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Haití: ¿por qué el estallido social?

Haití es el país más pobre de América, se estima que más de la mitad de la población sobrevive con alrededor de 2 USD diarios. El último informe en relación al índice de desarrollo humano de la ONU lo ubica en el puesto 163 de 188 países. Hoy atraviesa una grave crisis política y social.

La protestas masivas se desencadenaron luego de que el presidente de Haití, Jovenel Moïse, se viera involucrado en un escándalo de corrupción. Se presume que hubo malversación de los fondos de un préstamo de Petrocaribe, debido a que una de sus empresas, Agritrans, supuestamente recibió dinero. Cabe mencionar que existe una alianza de algunos países del Caribe con Venezuela para que se compre el petróleo con precios preferenciales. Además de otras estrategias de financiamiento para refinerías, oleoductos, hidroeléctricas.

El presidente se ha visto implicado en denuncias de evasión fiscal, nepotismo, obras fantasmas, contratos a dedo y sobreprecios. En una auditoría administrativa de la Corte Superior de Cuentas se reveló que entre 2008 y 2016 se habrían malversado 2300 millones de dólares. En este escándalo también está involucrado el expresidente Michel Martelly.

Además, la población refiere que el presidente no ha cumplido con sus promesas de campaña, y que se ha  incrementado la pobreza  y el desempleo con sus políticas económicas y sociales. La inseguridad, la inflación, la falta de servicios básicos y el desabastecimiento de combustible son la base de la reprobación popular.

Las protestas que iniciaron en febrero no se han detenido. Días después del estallido social, el gobierno tomó ciertas medidas para detener las protestas, entre ellas recortar el presupuesto, reducir costos de canasta básica, etc. No obstante, el descontento popular continuó.

¿Por qué el presidente se mantiene aún en el poder?

La respuesta al porqué el presidente se mantiene aún en el poder, a pesar de las manifestaciones y la alta ilegitimidad democrática, tiene que ver con el reconocimiento internacional. En particular, el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump, ya que Moïse permite ciertos beneficios al país del Tío Sam, como garantizar un paraíso fiscal en la Isla de la Gonave y algunas zonas francas comerciales.

Asimismo, brinda mucha apertura a grandes proyectos mineros en el norte del país, en los que están metidas las manos canadienses. No podía faltar la sumisión al FMI, en la privatización de las únicas empresas estatales sobrevivientes.

Y como para Estados Unidos la geopolítica es su prioridad, el presidente de Haití asegura su obediencia al no restringir la navegación por sus costas, ante una posible invasión militar contra Venezuela.

>La injerencia norteamericana, aplicada desde el golpe de 2006, destroza Haití<<

Los grandes protagonistas de las protesta social en Haití han sido los jóvenes. A ellos se les han unido los campesinos, sindicatos y grupos barriales. Hasta inicios de noviembre, la represión a las protestas dejaron 42 muertos.

El presidente Moïse manifiesta que no va a renunciar, porque a su consideración, su dimisión traería más inestabilidad política (el país ha tenido veintidós presidentes entre 1986 y 2019) y social, por eso pide a la población la unidad para superar la crisis.

Haití es uno más de los países que al igual que Ecuador, Chile y Colombia se han manifestado en las calles para exigir a sus Gobiernos mayor atención a las necesidades de los ciudadanos. Mientras la desigualdad, la corrupción y las políticas de un Estado se direccionen a una minoría, los ciudadanos, verdaderos dueños del poder, seguirán alzando su voz de protesta.