe de acuerdo con la CEPAL. La política económica aplicada para conllevar la crisis internacional tuvo efectos positivos, más aún si en el año 2010 el Ecuador incrementó su crecimiento al 3.6%.

Respecto al objetivo principal de la política económica implementada, el desempleo urbano del año 2009 cerró en 7.9%, un leve repunte de este indicador comparado con el año 2008 que fue 7.3%. Sin embargo, el efecto positivo de las políticas aplicadas pudo verse definitivamente en el año 2010, donde el desempleo bajó al 6.1%, por debajo del nivel anterior a la crisis.

Otro indicador mucho más directo para revisar si se cumplió el objetivo de la política económica implementada, es el número de afiliados a la seguridad social. Para diciembre de 2008 el número de afiliados era 1.648.866, mientras que para diciembre de 2009, ascendía a 1.786.837, lo cual nos da un incremento de 145.099 empleos formales.

Respecto al indicador de pobreza en el Ecuador, para el año 2008 este indicador fue de 35.1%, en el 2009 tuvo un ligero incremento pasando a 36%, porcentaje inferior al indicador precrisis que fue de 36.7%. En el 2010, este indicador bajó a 32.8%, con lo cual se puede colegir que las políticas aplicadas mantuvieron la tendencia a la baja del indicador de pobreza en el Ecuador.

Sin lugar a dudas, la crisis del 2008-2009 puso a prueba la política pública ecuatoriana utilizando medidas de corte heterodoxo diferente al ajuste tradicional, en esta primera crisis que tuvo que afrontar el gobierno de la Revolución Ciudadana, ya se había visto el importante papel que puede jugar el Banco Central con una política monetaria activa para afrontar una crisis externa, esto sería fundamental para un cambio estratégico y legal de la forma operativa con la que se llevaba el sector monetario financiero en el Ecuador, lo que llevó a la gran reforma legal con la Implementación del Código Orgánico Monetario Financiero en el año 2014.

Algunas de las políticas aplicadas en este período se mantuvieron, otras fueron perfeccionadas y sirvieron de ejemplo para afrontar la “tormenta perfecta”, 6 años después.

La Tormenta Perfecta (2015-2016)

A finales del año 2014 y durante el año 2015, la economía ecuatoriana comienza a ser afectada por dos grandes circunstancias en la economía mundial. La primera fue una apreciación del dólar americano, seguido de una depreciación de otras monedas de países con los que Ecuador era competidor o socio comercial. La segunda, una disminución del precio de las materias primas y, principalmente, el precio del petróleo ecuatoriano, que cayó a sus mínimos históricos dentro los últimos 20 años.

Como se observa en el gráfico siguiente, el Tipo de Cambio Real Efectivo del Ecuador pasó de un máximo de 93.61 en Julio de 2014 a un mínimo de 85.69 en agosto de 2015, manteniendo una tendencia a la baja. Esta disminución significó un deterioro de la competitividad externa, por lo cual los estímulos para producir bienes para exportar cambiaron a comprar bienes importados.

Por otra parte, el precio del petróleo ecuatoriano pasó de un máximo de 98,9 dólares por barril en 2014 a un mínimo de 21,58 dólares por barril en enero de 2016, la tendencia a la baja de estas dos variables significó que por primera vez en 30 años tuvimos dos años de reducción de exportaciones seguidas.

Fuente: Banco Central del Ecuador, Boletín estadístico mensual.

La reducción de exportaciones para el año 2015 fue de 7.393,7 millones de dólares, lo que representó más del 7% del PIB, siendo la mayor caída en más de 70 años. Y no solo fueron las exportaciones petroleras, sino también las no petroleras que, ese mismo año, cayeron 6.3%.

En los años 2015 y 2016, el Presupuesto General del Estado en términos reales no recibió ingresos petroleros, puesto que contablemente los ingresos totales de las exportaciones petroleras más la venta interna de derivados, no cubrieron los costos de operación de las empresas públicas, ni los subsidios internos de los derivados de petróleo.

El Balance Petrolero ecuatoriano en los años 2015 y 2016 produjo un déficit de 2.032 millones de dólares. Para mantener la producción de petróleo y su industria conexa, el Gobierno Central tuvo que transferir 1.600 millones de dólares a las empresas petroleras, situación extrema en más de 40 años de producir petróleo. La decisión de hacerlo se basó en no bajar la producción de petróleo a la espera de que el precio subiera; no hacer las inversiones necesarias hubiera ocasionado una disminución considerable de la producción petrolera y ralentizado la recuperación económica.

Fuente: Banco Central del Ecuador Boletín estadístico mensual.

Como se observa en el gráfico, mientras los flujos externos disminuían, también los depósitos dentro del Sector Financiero, Bancos y Cooperativas comenzaron a disminuir, al tener este sector un comportamiento procíclico, el crédito también comenzó a ajustarse a la baja y en un año se redujo un 8% agravando aún más el decrecimiento de la economía.

Con una pérdida total de 8.926 millones de exportaciones totales, caída de crédito y la disminución de la actividad económica, hubo también disminución de la recaudación impositiva por 1.570,9 millones.

A todas estas condiciones tan adversas para la economía ecuatoriana, se sumó el pago de 1.302 millones de dólares a las petroleras Occidental y Chevron, por la pérdida de casos presentados ante tribunales arbitrales antes del año 2007, lo cual puso en una situación aún más vulnerable a la ya delicada situación del país.

