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Crónicas del confinamiento por el coronavirus. Maldito bastardo

Me pareció una locura cuando hace unos días se hicieron las cuatro de la tarde y se publicó la primera crónica del confinamiento por el coronavirus en elestado.net , no podía creer lo que estaba pasando, me puse a temblar y me transpiraban las manos, porque cuando me lo propusieron dije que sí de una, sin pensar tanto en lo que conllevaba el publicar mis vivencias.

Se los pasé a mis familiares y a mis amistades a ver qué les parecía, todos fueron comentarios positivos, felicitaciones y palabras que me llegaron al corazón, ¡en la crónica del día 7 no hablo de esto porque necesitaba tiempo para procesar toda esta locura hermosa!

Hoy, en el día 8 quiero parar un segundo y agradecer a todos lo que se están tomando el tiempo de leerme, siempre he escrito cosas que nunca nadie leyó, porque sentía que el momento de escribir era algo de mi para mí, y ahora mostrarlo, mostrarme, es muy impactante. ¡Gracias! Y espero que les entretenga leerme tanto como a mí me gusta escribir este día a día con la locura que ha generado el coronavirus.

Mi día ayer terminó con una noche de gala hermosa, llena de risas, comiendo rico, sin las restricciones de la bendita dieta. Lo que me ha llenado el simple hecho de arreglarme y ver a los de casa arreglados es inexplicable, sentía que era Navidad, la había esperado toda la semana desde el momento en el que empezó esta cuarentena, lo planteé en casa ni bien llegué de mi viaje, me pregunté ¿y por qué no? El resultado fue positivo no, lo siguiente. Propónganselo, ¡es un mimo al alma!

8:00

Me desperté porque necesitaba ir al baño y volví a la cama porque hoy es nuestro día libre de ejercicio, así que no tenía la necesidad de desayunar temprano,  me relajé en la cama, chequeé noticias, redes y me dormí de nuevo.

10:00

Me desperté por segunda vez en el día pero con un hambre voraz, fui al comedor donde estaba una de las chicas con la televisión, con una sonrisa enorme diciéndome “Ro, hoy no hacemos ejercicio, desayuna lo que quieras es nuestro día libre”. Me alegró la mañana.

Me hice el desayuno, una chocolatada de leche de avena con una porción de tarta de queso con oreos que sobró de la cena, sentí como mis pupilas se dilataron por el azúcar, ¡qué sensación más hermosa!

Al igual que anoche, lo que me hace reflexionar sobre la cantidad de azúcar que consumía diariamente y no sentía lo que siento ahora, claro mi cuerpo estaba acostumbrado a sentirlo, ahora siento que es mi droga, porque el azúcar es una droga y súper adictiva. Qué fuerte nunca lo había pensado.

11:00

Prendí la compu. Llegó la hora de ponerme a escribir. Necesitaba empezar cuanto antes el relato de hoy para agradecer(les) todo esto, pero no puedo dejar de pensar en lo que soñé cuando me volví a dormir, soñé que estaba en Mendoza con una de mis mejores amigas y mi papá, que se sorprendían porque les decía “Guau como ha cambiado esto”, a lo que ellos sorprendidos me preguntaban cuánto había pasado desde que me fui y les dije dos años, se quedaban estupefactos mirándome, como si no me entendieran.

Caminábamos por unas calles que hace dos años atrás eran barrios y en la actualidad de mi sueño se habían convertido en calles de negocios, entre la gente me parecía ver a alguien que conocía pero no estaba segura, ni de quién era ni si realmente conocía.

Cuando llegaba a poder tocar a la chica me desperté por mi hambre. Me pareció tan raro soñar eso, hacía meses que no soñaba con Mendoza, la tierra del sol y del buen vino, mi tierra. Me corre un escalofrío por la espalda cada vez que pienso en el día que vuelva, sé que ha cambiado mucho, ni siquiera voy a poder tomarme el micro, porque cambiaron los recorridos y los números, qué fuerte pensar en esto .

12:00

Me resigné a ponerme a ordenar mi habitación, porque hace ocho días que volví de Nepal pero antes llegué a Barcelona después de haber estado en Inglaterra por 6 meses, pero claro llegué el primero de este mes, y el tres me fui a Nepal que se suponía iba a ser un viaje de 25 días.

Pero bueno vimos cómo estaba la cosa en Italia y con la ayuda del novio de una de las chicas pudimos cambiar el vuelo lo antes posible, porque teníamos miedo de quedarnos varadas del otro lado del planeta.

Este chico ha sido nuestra salvación, nuestro ángel de la guarda en toda esta locura que estamos transitando, además de cambiarnos los vuelos vino de Madrid a recibirnos, hizo una gran compra en el súper, y el maldito bastardo nos puso a dieta y a hacer ejercicio diario.

Claramente espero que nadie haya pensado que fue pura voluntad mia, sí que quería hacerlo, pero sin él en casa ya me hubiera comido 5 kilos de chocolate, 4 bolsas de doritos y 20 pizzas en lo que va de esta semana por dar un ejemplo.

Pero bueno esta cuarentena vino a cambiarnos la vida y a que hagamos cosas buenas para nosotros mismos, que practiquemos la empatía y la solidaridad con los demás. Conclusión tenia la valija de Londres con cosas de mis últimos 6 meses de vida, una valija bastante grande, y a parte la mochilita de Nepal, esta sí que era chica porque me negué rotundamente a llevarme la de mochilero, me daba mucho palo cargarla, y menos mal porque al final solo estuve una semana viajando,  solo usé la mitad de la ropa, pero tenía que ordenar y organizar mi habitación.

13:00

Salí a fumar, salió una de las chicas conmigo nos pusimos a charlar, tocaba confesionario, me estuvo hablando del relato y de su pareja a la cual no la había incluido hasta un par de párrafos más arriba, y me dio el OK de incluirlo.

Una cosa es que yo les cuente mis vivencias y otra es exponer la vida personal de mis compis de piso, pero en esto estábamos de acuerdo, y era que él en este momento de nuestras vidas está siendo un ser crucial, en lo personal me está haciendo crecer muchísimo, en mi vida no me había cuidado y ahora en confinamiento gracias a su paciencia y dedicación lo estoy haciendo, tenía que tener su papel marcado en este relato.

Claramente me puse súper feliz de poder incluirlo, ahora sí mis crónicas del confinamiento por el coronavirus cobran muchísimo más sentido, sobre todo a la gente que me conoce y sabe lo pajera que soy, que sepan que el merito es totalmente de este maldito bastardo.

13:30

Miré el reloj y pensé, “mierda, la comida“. Me puse a recalentar los ñoquis que habían quedado del viernes, con bacon, un poco de omellete que había quedado de anoche y queso, le agregue un poco más de salsa y al horno.

Pero la gente de casa no quería moverse, una de ellas en la Xbox, la otra en el balcón fumando y el otro en la computadora trabajando. Me valen cinco hectáreas de verga muchas cosas en esta vida, pero la hora de la comida para mi es la hora de la comida y si está lista, todo el mundo a la mesa.

Pero claro, tuve que esperar unos 10 minutos y después de dos gritos en el comedor diciendo que movieran las patas, nos sentamos a comer.

15:00

Claramente el ordenar quedó en segundo plano, nos pusimos con la Xbox One mientras que una de las chicas limpiaba la cocina, todavía teníamos los platos sucios de la noche de gala, así que se pueden imaginar la mugre que era eso, pobre de verdad, la fui a ver en un momento y estaba tratando de hacer funcionar el lavaplatos, le di ánimos y me fui al comedor de nuevo.

17:00

Empezamos la sexta peli de Harry Potter,  ayer tampoco vimos porque una de las chicas, con la que veo la saga, no había tenido un buen día y no le había apetecido ver la peli, así que hoy nos pusimos de nuevo.

18:00

Paramos la peli para ir al baño y ponernos a charlar con la gente de casa que estaban jugando al Gears Of War, y pensé “guau lo que nos esta salvando la tecnología“. Veo muchísima gente haciendo vídeos para las redes sociales, cantando, bailando, haciendo bromas, haciendo ejercicio, haciendo algún challenge, gente que jamás sube una historia a Instagram por ejemplo, ahora tienen puntitos en vez de lineas.

Yo agradezco estar en la era de la tecnología, por lo menos estamos conectados y haciendo mil cosas. También me di cuenta de que la gente esta siendo muy creativa, la cantidad de artistas que van a nacer gracias a que tenemos tiempo de hacer lo que en verdad nos gusta, me parece fascinante.

20:00

Como todas las noches salimos a aplaudir al balcón por los médicos y enfermeros que están dándolo todo por salvarnos, es genial ver que tanta gente sale y aplaude, grita y silva en agradecimiento, también es lindo sentir que todos seguimos vivos, que en cada ventana hay gente haciendo sus vidas dentro de cuatro paredes, que no estamos solos en esto, darme cuenta que realmente es una situación fuera de lo común pero que al final todos están ahí.

21:00

Acabo de terminar el relato, se supone que jugaremos a un juego de mesa, cenaré algo y a dormir porque mañana se vuelve a la rutina habitual de ejercicio y dieta, y encima hacemos cardio, si no escribo el relato nueve es porque fallecí en el intento de hacer 40 minutos de cardio.

Ya me estaba olvidando, obvio que no terminé con mi habitación pero me queda menos de la mitad, gracias al cielo.