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Josefina Carabias, precursora del periodismo español

Aunque en los últimos años han comenzado a desarrollarse, aún son escasos los estudios sobre las mujeres periodistas del primer tercio del siglo XX. Carmen de Burgos, que tuvo un papel esencial en la historia de la prensa española, por ejemplo, no ha sido objeto del afán investigador de los historiadores. Y lo mismo pasa con Josefina Carabias, a pesar de haberse publicado, en los últimos años, algunas antologías con sus artículos. Esto sucede, en general, con los grandes nombres del periodismo español, no solo femenino.

Josefina Carabias (1908-1980) puede considerarse como una de las pioneras del periodismo español. Fue abogada, escritora, redactora, locutora y corresponsal extranjera durante la República, el franquismo y la Transición.

No fue la primera mujer en ejercer el periodismo en España, pero sí fue la primera que logró quedar fuera del marco de los temas femeninos o culturales, la primera en ejercer como periodista-redactora, y la primera corresponsal extranjera.

De familia acomodada, superó la oposición de su madre a que cursase estudios de bachillerato (con el apoyo del cura), Josefina los cursó a distancia y, posteriormente, se trasladaría a Madrid, donde cursó estudios de derecho. Se licenció en 1930, aunque siempre supo que sería muy difícil llegar a ejercer la abogacía.

En 1929 comienza a frecuentar el Ateneo de Madrid, un referente de actividad política contra la dictadura de Primo de Rivera y su enfrentamiento con el mundo universitario. Allí conoció a algunos de los intelectuales y políticos más grandes de su época (Valle-Inclán, Gregorio Marañón, Pío Baroja, Azaña, Indalecio PrietoMiguel Maura).

Durante ese período, su primo, Vicente Sánchez Ocaña, le encargó su primer artículo, sobre las mujeres en la universidad, que fue publicado en la revista Estampa. Poco tiempo después comenzó a colaborar en otros medios y a hacerse popular en el mundo del periodismo.

En Estampa escribió su primer artículo de éxito: una entrevista a la directora general de Prisiones, Victoria Kent, que después sería diputada durante la República. Esta entrevista le permitió saltar a medios más importantes, como La Voz (1931), Crónica o Mundo Gráfico (1933). Poco después, desde las páginas de Ahora, redactó sus primeras crónicas parlamentarias: narró los debates políticos tanto dentro como fuera del hemiciclo. En 1932 presenta el diario hablado de la mañana en La Ser.

—¿Muy contenta, Victoria?
—Sí, mucho; pero, más que por mí, por lo que esto representa para todas las mujeres españolas. ¡Hemos vivido en un atraso tan lamentable!… Afortunadamente, ya se ha roto el hielo. Las mujeres hemos trabajado por la República, y esté usted segura de que la República no ha de negarnos uno solo de los derechos que ya han conquistado las mujeres de todos los países. (fragmento de la entrevista a Victoria Kent, 25 de abril de 1931).

Victoria Kent hacia 1931, en su época como Directora General de Prisiones.

En 1936 se casa con José Rico Godoy, que había participado en el levantamiento de Jaca. Pero con el inicio de la Guerra Civil ambos se trasladan a París. Durante ese exilio colabora con revistas de México y Argentina.

En 1936 su marido regresa a España, donde es detenido, quedándose ella sola en París, con su primera hija. El tribunal de represión de la masonería y el comunismo lo condenó a doce años de prisión, aunque quedaría en libertad en 1942. Josefina no regresará a Madrid hasta 1943. A pesar de ser liberado, José está inhabilitado para ejercer ninguna actividad económica. Josefina tampoco puede reintegrarse en su profesión periodística, así que comienza a escribir libros bajo el pseudónimo de Carmen Moreno.

En 1948 entra en Informaciones, como secretaria del director, y comienza a publicar artículos, aunque la dictadura no le permite firmar su trabajo.

Ese mismo año le proponen que escriba crónicas divertidas de la liga de fútbol, que se convertirán en un gran éxito, y que serán recogidas en el libro La mujer en el fútbol. También comienza a escribir teatro.

En 1951 recibe el Premio Luca de Tena, otorgado por ABC, por el artículo “El Congreso se divierte” que, paradójicamente, publica sin firmar. En ese artículo ya deja patente su estilo propio y su ingenio y humor, pero también su rigurosidad, que le permite establecer un diálogo con sus lectores, más allá de la mera exposición de los hechos. Más tarde vendrían también el Premio Conde de Godó, el Tambor de Oro de San Sebastián, el Premio Hogar de Ávila, entre otros.

