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Antonio Ariza Camacho y el andalucismo animalista

El andalucismo es un movimiento de izquierdas auténtico. ¿Qué se pretende decir con esta frase? Que es contra toda opresión.

El andalucismo moderno es infantiano, es decir, heredero de Blas Infante, y su ideología incluía tanto la lucha de clases, como el anticapitalismo, el feminismo y también el animalismo. Pero Infante no fue el único destacado animalista sobre el que se asientan las bases de la ideología nacionalista andalucista actual. Hoy hablaremos de un buen amigo suyo, con muchos paralelismos con su compañero más conocido.

“Del doctor Antonio Ariza Camacho, puericultor, pionero del ecologismo, amante de los animales, andalucista, georgista, fisiócrata y paño de lágrimas de las familias pobres que le llevaban a sus hijos enfermos, padrino de boda de Blas Infante, el destino ha preservado la obra que mejor le define como ser humano; esas lápidas de cerámica trianera que aún quedan en algunos colegios públicos, en la fachada, junto a la puerta de entrada de los niños y sus padres.” Nicolás Salas, “Morir en Sevilla”

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Antonio Ariza Camacho nació en 1880 y fue doctor y puericultor. Vivió en Sevilla y trabó una fuerte amistad con Blas Infante, de quien llegó a ser padrino de boda, y otros andalucistas de la época.

En el año 1896 se aprobó una ley que prohibía cazar pájaros insectívoros. Aunque el artículo 2º de dicha ley indicaba que se había de poner una placa en la puerta de los ayuntamientos para informar al respecto y educar en la protección de las aves, fue Antonio Ariza quien mandó hacer una serie de azulejos que se distribuyeron por la ciudad de Sevilla en 1925. Hoy día, recuerdan a los niños esta importante lección en las puertas de muchos colegios del municipio hispalense.

“Los tordos serranos y demás pájaros o aves salvajes que les igualen o superen en tamaño, se podrán cazar con estricta sujeción a lo establecido por la ley de Caza de 10 de Enero de 1879; entendiéndose que respecto a las aves rapiñas diurnas, como los milanos, halcones, águilas y quebrantahuesos, y las urracas y cucos no regirá la veda que establece su art. 17, y podrán cazarse durante ella de todos modos, menos a tiros.

Las aves de rapiña nocturnas, los tordos de torre y los demás pájaros de menor tamaño se declaran insectívoros, y no podrán cazarse en tiempo alguno, de conformidad con lo dispuesto en el párrafo tercero del mencionado art. 17.” Ley del 19 de Septiembre del 1896

Se conservan y conocen dos modelos de estas placas:

1) Niños: No privéis de la libertad a los pájaros; no los martiricéis y no destruyáis sus nidos. Dios premia a los niños que protegen a los pájaros y la ley prohíbe que se les cace, se destruyan sus nidos y se les quiten sus crías.

2) Los hombres de buen corazón deben proteger la vida de los pájaros y favorecer su propagación, protegiéndolos. Los labradores observarán cómo disminuyen en sus tierras las malas hierbas y los insectos. La ley prohíbe la caza de los pájaros y señala pena para los infractores.

Estos textos, obras de Antonio, recuerdan poderosamente a la plegaria del pájaro que escribiera Blas.

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Sin embargo, el uso de estas places parece eclipsar la extensa carrera de este gran trabajador del andalucismo y animalista. En este mismo plano de acción, Antonio Ariza también dirigiría muchas de las campañas antitaurinas de la época, junto con su círculo (Blas Infante, Eugenio Noel, Pedro Vallina, etc.). Asimismo, fue uno de los principales precursores de la actual Sociedad Protectora de Animales de Sevilla. Mucha gente hoy le considera uno de los principales precursores del ecologismo actual.

Participó del Centro Andaluz de Sevilla y llegó a dirigir la revista Andalucía. Fue sindicalista en la Unión General de Trabajadores (UGT) y trabajó profusamente en los barrios obreros más activos de Sevilla.

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Trabajó ampliamente la infancia, no sólo desde el punto de vista sanitario, sino también educativo, y ayudó a su alfabetización.

Ariza también fue asesinado, fusilado frente a las tapias del Convento de los Remedios de Sevilla. Según algunas fuentes, sería el 7 de agosto, apenas 3 días antes que Infante. Otras, en cambio, relatan el día 25 o 26 y relatan que su compañera sentimental intentó subir al coche donde se lo llevaban para evitar su muerte.