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Juan Guaidó: expectativa contra realidad

Juan Guaidó. ¿Quién es? Muchos, entre los que se encuentran Donald Trump, Pedro Sánchez, José María Aznar, Albert Rivera, Santiago Abascal y Jair Bolsonaro, lo consideran el actual presidente de Venezuela, aunque no ha obtenido ningún voto en las elecciones presidenciales, que son la manera de escoger al líder del ejecutivo en ese país.

Otros muchos lo consideran un golpista, precisamente por autoproclamarse presidente pasando por encima de la legalidad venezolana. En la historia reciente de Venezuela, el anterior precedente de golpe de estado estuvo protagonizado por Pedro Carmona Estanga, de la patronal criolla, que duró menos de tres días en el poder a causa de las masivas manifestaciones a las puertas del Palacio de Miraflores. Por ahora Juan Guaidó, desde el 23 de enero -día de su autoproclamación-, no ha logrado ni que los países que lo reconocen dialoguen con su “administración” para llevar adelante trámites burocráticos.

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Pese a que cuenta con el apoyo del presidente de los Estados Unidos (EEUU) Donald Trump, Juan Guaidó no ha sido capaz de plasmar en la realidad la expectativa que planteó a sus seguidores durante su acto de autoproclamación a principios de este año. El político fascista -no en vano milita en uno de los partidos más radicales de la oposición, Voluntad Popular– no deja de fracasar en base a las expectativas que él mismo crea.

Presidencia de Venezuela

Expectativa: Alcanzar la presidencia del país en el mismo momento de su proclamación.
Realidad: Juan Guaidó no se ha sentado ni una sola vez en el despacho presidencial ubicado en el Palacio de Miraflores. Sus propios aliados internacionales dialogan los asuntos diplomáticos con el presidente Nicolás Maduro, que es quién ejerce las funciones constitucionales otorgadas tras vencer en las elecciones de 2017.

Justificación legal de su autoproclamación

Expectativa: La Constitución Bolivariana de Venezuela de 1.999.
Realidad: El artículo 233 en el que se basó Juan Guaidó establece una serie de requisitos que se deben cumplir para poder aseverar que existe una falta absoluta del presidente. Como la muerte, su renuncia, la revocatoria de su mandato mediante referéndum… Ninguna de las cuales han sucedido, por lo que Juan Guaidó vulneró la Carta Magna.

Convocatoria de elecciones

Expectativa: Un mes después de su autoproclamación.
Realidad: Después de un mes desde su golpe de estado, Juan Guaidó cambió su argumento. Expresó que no era desde esa fecha, sino que empezaría a contar desde la renuncia de Nicolás Maduro, dándose un tiempo ilimitado para seguir en el cargo creado por él mismo.

Mejorar la vida de los venezolanos

Expectativa: Terminar con la inflación y el desabastecimiento.
Realidad: Como son las sanciones de sus socios internacionales EEUU y la Unión Europea (UE) las que provocan la hiperinflación, y el contrabando legalizado en Colombia junto con el boicot de los empresarios que lo sostienen las causas del desabastecimiento, Juan Guaidó usa la miseria provocada por esas situaciones como desgaste al presidente Nicolás Maduro. Es decir, el golpista puede acabar con ambos problemas solo con pedir a sus apoyos que dejen de atacar la economía venezolana, pero no lo hace como manera de alcanzar el poder a toda costa. Incluso se ha permitido dar el visto bueno y justificar ataques contra la presa del Guri, la espina dorsal del sistema eléctrico de Venezuela.

Respetar la vida de los venezolanos

Expectativa: Terminar con una supuesta represión por parte de Nicolás Maduro, y sacar a “ciudadanos libres” de las cárceles, quienes son en realidad terroristas que acompañaron a Juan Guaidó en las guarimbas que sembraron las calles de Venezuela de sangre durante los años 2014 y 2017.
Realidad: Petición de bombardeos por parte del ejército de EEUU, similares a los que se llevaron a cabo en Libia y Siria.

Político de altura

Expectativa: Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.
Realidad: Como presidente del poder legislativo, ha permitido que tres diputados opositores que obtuvieron su escaño haciendo fraude electoral, se mantengan en sus puestos, para sostener a la AN en desacato por parte de la justicia, y así decir que son víctimas de persecución política.

Conocimientos técnicos

Expectativa: Dominio de las nociones básicas de la infraestructura más importante del país.
Realidad: Durante el primer ataque a la presa de El Guri por parte de los EEUU, Juan Guaidó expresó que la culpa era de Nicolás Maduro porque no hizo un buen mantenimiento de los controles analógicos de la presa. Ingenieros afectos a su golpe de estado, salieron al paso para aseverar que hace muchos años que los controles están informatizados, que no son analógicos.

Unidad de la oposición

Expectativa: Recuperar la unidad conseguida el lustro pasado en la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Realidad: La fragmentación de la oposición en varios bloques persiste, sin haberse unido en torno a Juan Guaidó. La Avanzada Progresista de Henri Falcón por un lado, el pastor evangélico Javier Bertucci por otro y el Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) separado de ambos, no han hecho movimientos en favor de Juan Guaidó pese a la inversión de EEUU y la oligarquía venezolana en una campaña mediática de alta intensidad que trabaja en la construcción de una imagen de líder carismático para Juan Guaidó.

Movilizaciones

Expectativa: Masivas y continuas en el tiempo hasta lograr la salida del poder de Nicolás Maduro.
Realidad: Tras una primera convocatoria masiva, la movilización de los sectores opositores ha caído en picado, no solo por sufrir el desgaste provocado por comprobar que las expectativas creadas por Juan Guaidó no se convierten en realidad, sino por el propio desinterés de gran parte de la dirección política de la oposición, que o no se siente interpelada por los llamados a bombardeos, o está cansada del ataque a la economía por sufrirla ellos mismos, o simplemente quieren ser ellos los que lideren el proceso contra el chavismo y no están de acuerdo en que Voluntad Popular sea la fuerza protagonista solo por estar ahora presidiendo la AN, fruto de un acuerdo entre las principales fuerzas de la oposición. La continua y masiva movilización del chavismo, es otra de las principales causas de la desmovilización de la derecha.