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Fascismo nicaragüense mantiene la violencia en el reinicio del Diálogo Nacional

Hoy se retoma el Diálogo Nacional en Nicaragua, gracias a un acuerdo entre el gobierno sandinista liderado por el presidente Daniel Ortega y la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). El objetivo de las conversaciones que iniciarán oficialmente en pocas horas es el fin de la violencia.

Una violencia ejercida por grupos de jóvenes fascistas que son apoyados, en diferentes grados, por la CEN y la oposición política nicaragüense. Los violentos tienen activados 158 tranques en las carreteras del país, que ya han provocado varias muertes, además de secuestros y palizas ejecutados por los fascistas aprovechando el caos en el tráfico que generan los tranques y los intentos por quitarlos de los vecinos.

Los asesinatos de policías y sandinistas también son frecuentes en las últimas semanas, cuando los grupúsculos violentos salen de caza por las calles de las principales ciudades del país, momento que aprovechan para saquear y quemar edificios públicos como colegios, universidades y ayuntamientos, junto a viviendas de cargos públicos sandinistas y radios de izquierdas.

Esta violencia que la Administración de Donald Trump ha aprovechado para chantajear a Nicaragua en la OEA para conseguir su voto favorable a la aplicación de la Carta Democrática en Venezuela, no ha cejado ni siquiera en las horas previas al reinicio del Diálogo Nacional.

En las últimas horas los fascistas han secuestrado cinco autobuses públicos, han secuestrado y torturado a Leonel Alberto Morales Enríquez, representante de la UNEN en la mesa de Diálogo Nacional, han asesinado al policía Jean Kerry Luna y han cometido un asesinato de una persona que estaba limpiando la vía pública tras despejar un tranque, entre otras acciones como ataques con morteros y armas de fuego a alcaldías en poder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y a comisarias.

La CEN no se ha pronunciado sobre estos ataques, que suelen silenciar y justificar calificando a los fascistas como movimiento de protesta, llevándoles alimentos y otros insumos para que mantengan la violencia. La Comisión de la Verdad de Nicaragua, conociendo el apoyo de los obispos a los grupos fascistas, ha expresado que “nuestro llamado es darle oportunidad al Diálogo Nacional, la Conferencia Episcopal que inicie el Diálogo Nacional y que sea consecuente y llame, llame a un cese de esa violencia y a guardar la calma para resolver los problemas de Nicaragua“.