The news is by your side.

Novorrosia y la realidad del antifascismo

Aclarando algo, Pável Gubárev , presidente de la República Popular de Donetsk, no es militante de extrema derecha. Sí es cierto que hace bastantes años estuvo en un campamento de un partido fascista (Unidad Nacional Rusa), cosa relativamente normal para gente joven y no formada. Muchos hemos pasado por este aro…

Pero posteriormente fue miembro del Partido Socialista Progresista de Ucrania, una organización de izquierdas, confederalista y prorruso que nació en 1998.

El propio Gubárev, lejos de ser miembro de un partido nazi ruso, reconoció el derecho a la autodeterminación del pueblo de Novorrosia y de las Repúblicas Populares frente al fascismo y la creación de las legítimas milicias populares. En sus discursos reivindica al propio Lenin por la ayuda que ofreció a las culturas eslavas dominadas por el imperio zarista, por lo que también mantiene posiciones pro soviéticas.

Es más, la República mantiene un discurso antifascista desde su fundación: la brigada nazi rusa “Rusich” fue expulsada hace años del territorio, por no decir que el grosor fascista ruso condena a Novorrosia por su apoyo a Putin, por su pro sovietismo y su antifascismo. Y no, ovejas extraviadas del buen rebaño del pastor, un partidario de Putin, un monárquico o un socialdemócrata, no son nazis.

Pável Gubárev , presidente de la República Popular de Donetsk.

Miembros de la izquierda antisoviética, antieslava y posmoderna, junto con los medios de comunicación pagados por el neoliberalismo (responsables directos del bombardeo de la OTAN sobre población civil en las Repúblicas Populares de Donetks y Luganks) han atacado de manera constante a Novorrosia para hacer mella en favor del fascismo ucraniano, y para envenenar el internacionalismo con tergiversaciones por cuestiones totalmente subjetivas, además de buscar pequeños y diminutos detalles de grupos reducidos, o casi extintos de la extrema derecha en las repúblicas populares.

¿Es correcta la unidad con grupos monárquicos (zaristas o chetniks), socialdemócratas, nacionalistas pan eslavos serbios y partidarios del capitalismo de Putin para preservar la unidad anti-etnicista, popular y antifascista? La respuesta es clara es sí. Ya no solo por una cuestión estratégica; el Euromaidán ha estado violando todo el patrimonio cultural ruso, desde la URSS e incluso del Imperio Zarista, atacado de manera directa con mafias y leyes la cultura de los Balcanes que existía en Ucrania (serbios, rumanos…).

Actualmente en Ucrania no está permitido hablar rumano, serbio o ruso. Esto hizo que creciera solidaridad hacia Novorrosia, no solo desde la izquierda y el movimiento comunista, con el Partido Comunista Ucraniano, con Borotba (otra organización comunista que comparte el pan eslavismo y el sovietismo), y con los nacionalistas pro Putin… También surgió en sectores de la derecha y reaccionarios como los chetniks, nacionalistas pan eslavos serbios, en la iglesia ortodoxa de los Balcanes, y en los zaristas rusos.

También habría que analizar el contexto en el que se movió la URSS, que por culpa del revisionismo se desencadenaron el tradicionalismo, la corrupción y el patriarcado, que aceleraron la caída del país socialista en favor del capitalismo. Esta mezcla de ideologías opuestas en ocasiones buscan puntos de inflexión. En el caso de Novorrosia, con más o menos reyertas por las posiciones antifascistas, el antiimperialistas y patriotas mantenidas por la homogénea unidad popular, y sostenidas por el poder gubernamental han logrado permanecer unidas. Como dijo el celebre comunista chino Liu Shaoqi, “los comunistas a veces nos tenemos que manchar los pies de barro“. Entendemos que esta unidad puede significar el fin de los ataques del ejercito nazi de Ucrania y el triunfo de las clases populares de Novorrosia en su anexión a Rusia.

