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Badfinger, o cómo pasar de la gloria a la maldición

Pocas historias en torno a una banda musical resultan ser tan tristes e injustas como la sufrida por Badfinger, la cual les voy a relatar a continuación dada la importancia que la formación había llegado a poseer en su momento.

El epicentro de la historia se sitúa en Abertawe, Swansea (País de Gales), en el que un grupo llamado The Iveys comienza su andadura musical en 1965 sin imaginar lo que se le vendría encima.
A pesar de que el protagonismo es compartido en varios momentos, es preciso destacar la figura de Pete Ham, un talentoso músico que transmitía por medio de su voz y su guitarra. Junto a él figuraban el bajista Ron Griffiths, el también guitarrista David Jenkins y el batería Terry Gleason. Poco duró esta formación, ya que a medida que pasaba el tiempo fueron llegando Mike Gibbins y Tom Evans para reemplazar a Gleason y Jenkins respectivamente. Así logran firmar por Apple, el sello discográfico que abrigaba a la banda más poderosa del momento: The Beatles.

Fruto de ello, consiguen grabar el single “Maybe Tomorrow” que, a pesar de no triunfar en el Reino Unido y Estados Unidos, se ve respaldado por un álbum epónimo con el que no consiguen los resultados deseados.  Curiosamente, Paul McCartney ve en ellos una joya por pulir y les escribe la canción “Come and Get It” para la banda sonora de una película llamada The Magic Christian. Se optó por lanzar como sencillo y entró en el top 10 de los dos mercados musicales más importantes, por lo que prosiguieron en la grabación de canciones para la banda sonora, no sin algunos sobresaltos, ya que Ron Griffiths decide abandonar en mitad del proyecto y obliga a Tom Evans a utilizar también el bajo para seguir adelante.

El comienzo

Deciden aprovechar el momento y cambian el nombre a Badfinger. La grabación final incluye las mejores canciones del álbum lanzado bajo The Iveys junto a nuevas composiciones, dando así forma al larga duración Magic Christian Music (1970)

El debut como Badfinger dejaba algunas perlas de pop rock y power pop guitarrero con buenas armonías vocales. Así aparecen las ya mencionadas “Come and Get It” y “Maybe Tomorrow”, pero también “Rock Of All Ages” y “Carry On Till Tomorrow”. Las labores de producción fueron compartidas por Mal Evans, Tony Visconti y el propio Paul McCartney, que también participa en algún tema. Las críticas resultaron ser favorables y comenzaron poco a poco a labrarse un nombre, mientras al seno de la banda llegaba Joey Molland, un guitarrista que libera a Evans para ocuparse casi exclusivamente del bajo, a lo que se tendría que acostumbrar definitivamente.

El despegue musical

Tan solo unos meses más tarde, pero con una experiencia mayor, entran en el estudio para la grabación y posterior lanzamiento de No Dice (1970), un disco netamente superior en el que se van intercambiando las labores en las voces principales al igual que en la autoría de las composiciones, siendo en su mayoría de Pete Ham. La producción corre a cargo de Geoff Emerick, salvo en un par de cortes donde todavía permanecía Mal Evans.
Se lanza como sencillo “No Matter What” y el crecimiento de Badfinger es imparable. Si a ello le sumamos que son contratados para participar en el disco All Thing Must Pass (1970) de George Harrison, la situación no podría ser mejor.

No Dice aguardaba otras sorpresas, además de un endurecimiento del sonido mucho más enfocado al power pop del momento, pues contenía canciones de enorme calidad como la inicial “I Can’t Take It”, “Better Days” o la balada “Without You”.

Como el grupo comenzaba a generar bastantes beneficios, necesitaban de una persona que pusiese en orden sus finanzas, por lo que recurrieron a Stan Polley, un manager con el que pretendían crecer en todos los sentidos, aunque en poco tiempo resultaría ser un quebradero de cabeza. Mientras tanto, Evans y Molland colaboraban en el álbum Imagine (1970) de John Lennon.

Tras convencer con No Dice, era el turno de refrendar las buenas sensaciones con un nuevo lanzamiento, el cual llevaría por título Straight Up (1971), siendo para muchos el techo creativo de Badfinger. Fue producido por George Harrison y Todd Rundgren (casi nada), y en él había joyas de la talla de “Baby Blue” y “Day After Day”, ambas con buenas posiciones en las listas estadounidenses y británicas, o la mágica “Name of the Game”. Para rizar el rizo, días más tarde salía al mercado el mítico The Concert for Bangladesh de Harrison en el que el artista volvía contar con los servicios de la banda, y Harry Nilsson se hacía de oro con una versión de “Without You”, lo que a priori supondría buenas noticias para ellos. A priori…

