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Muestran evidencias de fraude electoral en Paraguay

La izquierda de diferentes países de América Latina no es capaz de llegar al poder. No por sus errores políticos, sino por ser víctima del fraude. En los últimos años el sur del continente ha sufrido un giro a la derecha a base de golpes de estado que se han mantenido en el poder gracias a amañar los resultados electorales.

Tras la prueba que supuso el golpe a Honduras en 2009, la derecha del continente apoyada por los gobiernos turnistas de los Estados Unidos (EEUU), comenzó una contraofensiva para poner fin a la ola bolivariana que había surgido a principios de siglo. Las nacionalizaciones de los recursos, el control medioambiental a las grandes empresas, el fin del dólar en los intercambios financieros y la expulsión de la DEA en varios países, minimizaron la influencia de EEUU en los gobiernos de la región. Una situación que atentó directamente contra los intereses de los grandes empresarios americanos.

Paraguay fue uno de los países que, tras Honduras, sufrió un golpe de estado. La interrupción del hilo democrático sucedió hace seis años y puso fin al gobierno de Fernando Lugo, un exobispo cercano a la teología de la liberación. Por las pruebas del fraude mostradas por el líder de la oposición Efraín Alegre, las élites paraguayas no consideran que el tiempo acontecido desde el golpe de estado haya sido suficiente para hacerlo rentable.

Efraín Alegre, candidato presidencial de la Alianza GANAR, ha mostrado como ejemplo del fraude un acta electoral en la que su organización había conseguido 65 votos pero la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) los convierte en cero votos.

Alegre, que lidera la unidad de la izquierda paraguaya, ha expresado que no solo van a seguir aportando pruebas del fraude electoral, sino que van a contar voto a voto para estar seguros del resultado que el pueblo paraguayo expresó en las urnas el pasado domingo 22 de abril.