Con esto claro, parece que algunos no quieren aprender de la historia. El análisis materialista nos hace a los comunistas saber aprovechar las contradicciones que surgen en frentes compartidos o creados desde el Partido Comunista.

No se puede politizar el movimiento antifascista, debemos evitar que mantenga posiciones patriarcales, racistas y homofóbicas. En la lucha contra el fascismo criminal, existen todo tipo de personas e ideas que se consideran demócratas (obviamente con sus contradicciones a la hora de querer aplicarla en un estado). Lo que estas ideas consideran democrático, puede afectar de manera inmediata en el desarrollo y análisis de la lucha de clases. Pero incluso dentro de la lucha de la II República española dirigida por el Frente Popular existían diferencias enormes entre los grupos republicanos de centro, los demócrata cristianos nacionalistas del PNV, el PCE que estaba asesorado por la Internacional, el PSOE -aún fiel al socialismo– tenía internamente una crisis sin solucionar al igual que el PCE, organización que expulsó al comunista -antifascista y catalanista- Joan Comorera por la crisis del ultracentralismo y por diferencias sobre la cuestión catalana.

La gente que lo analiza todo desde la periferia de la crisis informativa, tanto si es o no comunista, acompaña el discurso del “todos son lo mismo” rehuyendo los datos objetivos que acercan la verdad tapándola con dobles intenciones, recordando a Bertolt Brecht cuando dijo que “el que no conoce la verdad es simplemente un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese es un criminal!”.

Seguramente estos perfectos posmodernos apoyan el fascismo del Euromaidán como lo hizo la organización “feminista” FEMEN, cuyas integrantes apoyaron la Primavera Nazi Ucraniana, mostrándose a favor de los bombardeos de la OTAN en las zonas antifascistas y del golpe de estado en Kiev.

También hay que tener en cuenta el trabajo informativo constante de los Comités de Solidaridad Antifascista con el Donbass como EH Donbass Elkartasun KomiteaSolidaridad Aragón/Donbass y de las personas que han podido observar lo que ha pasado en Ucrania como el “Coronel Barreiros“.

Por otra parte están los llamados chetniks, un grupo de monárquicos serbios con un interesante historial militar. Lucharon contra la ocupación otomana, para después fungir como aliados del imperialismo contra los partisanos yugoslavos del PCY durante la guerra de liberación antifascista en los Balcanes. También batallaron también contra la organización fascista Ustacha (aliada directa de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial). Actualmente son grupos minoritarios y reducidos sin ninguna fuerza política ni militar. Pasa algo parecido con los nazbo (nacional bolcheviques) una idea que tiene severas contradicciones y discursos muy preocupantes. Forman parte del campo soviético y aunque no es oficial, no sería extraño ver algún que otro rezagado en el este de Ucrania.

Nueva Rusia con todas sus repúblicas busca la anexión a Rusia para dejar de sufrir la intervención del ejercito nazi de Ucrania, no está luchando por el socialismo, si no como decía el voluntario español antifascista de Navarra Patxi Castellano: “Esto es una lucha por sobrevivir, no una revolución socialista“. Esto no significa que no existan partidos comunistas en el este de Ucrania, todo lo contrario, han forjado junto con otras organizaciones prorrusas y socialdemócratas la creación de la República Popular de Donetsk, Lugansk, y también han participado en la construcción de la unidad y discurso antifascista. Creando distintas milicias y brigadas hasta componer Novorrosia con un ejército popular fuerte. Llegando a crear incluso la popular Brigada Prizark (Brigada Fantasma) integrada exclusivamente por comunistas. Existen otros batallones como el Batallón Makhno creado por anarquistas y el Batallón Femenino de mujeres antifascistasRus“.

 

Yo mismo he podido entrevistar a voluntarios que han luchado -y lo siguen haciendo- en el Donbass que dejan bien claro por lo que ellos están pasando. Han visto que la matriz de opinión que se está intentado imponer mediante las redes sociales, que iguala a ambos bandos calificándolos como “malos”, cosa que califican como totalmente falsa.