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Las cuentas fake de Lenín Moreno en Twitter: otra vergüenza para Ecuador

Más de 1.000 cuentas de Twitter, de origen ecuatoriano y asociadas al presidente Lenín Moreno, fueron cerradas por la red social, de acuerdo a un comunicado oficial difundido el pasado viernes 20 de septiembre. La razón de la suspensión, según la plataforma, fue la difusión de contenidos y noticias falsas, lo que vulnera sus términos y condiciones que establecen que los usuarios deben comprometerse a “emplear los Servicios de ningún modo para enviar información de identificación de fuente alterada, errónea o falsa.

Este es el segundo problema que enfrenta el régimen ecuatoriano respecto a la manipulación de la información dirigida a los usuarios de redes sociales, para el posicionamiento de ideas que favorezcan la gestión Moreno. En julio de 2018, medios internacionales reportaron que “la cuenta @Lenin adquirió decenas de miles de seguidores y retuits, durante su campaña presidencial en 2017.

El manejo de redes sociales por parte del equipo de comunicación de Moreno, se ha enfocado en evadir los pronunciamientos respecto a temas de relevancia nacional y mostrar imágenes relacionadas a una gestión social y otras actividades aisladas del mandatario, intentando golpear en las emociones de las personas evocando la figura de servicio que tuvo durante su vicepresidencia en el gobierno de Rafael Correa.

Los tiempos posfactuales

La Canciller de Alemania, Angela Merkel, se refirió al fenómeno de construir escenarios mediáticos distintos a la realidad social como “tiempos posfactuales”, sobre este concepto indicó que “seguramente significa que la gente ya no se interesa por los hechos, sino que obedece solo a sus sentimientos”.

Así, el régimen busca posicionar ideas positivas sobre su gestión, inclusive sobre los hechos palpables en la realidad social, como el desempleo, la inseguridad y las denuncias de corrupción en su contra. A todo esto se suma el cerco mediático impulsado por los poderes económicos y operado desde las empresas privadas de comunicación asociadas a estos.

En julio de este año las encuestadoras Click Report y Perfiles de Opinión señalaron que la desaprobación de Moreno se ubica en el 86%. Los datos indicaron que apenas el 8% de la población cree que el país va por buen camino, la negatividad de la ciudadanía también se muestra frente a los temas de preocupación general, siendo que, el 83% cree que el país está en mala situación, una media de 90% de ecuatorianos piensan que la pobreza aumentará, repitiéndose ese criterio con un aproximado de 80% sobre la pobreza y corrupción.

Sin embargo, la figura de Lenín Moreno no ayuda en el objetivo gubernamental de mejorar su imagen para mantenerse hasta el final del mandato o, inclusive, para posicionar un posible sucesor en 2.021. Sus apariciones públicas se convierten en una ola de burlas, en las plataformas digitales, como consecuencia de sus desatinados comentarios respecto a temas triviales, evitando los de preocupación nacional y las denuncias de corrupción.

Pero estas apariciones sí alcanzan para motivar temas de conversación en la ciudadanía reemplazando el debate político. Las cortinas de humo, que son parte de esta estrategia, cada vez deben ser más grandes para disuadir la atención de los temas de fondo. Tanto es así, que la última explosión mediática se dirige a la posibilidad de realizar el Mundial 2030 en Ecuador, junto a sus países vecinos. Hablar de fútbol es más llamativo que explicar, por ejemplo, la inconstitucional contratación de deuda externa con el FMI.

 

La culpa es de Correa

A pesar de las denuncias de Twitter, plataforma digital internacional con sede en Estados Unidos, y de varios medios mundiales respecto a las acciones del gobierno de Moreno para confundir a la ciudadanía con cuentas fake, Andrés Michelena, representante de Lenín Moreno y Ministro de Telecomunicaciones, dice que existen “trollcenters” vinculados al correísmo que generan tendencias en defensa del expresidente, Rafael Correa, y en oposición a las medidas del gobierno nacional.

El ministro afirmó que “El señor Assange es el troll center y el hacker del expresidente Correa. Y tenemos también al señor Maduro, que paga y envía fondos al expresidente Correa para sus ciertos temas de información, comunicación, estudios”. Esto fue una nueva denuncia estatal sin fundamento y no comprobada, es decir, una promoción de la noticia desde un ángulo distinto, más que todo construido, juntando varios elementos conocidos por la ciudadanía, para desviar la atención sobre ellos mismos.

El gobierno culpa a Correa y sus colaboradores de mantener cuentas falsas en redes sociales con financiamiento venezolano y con la conducción de Julian Assange, usando un argumento irreal, que intenta deslegitimar el apoyo al correísmo expresado por el 30% de la población ecuatoriana en las urnas, mientras que se lava las manos frente a las acusaciones internacionales en su contra desconociendo el 14% de aceptación que tiene y culpando al otro de sus errores. La posverdad, el tiempo posfactual.

El exconsejero presidencial, Santiago Cuesta, expresó en un medio radial que Correa: “tiene 23.000 cuentas con las cuales ataca todos los días, crea opinión, crea espejismos” acusando públicamente a excolaboradores del anterior gobierno, de ser financiados con dinero ilegal. De nuevo otra táctica de la mentira emotiva, usar elementos comunes para cambiar el concepto real. En esta ocasión, lo dicho por Cuesta, quien opinó que es mejor tener dinero para construir escuelas que para “trollcenters” para difundir falsedades, fue contundentemente desmentido por la red social Twitter con su comunicado.

Con estas revelaciones y con las denuncias de políticos y activistas sociales opositores al régimen, respecto al bloqueo de cuentas en Twitter, podría suponerse además, que el silenciamiento de estas voces críticas al régimen, se gestó a través de las masivas denuncias de las más de mil cuentas, asociadas a Moreno, hoy suspendidas por la propia plataforma.

A todo esto se suma el hecho de que tras la separación de Rafael Correa y sus coidearios, del movimiento Alianza PAIS, esta agrupación política sufrió un golpe mortal que se demostró en su primera derrota electoral, el 24 de marzo, durante las elecciones seccionales. Entonces, la buena noticia es que su estrategia mediática no está rindiendo frutos ni en la percepción social ni en las urnas. Los trolls no votan.

Otra vez Ecuador está en el ojo público debido a las acciones del gobierno de Lenín Moreno para afectar la imagen de sus exaliados políticos y crear un escenario de fantasía frente a los mandantes que rechazan su gestión. Mientras tanto, los sectores económicos siguen beneficiándose de las políticas públicas, que les favorecen, en desmedro de la clase trabajadora. En tiempos de acceso masivo a la información ¿Cuántas vergüenzas internacionales más deberá enfrentar el país, después del escándalo de corrupción de INA Papers, la entrega de Assange, la ilegal prisión de Ola Bini y las denuncias de “trollcenters” morenistas?

Foto: Gkill City