En 1954, Informaciones, junto con otros diarios del grupo, la envía como corresponsal a los Estados Unidos, convirtiéndose en la primera mujer corresponsal española en el extranjero. En sus crónicas, además de referirse a la política internacional, refleja el american way of life, y son especialmente apreciadas sus artículos sobre la vida de Hollywood. Sin embargo, también reflejó la crónica costumbrista, el reportaje curioso, con su característico estilo natural.

En 1958 la contrata el diario Ya, que la destina como corresponsal a París, de donde regresará en 1967. Desde ese momento, hasta su muerte, escribe una crónica sobre España, bajo el título de “Escribe Josefina Carabias”, que serán un reflejo del desarrollo del país en ese período.

La fase final de su carrera la hará en el Congreso de los Diputados, desde donde cubrirá todo el período de la Transición, hasta su muerte, en 1980. En este período, a partir de 1975, comienza el auge de la información (nacen medios como El País, Diario 16, etc.), y las mujeres entran en la profesión, no sólo en las “marías” (cultura y sociedad) como hasta entonces, sino también en el ámbito político y económico.

Mi interlocutora me saca en seguida del error en que estoy. Parece ser que desde el advenimiento de la República, las señoras y señoritas del pueblo que antes solo se dedicaban a hacer jerseys de punto y a otras labores no menos propias de su sexo, se han entregado a la política con un ardor insospechado. No pasa día sin que celebren un mitin o una reunión, y se pasan la vida hablando de Azaña, de Lerroux, de Gil Robles y de los socialistas. (“¡Mujeres, a votar!”, Estampa, 22 de abril de 1933).

En 1980, poco antes de morir, escribió sus recuerdos de cronista parlamentaria, a través de la figura de Manuel Azaña, con un epílogo en el que imaginaba una conversación con el político republicano.

El 8 de marzo de 2018, el Congreso de los Diputados creó un premio que lleva su nombre, para reconocer a los profesionales que destaquen en el trabajo parlamentario o la defensa de los derechos y libertades desde el Congreso. En su primera edición fue premiada Lucía Méndez.

A lo largo de su vida también publicó algunas novelas cortas y libros de crónicas, como “Los alemanes en Francia, vistos por una española”, que alcanzó un gran éxito. También fue traductora, autora de libros de reportajes y biografías.

A través de los artículos de Josefina Carabias nos adentramos en la vida de una periodista desde finales de los años 1920, que refleja la crónica que hizo de la vida en este país. La diversidad de temas que trató demuestran su versatilidad y su capacidad para desarrollar cualquier información, pero también su tendencia al humor y la crónica frívola.

Su estilo era desenfadado, irónico, pero sabía dar con la observación aguda e incisiva, en el momento preciso, sacándole punta al tema. En sus muchos reportajes trató también con el día a día de las mujeres trabajadoras, de las profesionales tituladas, de las universitarias. Por eso asombra, incluso hoy en día, lo actuales que aún son muchos de sus reportajes. Sabía retratar la vida diaria, la cotidianidad, la lucha por la vida.

Primero pasa una pareja de guardias de a caballo… Luego una pareja de guardias a pie… Más guardias a caballo… En pocos minutos se ha concentrado en una calle próxima al paseo de las Delicias eso que se llama un alarde de fuerza pública… Toda esta fuerza se ha situado frente a una casa y en seguida, no se sabe de dónde, han empezado a salir chiquillos, grandes cantidades de chiquillos que pugnan todos por colocarse en primera fila, como si se tratase de presenciar una capea. Algunas mujeres que van a la compra y algunos obreros sin trabajo se han agregado también al grupo. Todos miran a los guardias con mal reprimida hostilidad. (“Los trastos en la calle: el desahucio y sus consecuencias”, La Voz, 21 de enero de 1934)

La situación actual del periodismo

En la actualidad, de más de 200 medios de información general, solo hay 18 directoras de periódicos. Eso a pesar de que las redacciones de los medios de comunicación están repletas de mujeres periodistas. La plena integración de la mujer en la profesión es una situación que va cambiando a medida que se sube en el escalafón, hasta convertir la dirección de los medios en un mundo claramente masculino.

Josefina Carabias, durante toda su trayectoria, contribuyó a abrir a las mujeres el camino de una profesión que, hasta entonces, había estado reservada a los hombres.