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Los rebrotes ponen en peligro la “nueva normalidad”

Los rebrotes del COVID-19 siguen aumentando, lo que ha hecho que las autoridades sanitarias muestran cierto grado de preocupación. Desde el fin del estado alarma, ha habido 224 brotes en España, de los cuales doscientos siguen activos a día de hoy.

Aunque las autoridades sanitarias aseguran que muchos se cerrarán los próximos días, en total se han contabilizado más de cinco mil contagios. Todas las comunidades excepto Ceuta y Melilla han detectado brotes.

La “nueva normalidad”: rebrotes

El 21 de junio llegó la fase llamada “nueva normalidad“, lo que permitió a los ciudadanos recuperar cierta libertad de movimiento. A su vez, las autoridades sanitarias avisaron de la importancia de detectar, aislar y controlar los futuros posibles rebrotes.

Cualquier grupo de tres o más casos confirmados, en el que se establezca un vínculo epidemiológico, se considera brote. Para controlarlos, sanidad documenta y realiza un seguimiento. Los centros sociosanitarios, al ser más vulnerables, identificarían un brote con la detección de un solo caso.

Las comunidades autónomas son las encargadas de transmitir la información: los diversos focos, el tamaño del foco, la localización exacta, la evolución del mismo, etcétera.

Según han informado, los focos tienen diversos orígenes: residencias de ancianos, centros sanitarios, temporeros, casos importados y celebraciones. También se han originado en instalaciones sociosanitarias y en empresas alimentarias.

Esto obliga a los gobiernos regionales a tomar nuevas medidas para intentar que los nuevos focos no se extiendan. Una de las medidas tomadas en todas las regiones -a excepción de Madrid y Canarias– ha sido la obligación de usar la mascarilla en espacios abiertos (independientemente de que se pueda mantener o no la distancia de seguridad).

En algunas zonas de Cataluña por ejemplo, han decretado el confinamiento perimetral, el confinamiento en las casas.

Origen de los brotes

Según las autoridades sanitarias, las reuniones sociales y las reuniones familiares suponen más del 17% del total de los focos. También le resulta preocupante el ocio nocturno, ya que en él se da el diez por ciento de los brotes.

Esta situación ha llevado algunas provincias a limitar el horario y el aforo de estos locales, llegando a cerrarlos en sitios como Murcia Gandia.

La mayor parte de los brotes no se han dado en eventos sociales o familiares, sino en residencias y empresas pertenecientes a la industria alimentaria (mataderos, recolectores de frutas y hortalizas). Zaragoza, Lleida, Barcelona y Valladolid son algunos de los lugares donde hay focos en residencias. También en algunos campamentos se han conocido focos de coronavirus, lo que ha traído que parte de las comunidades aconsejen su cierre.

En cuanto la industria alimentaria, se han detectado focos en Girona, Lleida, Valencia y Barcelona.

Algunos dirigentes exigen a Sanidad que realice pruebas PCR (o que las pida como requisito para viajar a España) a los turistas. Se han dado con varios casos en los que el origen del contagio se ha detectado en personas que han ido a España de vacaciones.

Aunque no han aportado datos concretos del porcentaje de focos cuyo origen se halla en el turismo. Estos días se ha extendido el rumor de que Francia sopesa cerrar las fronteras con España, cuestión desmentida por el Ejecutivo español.

Respecto a los casos importados, algunos dirigentes afirman que si bien es probable que las fronteras se abrirán antes de tiempo, limitar el turismo no es una opción. Aseguran que si eso ocurriera, España no soportaría la crisis económica. También invitan al gobierno a replantearse las medidas respecto al turismo, realizar pruebas PCR, exigir a los turistas un tiempo confinamiento, etcétera.