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¿Feminista o femenina? Las dos

Cuando un medio como ElEstado.Net te propone colaborar y escribir artículos sobre el feminismo en su web, una se siente ilusionada, nerviosa y con ganas. Sin embargo en el momento que pensé cuál tenía que ser mi primer artículo, me invadió la pena. Pena de que este artículo sea necesario.

Voy a empezar por el término Feminazi. Es de una indecencia máxima equiparar el feminismo con el nazismo. El nazismo que ocasionó la muerte de millones de personas, que se cebó (como siempre) con las mujeres, y que criminalizó a todo un sector de población. No señores, el nazismo se parece más al machismo, ese que provoca la muerte, ese que se ceba con las mujeres y ese que criminaliza a todas las que defendemos nuestros derechos.

>>Me llaman feminazi por reclamar mis derechos<<

Ahora bien, si nos ven como nazis porque queremos exterminar el machismo, es un orgullo. Pero sabemos, porque los conocemos, que no lo hacen con esa intención, sino con la de asustar, con la de intoxicar y con la de volcar sobre nosotras todas sus prácticas desde hace mil años.

También voy a declararme feminista radical. Radical viene de raíz, y sí, quiero luchar contra el machismo de raíz. Pero si su radical quiere decir extrema, pues para ser extremista tendría que aprender ese extremismo del machismo, el extremismo del “o eres mía o de nadie“, ese de matar a tu pareja o ex pareja, eso sí es extremismo.

>>Rompiendo tópicos machistas: “o eres mía o de nadie”<<

Pero claro que estoy frontalmente contra el machismo ¿Qué es lo contrario al feminismo radical? ¿El feminismo liberal? No me hagan reír. ¿El feminismo timorato? ¿El sí pero no? ¿El “ni machista ni feminista“? No me interesa el postureo, el bienquedismo y la equidistancia.

Ahora que me he definido ya no hará falta que me etiqueten, todo sea por ahorrarles trabajo a los críticos.

De lo que sí me voy a desprender es de sus atributos, y no porque me importe, no necesito su aprobación ni su carnet de mujer. Lo hago, con la pena que decía antes, para esas chicas jóvenes y no jóvenes que son bombardeadas con basura (no hay otra palabra) machista. Esas mujeres que saben que este mundo no es justo con las mujeres pero que sienten temor a la palabra feminista.

Soy feminista y me depilo, me maquillo a veces, me gusta verme guapa, soy heterosexual, tengo pareja y una hija. Me gusta que mi compañero me de cariño y amor, me gusta verlo dormir y hacerle mimos. Ah, y como veo mucho interés con eso, mi vida sexual es absolutamente plena, a lo mejor es por tener relaciones libremente cuando me apetece. Es tan penoso tener que explicar esto todavía…

Al mismo tiempo, rara vez uso tacones, me gusta el negro para vestir, los videojuegos, el heavy metal y el fútbol. No necesito piropos ni los acepto. No me gusta ser víctima y no quiero la condescendencia de ningún hombre.

Pero esa soy yo. Tú a lo mejor usas tacones o no te depilas. Tú a lo mejor odias el heavy y bailas reguetón. Puede que te encante el rosa o que odies maquillarte. A lo mejor eres lesbiana o has abortado. Y por supuesto eres igual de mujer.

No permitas que ningún machista, ningún VOX de turno ni ningún circo ambulante montado en un autocar te diga que no puedes ser feminista y femenina. Todas las mujeres son femeninas. Podemos ser muchas cosas, buenas y malas, pero nadie decide si somos o no femeninas. Todas lo somos por el hecho de ser mujer.

La feminidad no es lo que ellos dicen, la feminidad no es el reaccionario rol de florero que tienen en sus anquilosadas cabezas. La feminidad es tu manera de ser mujer. Y no solo la de Inés Arrimadas.

Porque las que vestimos de negro y las que visten de rosa tenemos el mismo miedo al volver a casa solas. Las que nos depilamos y las que no, sufrimos la misma brecha salarial (no braméis todavía, que ya haremos un artículo sobre ello). Las heteros y las lesbianas tenemos el mismo riesgo de aparecer asesinadas en la portada de un periódico.

Viste como quieras, acuéstate con quien quieras, baila como quieras, eso no te hace menos mujer. Menos mujer te hacen aquellos que te dicen cómo serlo, y sobretodo aquellos psicópatas que te dicen que si no eres como a ellos les hace sentir cómodos, te mereces insultos, amenazas… O que 5 te violen en un portal. Ten muy claro que no buscan tu bien sino el suyo.

Ellos quieren a esa mujer dócil, sumisa, que no levante la voz, que no les quite la exclusividad de sus espacios, que no les conteste. Quieren que vistas como a ellos les gusta, que folles como y cuando a ellos quieran, sin importar si tú quieres o no, que digas lo que ellos quieren. Y cuando ellos quieren.

Así que no dudes. Tu feminidad no la marca tu ropa, tu orientación ni tu vida sexual. No eres una puta si mantienes muchas relaciones sexuales, no eres una estrecha si no las tienes, y no eres una calientapollas si decides parar.

Yo seguiré depilándome, maquillándome, se me seguirá cayendo la baba con mi hija y seguiré siendo cariñosa y dulce con mi novio. Pero lo haré porque quiero, porque me gusta y porque soy libre de hacerlo.

No tengo ningún interés en contentar a los hombres, sino a mí. Y no tengo ningún interés en que dejes de depilarte. Quiero que seas tan libre de depilarte como ellos, a los que nadie insulta si lo hacen o no, libre de follar cuando quieras, no cuando ellos quieran o crean que tú les has permitido si no te has negado lo suficiente. Eso es el machismo, diseñar mujeres a su gusto.

El feminismo es lo contrario, va de otorgar a las mujeres derechos, libertad e igualdad.

Ellos no deciden si eres femenina.

Tú sí decides si eres feminista.