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Consideraciones olvidadas en los erróneos y apresurados análisis de las elecciones en Bolivia

La actualidad, o más bien su consumo, sucede a la velocidad de la luz en el vacío. Hace unos pocos días el mundo estaba pendiente de Ecuador, y ahora ya casi nadie se acuerda ni del nombre del presidente que se manchó las manos de sangre con nada menos que 8 fallecidos, a causa de su represión. Muchas menos personas se habrán dedicado a reflexionar si ya hay nuevo decreto que sustituya al 883, ni el contenido del mismo. Eso ya ha pasado, toca lo siguiente.

Ayer los bolivianos acudieron a las urnas para decidir entre mantener el cambio socialista iniciado en 2006 por Evo Morales y su organización Movimiento Al Socialismo (MAS), o regresar al anterior sistema capitalista en fase neoliberal propuesto por el expresidente Carlos Mesa.

Sin tener en cuenta los pormenores del escrutinio, una gran cantidad de analistas políticos, periodistas y comunicadores, se lanzaron a publicar en medios de comunicación y Redes Sociales que habrá una segunda vuelta en Bolivia, para no perder impacto mediático y hacerse con todas las visitas posibles y con la mayor cantidad de interacciones. Y a otro tema, ya nos veremos el 15 de diciembre cuando sea la repetición electoral.

Esta falta de profesionalidad, y de ética periodística, que responde simplemente a una competencia por ser el primero en publicar la información, aunque no haya dado tiempo a contrastar y el formato en el que se presente sea sensacionalista, para conseguir una ingente cantidad de clicks que llenen de dinero los bolsillos de quién lo publica, o simplemente por una cuestión de ego, o a veces ambas.

El problema es que hay ocasiones en las que el escenario político es lo suficientemente complicado como para no acertar con un análisis que se hace en cuestión de minutos, hace falta dedicarle un poco más de tiempo y recursos, pero no compensa porque a medida que pasan los segundos, los clicks se los llevan otros.

En este caso hay que añadir, además, un contexto especial. Existe una derecha con bastantes ganas de quitarse a Evo Morales de encima para reforzar el relato hegemónico en la parte que sostiene que “la izquierda lo hace tan mal en el gobierno, que no es capaz de vencer en las urnas de manera sostenida“, lo que profundizaría en el imaginario colectivo la idea de que el ciclo político que se inició en 1999 con la victoria de Hugo Chávez, ha terminado, demostrando de paso uno de los argumentos más clásicos del capitalismo hoy en fase neoliberal: que “el socialismo es parte del pasado y no funciona“.

Lo que no se ha tenido en cuenta es que la segunda vuelta no está asegurada, Evo Morales aún puede ganar en primera vuelta. El 50% de los votos en favor de Evo Morales es posible.

  • Erróneamente, se ha expresado que se ha escrutado el 89% del voto, sin embargo ese número responde a las actas transmitidas.
  • El porcentaje del voto escrutado es del 83%.
  • Quedan 5336 actas por escrutar.
  • Aún hay 850 752 votos por contar.

El 17% del voto que queda por contar es el de las zonas rurales, en las que Evo Morales cuenta con un apoyo masivo. Con que el líder del Movimiento Al Socialismo se haga con 235 000 votos de los 850 000, habrá logrado vencer en la primera vuelta.