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El POUM, una reflexión sobre la unidad antifascista (II)

Este artículo es la segunda parte de un análisis sobre el papel del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), con especial atención en la etapa republicana española del siglo XX. Para entender la totalidad del artículo se recomienda leer primeramente la anterior entrega haciendo click aquí.
Los sucesos de mayo de 1937
Esos sucesos no fueron obra de una represión gratuita. Como ya comenté anteriormente, el POUM aceptó la posición que le tocaba en la lucha contra el fascismo en la defensa de la Segunda República española y de Cataluña.
Aún con todo esto, las unidades del POUM seguían sin aceptar el mando centralizado y necesario de Madrid, se producían tiroteos o peleas en Barcelona, el partido se mostró profundamente reacio a la ayuda que ofrecía la URSS a la República para contrarrestar la ayuda militar que recibían las tropas rebeldes desde Italia, Alemania, Portugal y unilateralmente de Estados Unidos.
 
Este choque lleva a muchos “súper revolucionarios“, dogmáticos y algunos sectores del trotskismo a atacar a la Komintern y al propio gobierno republicano.
Expresó que el Frente Popular era malo por aceptar la ayuda y asesoramiento soviético. Creando una imagen de un Estado policial establecido en Valencia, Barcelona y Madrid, justo como lo quieren pintar historiadores engendrados por el franquismo y el falangismo, que quieren revisar la historia para justificar sus atroces crímenes contra el pueblo español.
Según este mismo argumento, la República tendría que haberse quedado sola para combatir la traición rebelde, los bombardeos masivos y las fuerzas fascistas extranjeras que invadían España.
El POUM se mostraba cada vez más reticente ante la ayuda de la URSS (que muy a su pesar fue necesaria para combatir a las tropas rebeldes y al fascismo internacional que las apoyaba), por lo que su desarticulación hubiera sido tal vez más correcta por desobediencia, y por su continua política contra el Frente Popular, que llamaba a continuar con la revolución mientras que se libraba la guerra contra el fascismo.
La historia ha demostrado que eso era material y bélicamente imposible. De aquí viene una injuria muy grave por parte de una visión pos moderna y poco certera de la historia, la acusación tan grave de que el Frente Popular estaba controlado por el stalinismo. Nada más lejos de la realidad. Es una acusación tan senil como falsa, que se desmonta al analizar a los que presidían la II República Española: Juan Negrín (socialista) y Don Manuel Azaña (de Izquierda Republicana). 
 
El asesinato de un brigadista polaco en Barcelona desató lo que Cataluña no se podía permitir. El POUM no fue desarticulado por una represión stalinista, sino por sus posiciones irresponsables que solo provocaban divisiones en el bando republicano. Era necesaria una unidad de acción contra el fascismo (y no que cada uno fuera a la suya), y el caso del POUM se contradecía siendo parte del propio gobierno republicano.
No voy a ver de buena manera el arresto de Mika Etchebehere (posteriormente liberada por oficiales del ejército republicano), ni la acusación equivocada de calificar como “fascistas” al POUM cuando habían demostrado en más de dos años su compromiso con el antifascismo, viendo morir a muchos de sus militantes en el frente, formando parte del ejército de la república. Recordando el cierre de locales y periódicos allegados al POUM (algunos fueron cerrados, otros dedicados a la producción de material militar destinado a Madrid y al frente Aragón continuaron funcionando).
Con los sucesos de mayo se procesaron a militantes del POUM, un momento en el que incluso Joan Comorera (secretario general del PSUC y claro defensor de la línea marxista-leninista de Stalin), intervino en defensa de mucho de ellos.
Estos hechos no entraron en conflicto directo con los anarquistas en Barcelona, en absoluto. Eso es directamente falso. La dirección de la CNT/FAI dejó claro su posición a favor de trabajar con el gobierno en la lucha contra el fascismo como habían hecho todos los partidos políticos legales y sindicatos.
Ejemplo de ello fue Durruti (magnífico y popularmente conocido líder anarquista leonés de la CNT), que murió defendiendo Madrid junto con las Brigadas Internacionales. Federica Montseny, dirigente anarocsindicalista de la CNT, fue la primera mujer ministra de sanidad del gobierno republicano. Melchor Rodríguez fue desde muy joven militante anarquista y superviviente de la represión de Casas Viejas, fungió como Director General de Prisiones de Madrid. Durante los más de 2 años en su cargo, detuvo matanzas y venganzas individuales contra espías de los nacionales y militares sublevados.
 
Los tiroteos de Barcelona fueron contra grupúsculos que ni defendían el anarquismo, ni la revolución, ni a Cataluña, ni mucho menos a la República.
 
Los verdaderos anarquistas estaban pidiendo por favor ayuda internacional a los países europeos, favoreciendo la llegada de los brigadistas, combatiendo con fusiles al fascismo, recitando poesía romántica en las escuelas, empoderando a la mujer trabajadora…
 
Sobre el asesinato de Andreu Nin, resaltar algo que incluso los propios poumistas afirman, de alguna manera se obvia -por la propaganda que hay contra el bando republicano y el PCE-. Un agente del NKVD llamado Alexander Orlov secuestró a Andreu Nin de la cárcel y lo asesinó. ¿Por qué? ¿Hubo una orden de Moscú?
Tanto el gobierno republicano presidido por Manuel Azaña como el de la Generalitat liderado por Lluis Companys preguntaron por Andreu Nin. Las dudas sobre su desaparición llegaron a un nivel en el que incluso la Komintern preguntó qué había ocurrido con el fundador del POUM.
 
Todos sabemos el final que sufrió Nin (por ningún lado justificable). ¿Qué fue de su asesino Orlov? Viajó a Francia y escapó a Estados Unidos al recibir preguntas serias de sus oficiales del NKVD sobre la presencia física de Nin. Aquí cada cual debe sacar sus conclusiones, pero suena sospechoso que un agente del malvado stalinismo no fuera a Moscú a colgarse la medalla de haber asesinado a un “trotskista colaborador del fascismo“, y sin embargo escapara sin aviso de ningún tipo a Estados Unidos donde pasó allí lo que le quedaba de vida.
 
El asesinato de Nin fue una acción voluntaria de un solo hombre, no una decisión tomada y meditada. Estos errores en plena guerra se han hecho y se siguen viendo conflictos internacionales y civiles. Entre los que somos partícipes del bando que lucha por su clase, siempre habrá diferencias y contradicciones, pero como dijo el Che Guevara, “si no luchamos juntos, nos matarán por separado“.
 
No creo que se pueda repetir de nuevo algo parecido a la experiencia del POUM con el mismo nivel de caótica geopolítica, y con un gigante como la URSS presente en el mundo, pero eso a los comunistas no nos libra de tener adeptos execrables en nuestras filas, ni de cometer errores aún incluso cuando nos debemos manchar los pies de barro haciendo lo que tengamos que hacer.
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