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Ser de izquierdas, contradicciones permanentes al vivir en el capitalismo

Cuántas veces habremos oído frases del estilo “si eres de izquierdas, ¿qué haces con un smarthphone?“. Hay personas que consideran que es imposible ser violento -no diferencian la autodefensa de la violencia- y de izquierdas; mostrar apoyo a lo que los grandes medios de comunicación llaman dictaduras -generalmente se refieren a Venezuela o Cuba- y ser de izquierdas. Y así, sucesivamente, como si alguien tuviera la exclusividad y repartiera carnets.

Contradicciones permanentes al vivir en el Capitalismo

Para la derecha, ser de izquierdas es lo contrario a ser rico, es privarse del disfrute de la riqueza material, renunciar al patrimonio individual o familiar -aún siendo este el fruto del trabajo propio-, renunciar a los ingresos acumulados en la vida, llevar una vida modesta.

La persona de izquierda debería vivir como pobre,  según la filosofía de la derecha, la visión que tiene el comunismo de la sociedad es que “todos deben igualarse en la pobreza“, según ellos el comunismo nos lleva a la pobreza, por eso debemos ser pobres, sino no somos de izquierdas.

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Nada más lejos de la realidad. Una falacia, un prejuicio creado para descalificar a la sociedad comunista, a la izquierda política y social.

¿Se puede ser burgués de izquierdas? Hegel lo era -pertenecía a lo que llaman clase media-. Si respondemos que no a esta pregunta, ¿significa que solo el proletario puede ser de izquierdas? Entonces, sabiendo que la definición más estricta del concepto clase obrera es “carecer de propiedades y de medios de producción“. ¿Quiere eso decir que poseer un ordenador conectado a Internet, por ejemplo, lo saca a uno de la clase obrera? Pues claro que no, vaya tontería.

Siguiendo esta doctrina, ¿una profesora -asalariada y funcionaría- sería una burguesa o una obrera? Pues eso, que las cosas no son blancas o negras, hay una amplia gama de grises. Otro error que se comete a la hora de criticar a las personas de izquierdas que no se caen muertas en cualquier esquina, es no tener en cuenta el contexto, el tipo de capitalismo en el que se vive.

¿Qué mensaje quieren transmitir con estas manipulaciones o medias verdades? Ya lo dijo Margaret Thatcher: “este el mundo que hay, no hay otro, no hay alternativas“.

Si nos grabamos este tipo de mensajes, lo único que conseguiremos es no movilizarnos, seguir dormidos, quietos, seguir perdiendo derechos y mirar para otro lado. Por el contrario, si dejamos atrás los complejos creados con falacias, podremos seguir trabajando en lo que realmente importa, ser consecuente con nuestras ideas, en le día a día y poco a poco.

¿Qué es ser de izquierdas?

Está claro que las personas de izquierdas que viven en el capitalismo se enfrentan a contradicciones permanentes para con principios, pero ¿qué es ser de izquierdas?

En España hay muchas izquierdas, o mucha gente que se define de izquierdas : socialdemócratas, socialistas, ecologistas, feministas, animalistas, pacifistas, anticapitalistas, anarquistas, antifascistas, comunistas y un largo etcétera. Todos y cada uno de ello se definen como tales, algunos de manera exclusiva. ¿Son todos de izquierdas?

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La actitud que cada persona tome respecto a ciertos conceptos como revolución, conciencia de clase, bien común, conflicto, capital, poder, Estado, democracia, pueblo, libertad, igualdad, etc. será decisivo a la hora de definirse.

Puede que para dictaminar si alguien es o no de izquierdas haya que observar únicamente sus actos. ¿Enseña a pescar en vez de dar el pescado? ¿Actúa en favor de los más pobres? ¿Se compromete con las personas más desfavorecidas ofreciéndoles su recurso más valioso, el tiempo? ¿Es respetuoso con el medio ambiente?

