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ElEstado.Net registra el sonido de los disparos de la policía contra los indígenas de Ecuador

Siete de la tarde del martes 9 de octubre, séptimo día de estado de excepción en Ecuador, los manifestantes en el centro de Quito regresaban a sus casas, en el caso de los locales; y a los centros de refugio en las universidades Salesiana y Católica, en el caso de los indígenas que llegaron hace tres días a la capital. Todos avanzaban con tiempo para cumplir con el toque de queda impuesto por Lenín Moreno desde Guayaquil. Una decisión sin precedentes en la vida democrática del país sudamericano.

Las protestas generales y permanentes en el territorio nacional surgieron hace aproximadamente dos semanas, para exigir al gobierno de Lenín Moreno que derogue las medidas económicas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional, que entraron en vigencia la semana pasada. Las razones fundamentales son el alza de los combustibles, el retroceso en los derechos laborales y el incremento del costo de vida. Pero en las calles se habla del FMI y se exige su salida del país.

Un grupo de manifestantes se ubicaba en la Av. 12 de octubre, faltaba menos de una hora para que todo quede oscuro, solitario e impune. El toque de queda no iniciaba y los policías ya hacían la limpieza arremetiendo contra los hombres y mujeres que aún tenían ánimo para levantar su voz. A pocas cuadras, los centro de paz en donde ya estaban alojados los manifestantes indígenas, que el día anterior fueron desalojados violentamente de El Arbolito, parque que se ha convertido en su tradicional punto de descanso cuando arriban a Quito.

Cubríamos la situación para ElEstado.Net cuando se alertó de una arremetida policial. No sé si fueron menos o más de 50 motocicletas de antimotines, estaban acompañados de varias patrullas que lanzaban gas contra los manifestantes. En la primera escalada de la Policía corrimos a un punto neutral, levantamos los brazos y nos identificamos como equipo de reportería. Se acercaron con toletes, pero al vernos grabando e identificándonos se iban. Estábamos en la calle Roca, ahí se ubicaron.

Posterior a este avance, en donde algunos manifestantes sí fueron golpeados con toletes cerca de nosotros, hubo una incursión más del escuadrón de Policía, que fue directo a las universidades y se escucharon los disparos de gas lacrimógeno (no podría asegurar si de algún otra arma) que se aprecian en los vídeos que pudimos hacer. Después de atacar los espacios en donde descansaban los indígenas y se atendían a los heridos de la represión de la mañana no volvieron. Todos estábamos aterrorizados, no entendíamos que pasaba alrededor.

Respecto al ataque, La ministra María Paula Romo manifestó sus disculpas indicando que las bombas “han caído cerca de las universidades”, lo cual se contradice con las vivencias de los manifestantes y quienes registramos en vídeo la grave situación de represión en el séptimo día de paro nacional, la noche con mayor represión y violencia por parte del estado ecuatoriano durante el estado de excepción.

Como respuesta a las declaraciones de la ministra María Paula Romo, los usuarios de redes circularon vídeos en los que se puede ver que el ataque a las universidades no habrían sido errores o casualidades, como ella lo afirmó. A la noche del martes y la mañana del miércoles se registraron tendencias en Twitter como #RomoAsesina, #RomoCriminal, #RomoEsViolencia y #LenínMorenoAsesino.

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Hoy saldremos nuevamente a verificar la situación de la lucha social en Ecuador frente a una prensa privada que obedece una línea editorial única impuesta desde el ejecutivo y que dista demasiado de la realidad que la ciudadanía palpa en las calles. La violencia es atroz. La oscura noche de ayer ha dejado víctimas mortales según la CONAIE y las organizaciones indígenas. Tenemos miedo, Quito es un campo de batalla.

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