The news is by your side.

La izquierda de Honduras asume la amenaza de la dictadura, que ahora no se atreve a cumplirla

La dictadura de Honduras, tras robar en las instituciones a manos llenas durante su paso por el poder, ha hecho suyo el dicho que reza “cree el ladrón que todos son de su condición“. La izquierda hondureña organizada en el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), quiere pedir en el Congreso de los Diputados una investigación a Juan Orlando Hernández (JOH) a raíz de las nuevas pruebas surgidas sobre la corrupción en su administración.

JOH y su organización política lo han impedido, y han expresado que ellos apoyarían una investigación internacional si también se investiga el periodo presidencial de José Manuel Zelaya, esperando de esa manera que LIBRE, para ocultar la hipotética corrupción de su líder, acatara el ultimátum y olvidase su propuesta.

Sin embargo, Manuel Zelaya ha salido públicamente a responder que la bancada de su partido LIBRE votará a favor de la propuesta del Partido Nacional de JOH para iniciar una investigación contra ambos, ya que él no tiene nada que ocultar. La respuesta de la izquierda ha roto a la dictadura de Honduras, que no esperaba que sus oponentes aceptasen el reto.

La actitud del fascismo hondureño tras la respuesta del expresidente bolivariano se ha reducido al pataleo. Ahora ya no quieren investigar a JOH y a Manuel Zelaya al mismo tiempo, encerrándose en un búnker mediático que está erosionando no solo a su base social y electoral, sino también a los propios dirigentes del bipartidismo de Honduras, que hasta hace dos semanas cerraban filas en torno a Juan Orlando Hernández y ahora lo critican abiertamente.

No es solo el Caso Pandora y el narcotráfico del hermano de JOH, Tony Hernández, sino una trama que engloba a las peligrosas maras salvadoreñas Salvatrucha y Barrio 18. Una corrupción con la que la familia del presidente se habría enriquecido, usando las instituciones del Estado para llevarla a cabo, y a la vez financiar el fraude electoral para mantenerse en el poder, para mantener activa la operación de narcotráfico.