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El 20-N más convulso

Hace 82 años, el que sería llamado “caudillo de España“, Francisco Franco Bahamonde, traicionaba al régimen al que prometió fidelidad. Junto a él, funestos personajes de la reciente historia de España como Mola, Sanjurjo o Queipo de Llano le apoyaron en aquel golpe.

El mal llamado “bando nacional” se proclamó vencedor de aquella sombra de casi 4 años que sumió al país en la más dura hambre y penuria. Años de posguerra marcada por el acero caliente de la miseria, el exilio, la represión y la muerte. “No ha llegado la paz, ha llegado la victoria“. Y comenzó una dictadura unipersonal, militar y totalitaria de corte fascista.

No ha llegado la paz, ha llegado la victoria.

Y la bestia murió en la cama -al parecer, afortunadamente sufrió lo suyo-. El 20 de noviembre de 1975, el “generalísimo de todos los ejércitos” dio su último halo de vida dejando “media España muerta de la otra media“.

En su funeral, no fueron pocos los que formaron una inmensa fila en el exterior del Palacio Real. No pocos los que, frente a su ataúd a tapa descubierta, dieron su último adiós al traidor, homicida y dictador saludo fascista y lágrima en la cara. Otros, manteniendo el secreto por miedo aún a unas represalias de las que España ya era perro viejo, irían para mirarle y dedicarle sus últimas maldiciones y a jurarle que ya jamás nadie volvería a imponerles el silencio, a prohibirles el llorar por sus muertos.

Nacía entonces una nueva España. ¿Nueva?

Hoy es 20 de noviembre y se cumplen 43 años de la muerte del traidor, homicida y dictador Francisco Franco. Es el 20 de noviembre más convulso desde su muerte, con una exhumación, de la ilegaliación de la fundación que lleva su nombre y de la creación de una Comisión de la Verdad.

43 años después de la muerte del traidor, homicida y dictador Franco y de una “Transición” que llevaba por bandera oculta la impunidad de los crímenes de la dictadura, la momia de su “excelencia” sigue descansando en el Valle de Cuelgamuros junto a su no tan admirado José Antonio Primo de Rivera.

43 años después, y más que nunca, al traidor, homicida y dictador, se le dicen misas, se le homenajea y se pasea el águila negra y el yugo y las flechas por las calles de numerosas ciudades de España. Es la figura que millones de españoles aún se comprometen en endiosar impunemente, con el beneplácito de las instituciones y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Este martes 20 de noviembre será un día largo para quienes creemos que aún existe un atisbo de democracia en medio de tanta águila, yugos y flechas e impunidad. Hoy martes volverán a salir a la calle a mostrar el contagio de la miseria moral que dejó en muchos españoles el traidor, homicida y dictador Francisco Franco.

Hoy, 20 de noviembre, saldrán quienes echan en falta más represión, más miseria moral y más paredón. Pero mañana, miércoles 21 de noviembre, y déjenme tener esta ilusión, otros tantos y más, ojalá alcemos nuestras voces por nosotros, por nuestros hijos e hijas y por 117.000 voces que clamaron libertad y hoy muchos se empeñan en arrastrar al más absoluto olvido.

No permitamos que lo consigan.