Autodefinirse de izquierdas y llevar a nuestras hijas e hijos a un colegio privado o concertado, o reclamar la liberalización de los horarios de tiendas -para que podamos comprar en fin de semana-, etc. es incoherente.

Ser de izquierdas no es acudir a las grandes superficies que venden los productos por debajo de su coste mientras explotan a sus trabajadores. Tampoco exigir los derechos individuales, en vez de hacerlo por una equiparación de los mismos. La izquierda no puede tolerar el consumismo desenfrenado, ni la compra de productos fabricados mediante explotación laboral.

Ser de izquierdas no supone tener que ser pobre, pero sí estar en contra de la acumulación de riqueza y de la especulación. Ser de izquierdas obliga a no abandonar nuestro pensamiento obrero cuando se es jefe o empresario. Es sentirse orgulloso de ser antisistema, por ejemplo, ya que este sistema capitalista es el que hace posible que el 99% de la población esté sometida por un 1% ruin e inhumano.

Ser de izquierdas no es una doctrina

¿Hace falta vivir debajo de un puente para ser de izquierdas? ¿Hace falta ser pobre para ser de izquierdas?

No, pero sí implica, de manera necesaria, mantener una coherencia entre nuestros actos y nuestros principios. Cualquier ideología política debe ser coherente y cuando no lo es, caemos en la posibilidad de acabar como muchos partidos políticos han acabado en el Estado, perdiendo -permitidme el juego de palabras- el  oeste. Lo que deberíamos empezar es aceptando que no todos -ni partidos políticos, ni personas- llevan las etiquetas puestas de forma correcta.

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En este sentido, podemos afirmar que la derecha tiene mucho más fácil mantener la coherencia. Ya que la izquierda, por definición, está totalmente en oposición al capitalismo que nos destruye. La derecha en cambio, se mueve en  la desigualdad y la acumulación de riqueza de unos pocos como Pedro por su casa. En la sociedad que vivimos en la actualidad, se hace muy complicado huir del capitalismo o no caer en contradicciones con nuestras ideas, porque todas, completamente todas las personas, estamos empapadas de una manera u otra por el capitalismo.

Esta sociedad, este sistema, no cambiará por metamorfosis espontánea, es necesario que todas aquellas personas que realmente sean de izquierdas aporten su granito de arena. Reeducarnos, soltar lastre consumista, poco a poco desempaparnos de esta cultural capitalista, adoptando una visión más solidaria del mundo.

Las ideas se manipulan para controlar a la sociedad. No es nuevo, lo hicieron con las imágenes del Che Guevara, por ejemplo, banalizaron lo que representa su imagen, lo que significó su lucha. Pues lo mismo hacen con el concepto de izquierda, quitarle su valor, distorsionarlo, quitarnos el carnet por utopías o cosas imposibles, lo que sea para que el capitalismo siga entrando por nuestros poros y no seamos capaces de ser coherentes -o creer que no lo somos- para que dejemos de luchar contra el capitalismo en el día a día.

¿Cómo ser de izquierdas viviendo en el capitalismo?

Empezando por no aceptar la resignación social, no aceptando la estructura económica heredada , el estado de derecho burgués el cual crea desigualdad social, exclusión social y política. No se puede aceptar los principios del liberalismo económico -dejar hacer, dejar pasar-.

Tenemos que comprometernos socialmente a transformar las estructuras injustas desiguales, sociales, económicas, políticas y culturales. Dejar el beneficio y asumir un modo de vida que respete la naturaleza y la sociedad en equidad, racionalidad. Para ello es preciso abandonar el consumismo, defender el planeta, dejar de ser caritativo y  ser solidario, ayudar a las personas a salir de la pobreza social y mental. Pretender crear un mundo alternativo al capitalismo, en el que todas las personas sean respetadas por igual.

Nuestras vidas están llenas de cosas que hacemos gratis, por amor y por principios.