Comienzan los problemas

A pesar de las buenas críticas dirigidas hacia Straight Up y que las ventas comenzaban a ser importantes, Apple no hizo una promoción acorde con el artefacto que tenía entre manos, lo que privó al disco de ser un posible superventas. Además, el manager de la banda comenzaba a hacer movimientos extraños con el dinero del grupo.
Tras pasar gran parte de 1972 de gira, los Badfinger decidieron volver a componer un nuevo álbum llamado Ass (1973), último con Apple antes de que éstos fuesen cayendo en picado y se viesen imposibilitados para pagar lo perteneciente a las ganancias del grupo durante años. El disco no contaba con la brillantez de No Dice o Straight Up, pero es que el escenario tampoco era el idóneo para ello.
Polley por su parte negoció un contrato sustancial con Warner Bros a espaldas de todo el mundo, un paso clave en esta historia.

Con tan solo unos meses de diferencia y unos ánimos bastante mermados ya, Ham, Molland, Evans y Gibbins dan forma al primer trabajo bajo el sello Warner titulado simplemente Badfinger (1974). Tampoco poseía el brillo de antaño, pero escondía gran parte del talento mostrado hasta el momento. La tensa situación con su anterior sello y la falta de dinero les estaba consumiendo. Aún así, reunieron fuerzas suficientes para regresar muy poco después con Wish You Were Here (1974), un trabajo alabado por la crítica especializada gracias a magníficas composiciones de la talla de “Just a Chance”, “You’re So Fine” o “Dennis”…pero saltó la sorpresa.

Warner Bros decidió retirar el álbum del mercado al percatarse de que había movimientos raros con el dinero. Stan Polley se estaba quedando con los adelantos y las ganancias del grupo. Comenzaron las demandas, Pete Ham abandonaba la banda y el sello amenazaba con romper el contrato si el principal compositor no regresaba. De hecho, Badfinger grabó un disco llamado Head First (1975) con Bob Jackson reemplazando a Ham, pero éste no vio la luz hasta el año 2000 y a modo de “regalo” para seguidores.

Las tragedias

La vuelta de Pete Ham no frenó la cancelación del contrato de Warner con el grupo por culpa de las estafas de Polley y debido a una relación entre ambos frentes bastante deteriorada. Ham, que con lo generado debería vivir con cierta comodidad, estaba arruinado, no podía hacer frente a las facturas y no veía que le fuesen a pagar lo que le pertenecía. El 23 de abril de 1975, con una esposa, un hijo y una hija en camino, aparece ahorcado en su garaje tras no soportar la presión. Falleció con 27 años e inauguraba la historia negra de Badfinger.

El duro varapalo no frenó a un grupo que se reformó tras el shock manteniendo a Molland y Evans e incorporando al batería Kenny Harck y al guitarrista Joe Tansin, dando un paso adelante para publicar el álbum Airwaves (1979) con el apoyo de Elektra, una filial de Warner por aquel entonces, y con la producción de David Malloy.

Comienza el desfile de miembros con diversas idas y venidas, provocando más desestabilización en el seno de la banda. Dos años más tarde aparece Say No More (1981), en el cual se mantiene a los clásicos Molland y Evans, pero incorporando al teclista Tony Kaye (Yes), al guitarrista Glenn Sherba y al batería Richard Bryans. Nada sería lo mismo. El daño que Apple y Stan Polley habían hecho a la banda fueron devastadores, pero quedaron heridos de muerte tras el suicidio de Ham. Y como las desgracias no vienen solas, el 19 de noviembre de 1983, Evans también se ahorcó, aunque esta vez en el jardín de su casa.

El legado

Badfinger ya había muerto cuando Polley los estafó, Warner rompió el contrato y Pete Ham no pudo superar tanta injusticia en un corto intervalo de tiempo. De hecho, lo que vino después fue un reflotamiento de la banda que se agotó definitivamente con el también triste fallecimiento de Evans.

Sin embargo, mucha gente sigue reivindicando hoy a una banda que lo tuvo todo en su mano para escribir historias más bonitas que las que realmente se plasmaron. Quizá pecaron de inocentes, quizá permanecieron mucho tiempo enamorados de la música sin darse cuenta de que los parásitos habían decidido jugar con sus vidas. Sea como fuere, sus canciones permanecen muy vivas, siendo un puñado de ellas verdaderas joyas. Alguna como “Without You” fue versionada e inmortalizada por gente como Harry Nilsson y aún más tarde por Mariah Carey.

Que este artículo sirva para que los ajenos a la música de estos talentos puedan descubrirlos y llevarse un pedazo de esta historia. Historia de oro teñida de negro.

Si aún tienes ganas de más…

Aunque soy partidario de la escucha de álbumes de forma íntegra, ofrezco aquí una lista de canciones para que los interesados puedan hacer una playlist con algunas de las canciones más importantes de la banda: