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El dedo señala al gobierno de Lenín Moreno en casos de corrupción

Dos escándalos que señalan directamente al presidente Lenín Moreno y a la vicepresidenta Alejandra Vicuña se han revelado en estos días en Ecuador, dejando vacío de contenido el machacado (y casi desgastado) discurso anticorrupción que pregona el gobierno.

Uno de los casos se trata del pago de unos muebles, por un monto de 20 mil dólares, que habrían sido destinados al departamento que ocupó Lenín Moreno, en Ginebra, en 2015, cuando se desempeñaba como enviado de la ONU para la Discapacidad.

Según la revelación del medio digital “Plan V”, los muebles habrían sido adquiridos por la compañía INA Investment Corp., empresa que estaría vinculada con el empresario ecuatoriano (amigo personal del presidente Moreno), Conto Patiño Martínez, quien a su vez es uno de los contratistas de la compañía china Sinohydro, constructora de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.

La relación de los hechos indican que en marzo de 2010, Lenín Moreno, como vicepresidente, ayudó a concretar el financiamiento de 1.700 millones de dólares para la citada hidroeléctrica, intercediendo ante el presidente Rafael Correa para que reconsidere un crédito con el Eximbank (de China), que había sido cuestionado por las garantías que exigía.

Sinohydro hizo pagos por 18,36 millones de dólares a Recorsa S.A., empresa panameña relacionada con el amigo personal del mandatario ecuatoriano.

El presidente ha guardado silencio sobre el tema, sin embargo, el secretario de Comunicación, Andrés Michelena, alegó que la casa de Lenín Moreno en Ginebra sirvió solo como bodega de los muebles, según él, valorado en 19.342 dólares que pertenecían a María Patiño y Xavier Macías, hija y yerno de Conto Patiño.

Los detalles sobre esta denuncia son abundantes y echan mancha a un gobierno autoproclamado de manos limpias y que, supuestamente, lleva adelante una “cirugía mayor contra la corrupción”, cuyos resultados son cuestionables y que se ha centrado realmente en una venganza político-judicial (una mesa de cuatro patas: Contraloría, Fiscalía, jueces y medios de comunicación), contra el expresidente Rafael Correa y sus colaboradores.

Cobros ilegales

En otro caso, Ángel Polivio Sagbay, presentó una declaración juramentada donde señala que Alejandra Vicuña (actual vicepresidenta del Ecuador) le exigió el pago de parte de su sueldo, entre 2011 y 2013, cuando esta se desempeñaba como legisladora.

El ciudadano declaró haber trabajado en el despacho de Alejandra Vicuña con dos cargos distintos y que debía hacer depósitos a favor de la entonces asambleísta. Incluso, dice que, cuando recibió un ascenso, la cuota también subió.

Debo decir en honor a la verdad que, durante todo el tiempo que trabajé como asistente del despacho de la ex asambleísta María Alejandra Vicuña Muñoz, es decir, desde el primero de junio del año 2011 hasta el 31 de mayo del 2012 como asistente administrativo, me tocaba depositar la cantidad de US300 en la cuenta corriente número 1070535218 del Banco de Machala, que tenía como titular a la ex asambleísta María Alejandra Vicuña”, señala.

Y añade que “esta contribución me fue solicitada directamente por la ex asambleísta María Alejandra Vicuña como condición para darme el cargo. Ella me indicó que era una contribución obligatoria para el movimiento Alianza Bolivariana Alfarista (ABA)”.

En declaraciones a la prensa, Alejandra Vicuña ha dicho que las acusaciones son una infamia que se resolverá por la vía judicial. En tanto, la Fiscal encargada, Ruth Palacios, anunció el inicio de una investigación de este caso que salpica al gobierno de Lenín Moreno.

El 4 de agosto de 2017, mientras avanzaba la investigación por los supuestos sobornos pagados por la empresa brasileña Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, Lenín Moreno se adelantó al dictamen de la justicia y mencionó (en referencia al entonces vicepresidente): “lastimosamente ingeniero Jorge Glas, el dedo apunta cada vez más hacia usted”.

El tiempo parece girar la situación y el dedo señala ahora al gobierno de Lenín Moreno.

El expresidente Rafael Correa hizo su propia interpretación de los hechos: “Cuando alguien traiciona un ideal solo es cuestión de tiempo que se evidencie su total deshonestidad. …Todo era cuestión de tiempo”.

18 meses de infamia no han podido probar un centavo mal habido por parte de los dirigentes leales de la Revolución Ciudadana, empezando por JORGE Glas. Todo era cuestión de tiempo para saber dónde estaban los verdaderos corruptos“.