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Crónicas de confinamiento por coronavirus. El tiempo pasa…

10:30

Abrí los ojos, miré la hora y pensé “¡la puta madre qué tarde!“. Tenía que levantarme temprano, pero me olvidé de poner la alarma del celular, así que como no había más remedio me levanté, ya era tarde pero tampoco podía volver el tiempo atrás.

11:30

Después de desayunar un café con leche de soja, dos tostadas de jamón serrano y una banana, me metí en la habitación para ponerme a trabajar, quedamos con la gente de casa en hacer la rutina de ejercicios a las 13 para que se me bajara bien el desayuno, porque los dos ya habían desayunado.

Al principio de esta cuarentena me levantaba súper temprano, pero el insomnio por la noche está matándome y claro, cuando me duermo me duermo. Lo bueno es que no me despierto durante la noche solo me cuesta conciliar el sueño, debería de irme a la cama más temprano para dormirme más temprano y ponerme alarma, sobre todo ponerme una puta alarma.

13:00

Vino el ángel de la guarda a buscarme a mi oficina porque yo no me había dado cuenta de la hora que era. Justo la de hacer ejercicio. Mi amiga ya estaba lista, le hice una trenza para que estuviera cómoda y con la ropa que llevaba parecía una boxeadora.

Comenzamos con la rutina de pesas como cada martes, como la rutina es progresiva me cuesta igual que el primer día, ¡qué tortura! Pero no me arrepiento ni un poco de haber empezado con esto, físicamente me estoy sintiendo muy bien, solo con eso ya siento que he ganado. Ahora toca mantener el hábito que es lo más complicado.

14:00

Hice unas cosas que me faltaban y me fui a la cocina. Hoy me toca a mi cocinar, el menú de hoy: pastel de papas. Una comida Argentina que hacía mucho tiempo no comía, quedó espectacular.

Mientras cocinaba me llamó mi amiga de Londres, me contó que falleció un señor que trabajaba en los eventos del local, y que además es familiar del dueño, me puso tan triste la noticia… no podía creerlo.

El coronavirus se está llevando mucha gente, y tomé las dimensiones reales de esto cuando ella me dio la noticia. Es jodido y puede tocarle a cualquiera, hay que seguir con las precauciones y respetando el confinamiento, no hay opción, por cada uno de nosotros y por los de nuestro alrededor.

15:00

La comida estaba lista, mi amiga se encargó de poner la mesa y nos sentamos, les gustó el almuerzo que les preparé, la próxima vez que lo haga lo haré de boniato para que sea distinto. Vimos un nuevo capitulo de Brooklin nine nine y ya era hora de mi clase de inglés.

16:00

Le hablé a mi profe y me dijo que nos faltaba una hora para la clase, claro con el cambio de hora en verdad la clase de hoy era a las 17, así que aproveché para ver unos mails que necesitaba contestar. Rápidamente se me hizo la hora, ¡que rápido que pasa el tiempo cuando estamos haciendo cosas! Es increíble.

17:00

Empezamos la clase, hoy vimos las correcciones de las últimas actividades, la primer parte las había hecho fatal, así que se tomó el tiempo de explicarme de nuevo y hacerme ver que en realidad lo sabía, solo que en el momento de hacer los ejercicios probablemente estaba distraída.

Y sí efectivamente, me cuesta ponerme al 100% con algo porque me distraigo muy fácil con mis pensamientos, otra cosa más en la que tengo que trabajar. Lo curioso es que siempre me pasa cuando estoy estudiando porque trabajando me concentro enseguida, supongo que mi cerebro hace algún tipo de cortocircuito cuando estudio, no lo sé.

18:30

La clase había concluido y yo tenía hambre. Mi amiga justo estaba por merendar así que nos hicimos un licuado de banana, cereales y leche de arroz y nos fuimos al balcón.

No me quedé mucho tiempo, tenía que ponerme a escribir la nueva entrega de las crónicas de confinamiento por coronavirus, y a terminar de ver unas cosas antes de aplaudir. Entre ellas ordenar un poco mi habitación que ya no es una habitación es una cueva.

Entre el escritorio que lo tengo con mil hojas de inglés, lapiceros -y muchas cosas más que hay encima que deberían estar en las estanterías-, y la ropa que tengo desparramada… Ya no lo soporto, porque soy desordenada hasta un cierto punto, que es cuando ya no encuentro lo que busco o cuando me agobia ver el desorden. A este punto he llegado ahora.

20:00

El ángel me llamó para ir a aplaudir, porque con la música a todo volumen no me había dado cuenta de que ya habían empezado. Salí corriendo al balcón, había bastante gente y saludamos de nuevo a los viejitos, ellos están siempre.

Entré directo a mi habitación, reordené mi armario y me puse a ver un par de cosas que todavía tengo en mi antiguo cuarto pero no pude terminar porque me llamaron a comer, de la cena se encargó hoy mi amiga, porque vio que yo todavía estaba ocupada ordenando.

Un día más de confinamiento, un día menos para poder salir a la calle.