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Las 1.000 batallas por la independencia de Andalucía

Nos han vendido el relato de una Andalucía sumisa y españolizada. La verdad no puede quedar más lejos, y creer esto evidencia un desconocimiento de la historia, fruto de un blanqueamiento sistemático y de una selección de los episodios que se deben estudiar en la enseñanza oficial, sesgada y manipulada. Desde Tartessos hasta nuestros días su población ha sido revolucionaria y los levantamientos ante la destrucción de sus libertades ha sido prácticamente continuada.

Aunque no se trata de una lista exhaustiva, y hay ciertos huecos de importancia, os presentamos algunos de los hechos significativos que desmienten este relato:

578. Leovigildo envía a su hijo Hermenegildo a Sevilla, que se rebela contra su padre y el pueblo le corona rey de Andalucía. Este reinado apenas duró un año, ya que es derrocado por las armas. Su primogénito huye de él, pero sigue intentando recuperar el control de su antiguo imperio, y su padre le condena a muerte.

711-1492, Al-Ándalus. La historia de la conquista musulmana es totalmente falsa. No es posible, ni por número de soldados y equipamiento. Por más efectivos militares que se tuvieran, era imposible conquistar toda la península en 15 años, sitiando castillos, vadeando ríos… Sólo recorrer la totalidad del territorio a caballo y a pie ya era una gesta. Tomar castillos y ciudades amuralladas, con el tiempo que implica un asedio (meses o años) no es factible en ese tiempo y con un aparato militar tan limitado. No, no se trata de una conquista como se empeñan en decirnos. Aunque hubiera algunas batallas, es indudable un fortísimo factor de asimilación.

Muchos pueblos de la península, viendo los avances que se les ofrecían consideraron que cambiar de religión e idioma era un precio pequeño. En materia cultural, en reparto de la riqueza y del suelo, la diferencia del sistema taxativo y avances agrícolas representaban una situación mucho más holgada para el pueblo. Las muy avanzadas mejoras médicas junto con las costumbres higiénicas mejoraban y alargaban la vida. Por primera vez en mucho tiempo, un sistema político ofrecía algo al pueblo llano.

No en vano, el mundo clásico tuvo su continuidad en el mundo islámico de la época. Cuando se estudia la Edad Media, se obvia Al-Ándalus, pues no se engloba como tal. Fue el Renacimiento andaluz. La mal llamada “reconquista” es otro constructo del revisionismo. De hecho, se trata de un término acuñado en torno al siglo XIX.

>>El Motín del Pendón Verde<<

1500-1568. Los Levantamientos Moriscos. Abén Humeya encabeza a la población autóctona del Reino de Granada, gravemente represaliada tras incumplir Isabel de Castilla las condiciones de la rendición. Estas condiciones están recogidas bajo la firma castellana en las Capitulaciones de Santa Fe. Es coronado Rey de Andalucía, aceptándose su mandato hasta la Serranía de Ronda. La corona destruye prácticamente la Alpujarra, quemando los campos y sembrándolos de sal, destruyendo molinos y asesinando por miles. Finalmente, la población morisca es represaliada y expulsada.

Elección de Abén Humeya como Rey de Andalucía. Grabado de la novela “Los Monfíes de las Alpujarras”, de Manuel Fernández González, 1859.

1641. Tair-el Horr,El Halcón”, fue ensombrecido por los historiadores a favor del Duque de Medina Sidonia y de Don Juan de Braganza. Una Se habla poco de que era un pacto entre las sociedades morisca, judía y cristiana en Portugal, Andalucía y Valencia. Portugal, Francia, Inglaterra, norte de África (sobre todo exiliados andaluces) y Andalucía se alían contra Castilla por su soberanía. El duque huyó a Madrid y confesó. Tar-el Horr fue asesinado por la espalda. Málaga fue bombardeada y represaliada por las fuerzas gubernamentales.

1652, El Motín del Hambre. Córdoba escenifica un motín encabezado por las mujeres de la ciudad. Es de los pocos levantamientos que se saldan con una aportación de alimentos por parte del estado. No obstante, no estuvo carente de castigos, desde latigazos hasta cárcel o galeras.

Motín del hambre en Córdoba

1831, Levantamiento del General Torrijos. Levantamiento militar fraguado en Andalucía contra el absolutismo de Fernando VII. Respondía a toda una serie de complots para organizarse contra el régimen totalitario. Torrijos y sus compañeros fueron fusilados y desde mucho antes, cualquier liberal era ejecutado.

  1. Andalucía se había estructurado en Juntas Liberales. Eran provinciales, autónomas y soberanas. Por iniciativa de la de Córdoba, el 2 de septiembre se confederaron en la Junta Suprema de Andalucía.

