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Denunció a los medios y se quedó sin Twitter (otra vez)

El pasado 28 de septiembre el rapero argentino Daniel Devita estrenó su más reciente material titulado “No Vuelven Más” en el que expone crudamente al periodismo corporativo de su país, estrechamente vinculado al gobierno de Mauricio Macri. En este artículo para ElEstado.Net (nuestro portal que viene sufriendo embates similares) él mismo nos cuenta de qué se trata esto de meterse con el dueño de la pelota.
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Estimados lectores de ElEstado.Net, ¿Qué no se ha dicho aún sobre los medios de comunicación corporativos y el papel fundamental que ocupan en la defensa del poderoso (y en perjuicio de las mayorías populares)?

Estos meses en Argentina, asistimos a un brusco e infame viraje en la línea editorial de varios comunicadores, que ante el aplastante triunfo de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner en los comicios de agosto, empiezan a abandonar el barco de Mauricio Macri y sus dádivas suculentas.

Los que menos se avergüenzan de tener la cara tan dura como una piedra, se atreven a hacer un insólito mea culpasubestimamos la crisis”, “estuvimos lejos de la gente”, “no supimos ver el sufrimiento que están padeciendo los trabajadores” y un sinfín de frases de salón con las que buscan salvar la poca credibilidad que les queda.

Ante este panorama, las fuerzas populares se ven en una disyuntiva; aceptar las disculpas y legitimar el discurso de los intelectuales orgánicos de stablishment, en pos de subsanar las divisiones sociales (cerrar la tan mentada “grieta”), o exponer a estos paladines de la mentira y las operaciones mediático-judiciales para demostrar de una vez por todas, que estos años han sido una formidable puesta en escena.

Los que me conocen, ya sabrán cual es mi postura al respecto, pero vale la pena poner en valor algunas cuestiones.

La corporación periodística hegemónica se defiende alzando la bandera de la libertad de expresión, buscando instalar que el próximo gobierno popular llevará a cabo una censura feroz y perseguirá a los periodistas críticos a diestra y siniestra.

Con bombos y platillos auguran la llegada del “Ministerio de la Venganza” y ante esta estrategia muchos optan por retroceder y hacer concesiones mientras que estos medios no han hecho prácticamente ninguna.

No han dejado de machacar con las causas ridículas que se le adjudican a Cristina Fernández y a la enorme lista de presos políticos que hay en nuestro país, no han salido a desmentir sus delirios de cuentas off shore inexistentes en manos de parientes y ex funcionarios de la ex mandataria (mientras omiten las decenas de off shore reales de Mauricio Macri), no han pedido perdón por la miserabilidad con la que trataron la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y aún siguen en un festín de estigmatizaciones en contra de los hambreados por este modelo económico.

¿Ante estos ataques de los que ha sido también víctima el candidato a presidente, el cual ha expresado en varias ocasiones cómo su reconciliación con Cristina le valió un cambio rotundo en la forma de ser tratado por los medios de comunicación, debemos pedirles perdón? ¿Perdón por exponerlos? ¿Perdón por abrir los ojos de millones de personas que nunca más dieron por cierta una noticia sin analizar de donde venía y que intereses estaban en juego?

¿Cómo podrá el campo popular cuidar a Alberto y a su gobierno sin desbaratar todo este mecanismo de mentira y manipulación que hoy por hoy trabaja a destajo para evitar su llegada a la presidencia y que ya planea el sabotaje a su mandato si se confirma el resultado en los próximos días?

Pensando en estas cosas surgieron los primeros versos de esta canción que titulé “No Vuelven Más” en esta costumbre que tenemos de resignificar los eslóganes de los enemigos del pueblo, para poner sobre relieve esta cuestión tan simple, pero tan profunda: el que olvida su historia está condenado a repetirla. Y si nosotros permitimos que se instale la idea de que las mentiras de los medios de comunicación son algo normal que debemos aceptar mansamente sin poner en crisis su credibilidad pública, siempre seremos rehenes y esclavos de sus intereses.

Ni revancha ni venganza, memoria y verdad…”. Y también justicia, no esa “justicia” que aplican los oligarcas y los ceos encerrando opositores y despidiendo trabajadores de prensa a mansalva. La justicia vendrá cuando estos mercenarios rentados escuchen la risa del pueblo del otro lado de la pantalla ante sus mentiras, o peor aún, una profunda indiferencia.

Al cierre de esta nota y a pocas horas de haber estrenado “No Vuelven Más”, otra vez me encuentro sin poder acceder a mi cuenta de Twitter, uno de los puntales en la difusión de estas canciones que hacemos con tanto amor y compromiso colectivo. Una vez más podemos ver de forma clara cómo dentro de este sistema es totalmente válido criticar a la política y a los políticos, pero nunca a los grandes consorcios.

Pero nos da mucho orgullo, nos confirma el camino emprendido y la certeza es cada vez más grande… ¡Venceremos!