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El cortometraje protesta de Bad Bunny

El icono de música latina, Bad Bunny, se estrena como activista al visibilizar lo que sucede en Puerto Rico a través de su vídeo.

Desde que Bad Bunny se lanzó al estrellato, se preveía que no saldría del foco. Dicho esto, cuando comenzó a reinventarse y a romper estereotipos, su despegue fue definitivo hacia una trayectoria que difícilmente podría pasar desapercibida.

Cuando abandonó su faceta más comercial, cantando las típicas letras sexistas y machistas con otros intérpretes latinos, empezaría a revelarse de una manera completamente distinta.

Si bien no me parece que podamos referirnos a él como “feminista”, lo cierto es que ha expandido los límites en el género urbano. Además, dio canciones como «Yo perreo sola», que destacan el hecho de que las mujeres no somos objetos.

Por otra parte, su irreverencia e ida en contra de la masculinidad hegemónica —ya que usa faldas, se ha puesto vestidos y se ha pintado las uñas, etc— lo hicieron un icono cultural.

No podemos abordar el género urbano y la música latina sin Bad Bunny, por lo que es bastante sencillo entender que tiene un poder de convocatoria impresionante.

Así que no dudó en utilizarlo para llamar la atención y exponer un tema importante que estaba siendo pasado por alto ante la mayoría de los medios de comunicación. También por todos aquellos ajenos a la realidad puertorriqueña.

El Apagón

En este tema de su último álbum exclama “¡Puerto Rico está bien cabrón!”, y finaliza con la voz de Gabriela Berlingeri diciendo “yo no me quiero ir de aquí, que se vayan ellos, que se vayan ellos”.

Fácilmente eso conectaría con la audiencia, que no dejaría de estar sorprendida ante la denuncia que se realiza a través de él, y la protesta que alberga en sí mismo.

Vemos a personas de diferentes comunidades de la isla, banderas LGBTI+ y de Puerto Rico, antes de entrar a la parte más interesante del vídeo.

Inicia comentando que un hospital estuvo 20 horas sin luz, dada la penosa situación del sistema eléctrico del país. Esto resulta ser así, especialmente, desde que el gobierno le otorgara un contrato multimillonario a una compañía estadounidense llamada LUMA Energy.

Se refirieron a que no da suficiente abasto para el consumo, y también por otro lado, a que los puertorriqueños pagan una cantidad absurda en las facturas de la luz para que sucedan situaciones como estas.

Aquí vive gente

En la segunda parte del vídeo nos sigue mostrando la realidad de Puerto Rico. Esta vez de la mano de la reportera Bianca Graulai, quien dirige este corto llamado «Aquí vive gente».

Allí se narra el éxodo forzado que está viviendo la propia población de Puerto Rico del lugar en el que se han criado, en favor de los ricos que se acaban de mudar a la zona, y cómo estos adquieren en grandes cantidades, propiedades a la orilla de las playas.

Por ello, Bad Bunny utiliza su fama como icono mundial para que las personas que consumen su contenido, en su mayoría jóvenes, se unan a la lucha para así conseguir cambios que transformen la realidad de un pueblo que solo ha conocido la desesperación, la incertidumbre, la desigualdad y la pobreza, porque “cuando los de abajo se mueven, los de arriba se caen”.

La unión es clave

Se distingue la diversidad e inclusión a lo largo del cortometraje. Se alude a la importancia que tiene la unidad de la gente, a pesar de sus diferencias individuales, y a que se movilicen como un gran colectivo para que prevalezca un Puerto Rico para los suyos.

En reiteradas ocasiones, se refiere al extranjero que parece más un colonizador que otra figura, pues actualmente se están aprovechando de las facilidades fiscales, debido a la Ley 22 que favorece a los inversionistas que están tomando rápidamente el monopolio de propiedades.

Lo que más se critica es que quieren arrebatar una tierra que no les corresponde, echando a los residentes que están asentados en la zona desde hace décadas y el trato que se les da, como se refieren en el vídeo “como si fuesen delincuentes”.

Existe un fuerte clasismo y discriminación hacia los lugareños por parte de los nuevos habitantes que comenzaron a migrar, debido a la motivación económica que estaba dando el gobierno puertorriqueño.

Por tanto, Bad Bunny busca transmitir cercanía y orgullo por lo que significa ser un nativo de la isla. Esto permite que la audiencia pueda conectar con el mensaje que es apoyado por las personas mostradas en sus comunidades.

Todas comparten un mismo sentir: defender sus intereses ante las grandes desigualdades que son alimentadas por los políticos de turno que afianzan más la brecha, haciendo aún más rico al extranjero y empobreciendo a los puertorriqueños, quienes deben pagar el precio para que otros obtengan más privilegios.