The news is by your side.

Diccionario Político: golpe de estado, Horacio Cartes, Jair Bolsonaro, Pepe Lobo

Golpe de estado (Definición). Un golpe de estado es una interrupción planificada de la voluntad popular que sustenta la democracia. Se ejecuta con la intención de sustituir la democracia por una dictadura -que en ocasiones adquiere una apariencia de régimen de libertades formales para evitar la organización de una respuesta popular en forma de revolución-, con el objetivo de cambiar el rumbo económico y social de un determinado gobierno. Durante el siglo XX y la primera década del XXI, los golpes de estado los daba el ejército en las llamadas “asonadas golpistas“, que terminaban con el secuestro o la detención ilegal del presidente votado en las urnas y la imposición de otro de signo contrario. Normalmente ha sido la izquierda en el poder la que ha sufrido estos golpes de estado (Frente Popular en España, Salvador Allende en Chile, Velasco Alvarado en Perú, Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Aristide en Haití…). Sin embargo en la actualidad existe una nueva manera de quitar gobiernos usando las instituciones del Estado, por lo que en apariencia son cambios constitucionales, pese a que detrás llevan una politización de la justicia que usa el aparato mediático de los grandes grupos de poder interesados en el derrocamiento, por lo que se crea un montaje con pruebas falsas, para justificar que los poderes del Estado inicien un juicio político que vulnera la voluntad popular al cambiar de presidente sin el voto popular ni justificaciones legales suficientes.

Horacio Cartes (Definición). Al dar estos golpes de estado mediante esta estrategia que se llama lawfare, el usurpador del cargo que sustituye al presidente legal, suele serlo de transición, para que se concentren en él todas las críticas a la vez que, tras haber vulnerado la voluntad popular emanada de las urnas, sea precisamente él el que organice unas nuevas elecciones. De ellas siempre sale vencedor el candidato de las fuerzas golpistas. Como lo fue Horacio Cartes, que venció en las elecciones organizadas por el golpista Federico Franco que derrocó ilegalmente al presidente bolivariano de Paraguay Fernando Lugo. Horacio Cartes pertenece al Partido Colorado, organización del dictador Alfredo Stroessner Matiauda. Cartes aumentó la deuda de Paraguay un 63% bajo la justificación de paliar la pobreza, sin embargo los fondos fueron a parar a los grandes propietarios de los agronegocios, obtenidos durante la dictadura de Stroessner. La pobreza, tras el golpe de estado contra Lugo llegó a aumentar hasta el 28% en el momento en que Horacio Cartes dejó el cargo de presidente.

Jair Bolsonaro (Definición). Tras el golpe a la presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, Michel Temer fue el político de transición que puso su imagen para que todas las críticas se circunscribieran a él, dejando la imagen de la democracia brasileña lo suficientemente intacta para que el nuevo representante de la oligarquía golpista que llegase, fuera considerado presidente por la Comunidad Internacional. Ese ha sido el fascista Jair Bolsonaro, quien necesitó que el lawfare metiera a Lula en la cárcel en base a pruebas falsas aceptadas por el juez Sergio Moro que, como premio, es hoy ministro de justicia. Bolsonaro ha permitido la destrucción del Amazonas, ha llevado a Brasil a ser la decimoquinta nación más desigual del Mundo, ha desatado una persecución contra la oposición, llegando a prohibir los símbolos de izquierdas, ha aprobado una reforma de las jubilaciones que termina con los derechos conquistados durante los gobiernos del Partido del Trabajo.

Pepe Lobo (Definición). Pepe Lobo venció en las elecciones hondureñas organizadas por el golpista Roberto Micheletti Bain, las cuales no fueron reconocidas por la Comunidad Internacional, y que tuvieron un 80% de abstención. Miembro de una de las dos organizaciones que apoyaron el golpe contra Manuel Zelaya en 2009, Partido Nacional (PN), mantuvo la represión contra las manifestaciones pacíficas, los escuadrones de la muerte, y el regreso a las políticas neoliberales que han sumido a Honduras en la pobreza, que ronda el 60% en zonas urbanas, y se dispara por encima del 80% en el ámbito rural.