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Fidelito

Leo en una crónica sobre el suicidio de Fidelito Castro que le gustaba citar la siguiente observación de Ortega y Gasset: Yo soy yo y mis circunstancias, y si no las salvo a ellas no me salvo yo. Reflexiono sobre las circunstancias de Fidel Ángel Castro Díaz-Balart; no tengo ni idea sobre cómo comporta el psique humano, a duras penas mantengo mi propia identidad estable pero me pregunto como ignorante si las circunstancias de Fidelito le provocaron un trastorno de identidad. Los hijos de famosos están abocados a hacer frente a por lo menos dos realidades: el hogar/todo lo demás.

Fue el hijo de un abogado que llegó a ser líder revolucionario e icono del siglo 20. La acomodada familia de su madre Mirta estaba vinculada al gobierno del dictador Batista, y sus primos han sido diputados por Florida con posiciones toscamente anti-Castro. Su infancia la pasó con ella, pero fue, a partir de la visita de Fidelito a su padre en exilio en México que él se quedó bajo la custodia y control de Fidel en claro desafío a los deseos de ella.

Lo que llama la atención de Fidelito es que con qué grado de lealtad y privacidad llevó la relación con su padre. Los chismorreos alrededor de una figura tan única y adorada en Cuba como Fidel, la amenaza de intromisión de los Estados Unidos, acechando la más mínima oportunidad para sembrar división ha tenido que ser una presión constante. Fidelito no habló mal de su padre jamás.

Físico nuclear y multilingüe Fidelito era obviamente un hombre brillante, a pesar de que su padre lo llamase incompetente mientras le cesaba como director del programa nuclear de la isla. ¡Qué duro debió ser hijo de alguien tan testarudo!

Pero la presión de sus circunstancias – como a todos nos haría – le pasó factura, el ex embajador británico en Cuba Paul Hare estuvo con Castro Díaz-Belart hace dos años y expresó al respecto: Me pareció que estaba algo cansado de ser un Castro en lugar de ser él. Hijo de un famoso durante una época cuando los revolucionarios pasaron de guerrilleros a estampas en las camisetas de burgueses, Fidelito aguantó su depresión como pudo.

Quizás lo que le mantenía sereno hasta su muerte era lo que dijo en una entrevista con RT en 2013: No existen verdades eternas o absolutas sino perspectivas sobre la verdad. Al final Fidelito no pudo salvarse de sus circunstancias.