Una de sus primeras medidas fue reclutar milicias voluntarias. El seguimiento del pueblo andaluz fue tal que, para mediados de mes, contaban con las 30.000 cabezas que buscaban. No existió un enfrentamiento con las fuerzas gubernamentales, sino que en buena medida éstas desertaron, uniéndose a las andaluzas. El ejército andaluz decidió no marchar hacia Madrid, sino esperar la respuesta a estos hechos.

Estas acciones causaron la caída del gobierno y su reemplazo por otro liberal. En la mayor parte del estado supuso la disolución de las juntas liberales, pero no en Andalucía. Las Juntas andaluzas seguían el camino que habría de llevar al cantonalismo. Esta Junta Suprema se dirige al pueblo andaluz hablando de la “Federación de Andalucía”.

“Tuvieron las de Andalucía su Junta Central en Andújar y hablaron de potencia a potencia con el Gobierno de María Cristina” – Pi y Margall

1868, 4 de diciembre, La Insurrección de las Barricadas. El Puerto de Santa María (Cádiz) salió a la calle y levantó barricadas protestando contra el hambre y exigiendo el final de la explotación. Al día siguiente, Cádiz, con su histórico alcalde revolucionario, Fermín Salvochea, se subleva.

Monumento a Fermín Salvochea

1873-1874. La Revolución Cantonal. Aunque con presencia también en Murcia y Valencia, los cantones tuvieron su principal y mayor expresión en Andalucía. Tras la declaración de cantón independiente, se destituyen las administraciones dependientes del gobierno central. El 21 de julio de 1873 se firma en Despeñaperros el Manifiesto de los Federales Andaluces. Se requiere devolver la soberanía al pueblo cambiando el modelo por el de confederación. Sólo así, afirman, se pueden llevar a cabo las reformas necesarias. El ejército español de la I República se lanza contra Andalucía.

“En Despeñaperros, histórico e inexpugnable baluarte de la libertad, se enarboló ayer, por las fuerzas federales que mandan los que suscriben, la bandera de la independencia del Estado Andaluz. Terminemos, pues, nuestra obra. Completemos la regeneración social y política de esta tierra clásica de la libertad y de la independencia” – Manifiesto de los Federales Andaluces.

 

El General Pavía reprimiendo el Cantón Libre de Sevilla

En 1883 se escribe la Constitución de Antequera. Aunque nunca ha podido aplicarse de manera legal y efectiva, se trata de unas de las constituciones más avanzadas que existen en materia de libertad. Heredera directa del cantonalismo, contiene un factor único: El pueblo no cede su soberanía, la ejerce de manera continuada. También reconoce a Andalucía en comarcas, no en provincias.

Constitución de Antequera de 1883, expuesto en el Museo de la Autonomía

1888, El Año de los Tiros. El estado español había vendido en 1873 los terrenos de las minas de Riotinto al consorcio británico RTCL. Con ello, las condiciones de vida del personal de queda a merced de esta compañía. A inicios de década se declaran las primeras huelgas por una situación digna. La mayor fue en febrero de 1888. Pedían una jornada de 9 en vez de 12 horas, la eliminación de material tóxico, pago en divisa oficial y revisión de otras condiciones abusivas. El documento lo firmaron 700 personas. Las tropas estatales abrieron fuego contra las dos manifestaciones encabezadas por sendas bandas de música. Murieron unas 300 personas.

>>Los Sucesos de Jerez<<

Durante el siglo XX surge un nuevo modelo de andalucismo, centrado sobre todo en la figura de Blas Infante. Los textos oficiales aprobados por el Parlamento de Andalucía aún recogen las palabras del Manifiesto de la Nacionalidad de 1919 en Córdoba. Organizados primero en los Centros del Pueblo, prohibidos a continuación por Primo de Rivera, se reconstituye nuevamente en 1931 con la Junta Liberalista de Andalucía. Las fuerzas estatalistas terminarían con ella durante la II República y la posterior Guerra Civil. De especial interés es el Trienio Bolchevique (1918-1920).

Asamblea de Córdoba 1919

>>Un grito que dura cien años<<

En 1977 Andalucía sale a la calle a pelear por su autonomía. Ante un referéndum trampa de Adolfo Suárez, que pretendía privar a Andalucía de su propia autonomía, el pueblo se vuelca. El estado hace una fuerte campaña por el no, pero toda Andalucía lo aprueba por altísimo margen. Solo Almería, con un censo falseado, falla por muy poco. Ante la negativa del estado, el pueblo sale masivamente a la calle y consigue una cierta equiparación con otros pueblos del estado.

El nacionalismo andaluz siempre ha sido socialista. La burguesía es extranjera e impuesta para las andaluzas. El andalucismo lucha por la igualdad, es internacionalista y humano. A día de hoy existen organizaciones soberanistas andaluzas activas, como Nación Andaluza (NA) o el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), entre otras.

“Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano” – Blas Infante