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La descentralización económica de la Iglesia como forma de enriquecerse

La organización Europa Laica ha presentado un conjunto de tablas en las que presenta los datos a los que ha podido acceder, sobre las subvenciones percibidas por parte de distintas entidades religiosas en el primer semestre de 2.019.

Precediendo a estas advierte que “se recogen solo algunos datos oficiales a los que por diversos medios conseguimos tener acceso, dada la opacidad que existe al respecto y la variedad de fuentes y vías de financiación (más de 8.000 ayuntamientos, más de 50 Diputaciones y cabildos, 17 Comunidades Autónomas, la Administración Central)“.

Es decir que a pesar de ser una cuantiosa suma de dinero, exactamente 26.467.310 euros (más los 22.285.315 euros percibidos en cuestión de restauración del patrimonio), no expresan el monto total del dinero desembolsado a las “40.000 entidades” de la iglesia a las que hacía referencia Fernando Giménez Barriocanal en ‘La financiación de la Iglesia católica en España‘.

En cuanto a subvenciones en cuestión de restauración del patrimonio destacan los 67.375 euros destinados por la Xunta de Galicia a la restauración del retablo del convento de la Merced de Verín. Como también los 20.000 euros desembolsados por el ayuntamiento del PSOE en Sevilla. En dicha ciudad el saldo positivo que resultó de una obra llevada a cabo en Santa Clara el año 2.017 se dedicará a la restauración del retablo mayor de la iglesia de San Martín y la rehabilitación de las pinturas murales de las bóvedas y la cúpula de la capilla de San José.

Cabe recordar que según los datos, la Iglesia Católica percibió por el ejercicio de 2.018 cerca de 270 millones de euros recaudados del IRPF. Ante esta tesitura, observando que posteriormente debe recibir dinero en subvenciones para sus entidades y para la restauración de su patrimonio cabe la pregunta ¿en qué gasta el dinero la iglesia?

La mayoría del dinero, explican los obispos, se envía directamente a las diócesis “para la realización de sus actividades pastorales“. Es decir, un misterio. El mismo Giménez Barriocanal expone que “uno de los principales errores al valorar la economía de la Iglesia Católica en España consiste en concebirla como una única entidad, una especie de holding o multinacional, con unidad de decisión en el ámbito económico“, por lo tanto “hablar genéricamente de los dineros de la iglesia, intentando descubrir una unidad de decisión, carece de todo sentido“. ¿Se trata de una descentralización premeditada con el fin de mantener su extremada opacidad?