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Adiós Pinochet, la nueva propuesta de Constitución de Chile sale a las calles

Ya Chile cuenta con el borrador de la nueva Constitución que será sometido a elecciones el próximo 4 de septiembre.

Ver la foto del joven político chileno y presidente Gabriel Boric levantar el texto de la nueva versión de la Constitución chilena es casi alucinante.

Todo proceso constituyente guarda en su seno ideas renovadoras y esperanzadoras, pero también encierra razones sensibles poderosas; en muchos casos revestidas de viejos dolores y pesares.

Este es el caso chileno. Un país hasta hace pocos años desolado por una de las dictaduras más bestiales conocidas por ser humano alguno.

Realizado el texto durante casi un año por los 154 miembros de la Convención Constitucional Chilena, la Constitución declara al territorio austral como “Un Estado social y democrático de derecho…plurinacional, intercultural, regional y ecológico”.

También lo define como una “República solidaria”,  y caracteriza a su gobierno como una institucionalidad “inclusiva y paritaria”.

Este texto, lleno de elementos innovadores para la usualmente conservadora sociedad chilena; sería un salto cuántico en relación a la vetusta armazón dejada por los anteriores personeros del fascismo latinoamericano.

La convocatoria

Es importante recordar que este proceso constituyente, se llamó en respuesta al fuerte movimiento social convocado a las calles por las duras consecuencias de la implantación en Chile del modelo neoliberal, acompasado con el temido terrorismo de Estado aún pinochetista.

Estos movimientos, que de manera consensuada y en algunos casos desde la violencia desmedida y ferozmente reprimida por el cuerpo carabinero formado en la lógica de la Escuela de las Américas que no es poco decir, logró como gran objetivo político el inicio del proceso constituyente.

El plebiscito

En palabras de Boric “Esta Constitución, este proyecto de Constitución y el plebiscito que se desarrollará el 4 de septiembre, no son ni deben ser un juicio al Gobierno, sino el debate sobre el futuro y el destino de Chile para las próximas cuatro o cinco décadas”.

Dicho esto en el marco de un bajo nivel de popularidad que actualmente acompaña al gobierno de turno ( ronda el 33 %); busca enraizar la idea fuerza que pretende poner los intereses de la nación sobre su gobierno de poses y pocos sobresaltos.

El escenario

En el mes de septiembre Chile decide sobre su futuro. El 78% de sus ciudadanos y ciudadanas votaron a favor de un cambio sustancial en cuanto a leyes y estructura jurídico política se refiere.

Sin embargo, este país fuertemente polarizado irá obligatoriamente a los centros de votación con resquemores y desavenencias propias de la inclusive conformación de los convencionales (solo 37 de los 154 pertenecen a la derecha).

Veremos pues en los próximos meses interesantes cortejos y danzas alrededor de este importante proceso sureño.