El costo fiscal total de la “tormenta perfecta” llegó a ser cerca del 12% del PIB o lo que equivaldría a 11.798 millones de dólares.

Nunca, en la historia del Ecuador, se habían registrado tantos choques externos como internos en un periodo tan corto. Con todas estas circunstancias fue necesaria una política económica activa, dinámica y rápida, para disminuir que los efectos negativos se propaguen a la población ecuatoriana.

En una economía como la ecuatoriana, pequeña, abierta y que tiene un tipo de cambio fijo extremo como la dolarización, el resultado del sector externo es fundamental, ya que un menor flujo de dólares afecta la liquidez del sistema, disminuye la actividad económica y pone en riesgo el empleo y la sostenibilidad del sistema monetario y financiero, al tener limitada la política monetaria la solución no es directa sino que hay que tomar medidas de mayor complejidad y menor dinamismo para cerrar el inmenso déficit externo.

El principal objetivo de la política económica fue que las medidas aplicadas afecten lo menos posible a las grandes mayorías, protegiendo a los más vulnerables y que el peso de los ajustes lo asuman los más ricos del país.

Ante la limitada política monetaria, se optó por aplicar medidas comerciales para acelerar la disminución de importaciones de bienes no esenciales, para ello se aplicaron sobretasas arancelarias y aranceles temporales o “salvaguardias” que tuvieron que ser aprobadas por el FMI y la OMC ante una potencial crisis de la Balanza de Pagos. De marzo de 2015 hasta junio de 2016, tiempo en el cual estuvieron vigentes las salvaguardias, las importaciones cayeron 2.200 millones, y la recaudación total por las sobretasas fue de 788 millones en el año 2015, y 720.2 millones en el año 2016.

Ante la pérdida de ingresos fiscales, se seleccionó la reducción sostenida del gasto de inversión en 6% del PIB, aunque esta medida es considerada procíclica era necesaria ante la magnitud del costo fiscal y la imposibilidad de cubrir todas las necesidades externas y fiscales con financiamiento público. Paralelamente, se inició una agresiva búsqueda de financiamiento externo para cubrir lo más posible los déficits generados por la pérdida de ingreso y el nuevo gasto por los desastres naturales.

Entre los años 2015 y 2016 se consiguieron 8.224 millones de financiamiento externo fresco para cubrir parte de los requerimientos. Además del financiamiento proveniente de fuentes tradicionales, se buscó otro tipo de financiamiento no tradicional como venta anticipada de petróleo, down payments de concesión de campos petroleros, operaciones financieras con colaterales como oro, etc.

Gracias a las reformas realizadas en la Constitución del año 2008 y aplicadas mediante los Códigos de Finanzas Públicas y Monetario Financiero, se pudo optimizar la liquidez interna, mediante el uso de las cuentas centralizadas del Sector Público en el Banco Central, y, adicionalmente, el gobierno pudo usar varios mecanismos financieros con títulos valores como Bonos y Cetes (Certificado de Tesoro) aprovechando el manejo de los depósitos excedentarios del sector público y la banca privada. El uso de este mecanismo permitió mantener un nivel adecuado de liquidez en la economía y lograr un financiamiento interno de 1.500 millones de dólares

Los resultados de las políticas fueron exitosos, el déficit de la balanza comercial que, en el año 2015 tuvo un déficit de -2.130 millones de dólares, pasó a un superávit de 1.247 millones de dólares en el año 2016 a pesar de que las exportaciones de petróleo fueron menores en ese año.

El sector público ecuatoriano pudo cubrir un déficit acumulado entre el año 2015 y 2016 de 12.404 millones de dólares y cerrar el año 2016 con una reserva internacional de 4.259 millones de dólares, reserva suficiente para cubrir las necesidades de flujo de divisas tanto del sector público como del privado.

Fuente: Banco Central del Ecuador, Boletín estadístico mensual.

A pesar de la magnitud de la crisis que se enfrentó, el decrecimiento negativo del PIB duró apenas 5 trimestres consecutivos; a partir del último trimestre del 2016, los efectos de las políticas adoptadas se consolidaron y comenzó un crecimiento sostenido del PIB. En el segundo trimestre del año 2017, la economía estaba creciendo en 3,3%.

A pesar de que la liquidez (depósitos) comenzó a subir desde noviembre del 2015 y se incrementó en 5.222,1 millones de dólares hasta diciembre de 2016, el crédito recién cambió la tendencia en junio de 2016, es decir, 7 meses más tarde. Hasta diciembre de 2016, el crédito había crecido 2.219 millones.

Si bien los resultados de la política fueron positivos, este rezago del Sistema Financiero pudo haber afectado una reactivación más rápida de la economía. A pesar de esto, la banca pudo mantener un nivel de solvencia del 14% muy superior al 9% exigido por la ley.

El principal resultado de la política adoptada, fue que ni la pobreza ni la desigualdad se incrementaron, por el contrario, para el año 2017 la disminución continuó.

Nuevamente, se puede comprobar que las políticas heterodoxas aplicadas en períodos recesivos y expansivos son superiores a las ortodoxas aplicadas y patrocinadas por Organismos como el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial.

Los grandes avances que tuvo el Ecuador en la década 2007-2017 y el manejo de las dificultades nunca vistas con un menor costo para los más pobres, son un ejemplo de que en ese período se gobernó para las grandes mayorías y no para intereses específicos, y demuestran fehacientemente que otro tipo de manejo económico es posible para toda América Latina.

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