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Crónicas de confinamiento por el coronavirus. La ansiedad entra en escena

Cuándo terminé el relato anoche,  el titulado Nuevos Comienzos, dije que había terminado las actividades y ciertamente lo hice pero, como inconformista siempre, no me gustaron y decidí hacerlas de nuevo, pero todavía no las hago, no encuentro temas que me terminen de convencer.

Terminamos nuestra noche con otro capitulo de Élite, entonces me fui a la cama sobre la medianoche, súper tarde y estaba cansada, ya no soy lo que era hace un par de meses que me acostaba a las 2 de la mañana sin problemas, para después despertarme a las 8 a las puteadas limpias para ir a trabajar.

También he notado que estoy durmiendo más de ocho horas por noche para levantarme bien sin la necesidad de dormir una siestita. ¡Cómo cambia nuestro funcionamiento diario cuando hacemos ejercicio y comemos bien! El cuerpo es muy inteligente y hay que saber escucharlo.

9:20

Abrí los ojos, me pareció que había demasiada claridad, agarré el teléfono miré la hora y ¡casi me da un paro cardíaco por lo tarde que era! Anoche me dormí pensando en todo lo que iba hacer en la mañana, pero no podía ser posible, ya era tarde.

10:00

Desayunando sola comí una banana, leche de avena y cereal. Pensé ok hoy no es el día de nadie que para la hora que es esté sola en la cocina. Terminé, me fui a la habitación y mi cerebro me mandó la señal de que “hoy es el día de cambiar las cosas de lugar”.

Me puse con todo a cambiar muebles de lugar, limpiar, ordenar todas las mierditas que solemos tener, como collares, aros, perfumes, etc. Pensando “qué carajos, en mi vida diaria no uso ni la mitad de estas cosas“, pero bueno estaban ahí y tenía que darles un lugar.

11:00

Llevé la mochila de Nepal a la galería para meterla en el lavarropa., Mi amiga estaba en ese momento terminando de poner ropa para lavar y me dijo “lávala a mano ahora hay mucho para meter en la lavadora”, y le dije que no porque como tampoco la voy a usar en mucho tiempo, podía esperar para lavarla después y en ese momento la observé, estaba mal. Le pregunté si había estado llorando y me dijo que no. Volví a la habitación a seguir cambiando las cosas de lugar.

Me llama el maldito bastardo porque no encontraba el té de tila, que lo buscaba para mi amiga, efectivamente algo le pasaba, él me dijo que estaba teniendo ansiedad por todo lo que estamos pasando, más lo que carga de antes, sumamente entendible la situación.

Fui a la habitación a verla, también estaba la otra chica de casa. Los cuatro en la habitación de ella, tratando de ayudarla como podíamos, hablando con ella, dejándole espacio para respirar para que no asintiera presión porque estemos ahí. Los dejamos a los dos solos, yo me fui a seguir con mi habitación

12:00

Nos encontramos con mi amiga en la cocina, no me acuerdo a qué fui, y estuvimos de acuerdo en que ejercicio hoy no, ella no podía y yo estaba con todo en el cuarto.

13:00

Me puse a hacer la comida, hablé un poco con mi amiga, ya estaba un poco mejor. A las personas que no pueden llevar bien el encierro porque la cabeza les va a mil revoluciones por minuto, decirles que tranquilos ya saldremos de esta, y siempre pueden contactarse con familiares o amigos o alguna persona para charlar y sacar un poco lo que podamos tener dentro.

Las personas que tienen a algún conocido, amigo o familia que ustedes sepan que pueden no estar pasándola bien, contáctense, escuchen, al final hay muchos que solo necesitan un oído, también recomiendo la meditación, el simple hecho de aprender a respirar va muy bien.

14:00

Almuerzo, salió muy bien la cuasi paella que hice y es la primera que he hecho, es cuasi porque solo tenia gambas.

15:00

Otro capitulo de Brooklyn 99, con un té de manzanilla, cada vez me gusta más la hora del almuerzo. De postre el maldito bastardo nos habilitó a comer lo que quedaba de helado, una cucharada sopera para cada una. Que mimo al alma es lo dulce.

16:00

Nos pusimos a ver una peli que me recomendó un amigo, una locura de película se llama “El hoyo”. Esta en la plataforma de Netflix, una locura buenísima y para pensar.

Mi amiga ya estaba un poco mejor pero le dolía el pecho, la ansiedad se posa en diferentes puntos del cuerpo y a ella se le va ahí, hace un par de meses se fue al medico para ver que podía ser, y le dijeron que era por dormir mal, hasta que se lo comento a su psicóloga que le dijo eso es ansiedad.

Como dice unas de mis mejores amigas “todos necesitamos ir al psicólogo, todos tenemos algo adentro que nos hace mal”, más tiempo pasa más estoy convencida de eso, porque siempre tenemos algo que nos atormenta y los médicos no saben verlo pero los psicólogos sí.

No olvidemos que todo lo que tenemos en la cabeza, la mente lo manda al cuerpo para que hagamos algo, nuestro cuerpo y nuestra mente son muy inteligentes una vez más les aconsejo: escuchen a su cuerpo y a su cabeza, escuchen lo que les dice.

20:00

Salimos al balcón, hora de aplaudir, nos sorprendió que mucha gente no saliera, esto puede ser una mierda pero hay gente saliendo a trabajar por la salud de todos y deberíamos devolverles un poco lo que nos brindan, aunque sea con un aplauso diario que es lo mínimo que podemos hacer en estos momentos.

Un día más de cuarentena un día menos para poder salir a la calle.

Anteriormente en Crónicas de confinamiento por coronavirus...

1. Crónicas del confinamiento por el coronavirus [Día 6].

2. Crónicas del confinamiento por el coronavirus. Noche de gala.

3. Crónicas del confinamiento por el coronavirus. Maldito bastardo.

4. Crónicas de confinamiento por coronavirus. Dolor, chocolate y alegría.

5. Crónicas de confinamiento por el coronavirus. Nuevos comienzos.