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La idea de soberanía

La idea de soberanía se encuentra constantemente sujeta a diferentes interpretaciones, las sociedades suelen darle distintas connotaciones según su contexto histórico y sus características culturales. Actualmente la soberanía se define en función de la seguridad del Estado.

No existe país occidental que no considere dentro de su sistema jurídico la idea de soberanía pero, su abordaje presenta dificultades debido a  las múltiples visiones que se tiene de dicha idea.

En los tiempos modernos, la idea de soberanía suele ser desestimada e incluso algunos la consideran obsoleta. Pero es conveniente precisar que la soberanía ha representado la plataforma sobre la cual un Estado pueda definirse como tal.

La llegada de fenómenos como la globalización hacen menester la revisión exhaustiva de los conceptos e ideas que se tienen sobre la soberanía y el Estado.

Con la globalización estamos ante un fenómeno que puede atentar o beneficiar la existencia misma de los llamados Estados nacionales. Cabe destacar que dicho fenómeno constituye la paulatina desaparición de los límites físicos, culturales y económicos de los Estados.

La soberanía definida por los clásicos como Jean Bodín en su obra “Los seis libros de la República” la muestran como el “poder absoluto y perpetuo de una República”. También suele ser entendida la soberanía como el derecho que posee una institución política de ejercer el poder que le fue conferido históricamente.

También es pertinente nombrar autores como Jean Rousseu quien define la soberanía como “la voluntad general”, la cual, la misma no puede ser ostentada por nadie más, es decir, no puede ser representada más que por sí misma.

En este sentido el poder puede transmitirse, pero no la voluntad. Dicho lo cual, la soberanía les concierne a todos los integrantes de la comunidad en donde el ejercicio de la misma puede ser delegable.

Kelsen considera que la soberanía debe su existencia a una ley suprema previa a su conformación, manifiesta en la voluntad popular. En cambio, para Heller es la capacidad jurídica y real de resolver definitivamente los conflictos que acontezcan en un ámbito territorial a su vez que social, que atente contra la cooperación en sociedad.

Bureau considera a la soberanía como una característica o facultad que posee el Estado para dirigir y regular su orden interno, a su vez, este mismo Estado busca diferenciarse y afirmar su independencia con relación con otros Estado.

Cuando se habla de la soberanía, previamente hay que entender su significado como concepto y sus características relacionada al poder político. Existe mucha confusión con dicho concepto, en parte, motivado por lo ambiguo que puede ser y su naturaleza indefinida.

Según Christian Hillgruber “aquellos que consideran que la soberanía es un dogma anticuado, suelen apelar a la falta de autonomía del Estado moderno” (2009: 4).

Siguiendo la idea antes expuesta, se entiende que el Estado, por encontrarse considerablemente limitado en sus funciones, sobre todo, a la hora de la toma de decisiones, así como en su capacidad de regular su ordenamiento interno, por ningún motivo no puede considerarse soberano.

Hillgruber, el autor antes mencionado, considera que la visión del Estado falto de soberanía mediante limitaciones de su ejercicio es “precipitada”. También dicho autor expresa que en tal visión “opera con un concepto sociológico de soberanía, aquel que equipara la soberanía a un uso ilimitado del poder estatal y que al partir de dicha premisa, en vistas de la falta de omnipotencia del Estado, se ve obligada a negarle su soberanía” (2009: 4).

A propósito de la forma de entender el concepto de soberanía partir de un estado limitado, Hillgruber sostiene que esa forma de entender el concepto de soberanía es equivocada. Por una parte ningún Estado del mundo ha gozado jamás, a pesar del monopolio estatal de la fuerza, de tal soberanía en el interior y mucho menos en sus relaciones exteriores.

Respecto del desarrollo de la economía mundial, éste se determina ante todo por las leyes de mercado vigentes a nivel internacional. La soberanía es, a pesar de su componente empírica, en su núcleo un concepto jurídico. Del intento de definir dicho concepto partiendo de la mera contemplación de la realidad social resulta una imagen incompleta.

Considerando lo anteriormente señalado, cabe mencionar que la soberanía no debería ser atribuida netamente al Estado que concentra más poder de coerción y capacidad de acción propia.

El tema de la soberanía entendida en la anterior cita, no es un asunto de poder estatal sustentado por la disponibilidad de armas y de fuerzas, sino más bien hablamos de una cuestión que puede ser resuelta desde el punto de vista jurídico.

Hillgruber esta observa posición jurídica como “como la competencia del Estado para tomar la decisión definitiva y vinculante tanto en asuntos internos como externos, supone un poder otorgado por el sistema jurídico y por tanto necesariamente limitado” (2009: 5).

Lo anterior se entiende no como la autoridad de un poder sin límites sino se trata de un poder ordenado y organizado legalmente. Hillgruber opina que “Desde un punto de vista jurídico, la soberanía aparece desmitificada y menos demoníaca, menos tremenda, menos monstruosa pero no por ello de menor importancia, pues es literalmente decisiva” (2009: 5).

Como se puede apreciar, no existe una definición universal de soberanía. Al hablar de soberanía, debemos darnos cuenta que no nos referimos a un concepto univoco y absoluto, sino mas bien estamos ante una idea que dependerá siempre de las circunstancias históricas para ser concebida.

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