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El odio entre los pueblos como medio de dominación

Escribo estas líneas desde la observación, desde la experiencia, desde la búsqueda de la verdad y, como no, desde el intento de encontrar una explicación al porqué de la existencia del odio centralista para con las diferentes culturas de este país. 

Al afirmar que existen “diferentes culturas” es más que probable que haya quien piense que dicha afirmación es una barbaridad. Pero si se analiza desde la sensatez y, olvidando el anacronismo de “una grande y libre”, España se compone de diferentes culturas, de ahí su riqueza.

Las diferentes lenguas que se hablan en el territorio español son un legado histórico, una identidad que pertenece a los pueblos y de la que deberíamos sentir orgullo, por su riqueza. La historia la escriben los pueblos y sus letras las borra el odio.

¿Por qué se estigmatizan a las diferentes lenguas? Pues parece responder a una más que evidente estrategia de dominación. Cuando un territorio es conquistado, lo primero que se lleva a cabo es la imposición de la lengua de los colonos. Es evidente que este no es el caso de España, pero sí se trata de un caso de dominación.

Cuando un pueblo no renuncia a sus raíces, es un pueblo más difícil de controlar. Si no renuncias a tus raíces, a tu identidad, es un síntoma de que puede existir un ápice revolucionario. El dominante se puede encontrar con que el dominado luchará por no serlo.

Los “medios de información” al servicio del poder, están continuamente bombardeando con el odio, con el hecho de que el castellano es perseguido y prohibido en comunidades donde existen dos lenguas cooficiales como País Vasco, Navarra, Cataluña, Baleares, País Valenciano y Galicia. Esta afirmación es falsa.

En cualquier comunidad autónoma con dos lenguas cooficiales el castellano no está vetado. Es una mentira repetida mil veces para convertirla en verdad. Cualquier persona castellanoparlante que resida en una comunidad con dos lenguas que coexisten, tiene derecho a poder hablar y tramitar documentos oficiales en castellano.

Pasemos a la práctica. Es una falacia la afirmación de que una persona de habla castellana no se pueda desenvolver en una comunidad donde conviven dos lenguas, más odio. Basta con la experiencia en el tema.

Bien se hable euskera, catalán o gallego, si alguien se dirige a ellos en castellano, su respuesta inmediata es en castellano. Afirmar lo contrario es solo el fruto de un odio inyectado, ya desde el franquismo, para dominar y suprimir las identidades de los pueblos. El centralismo dominante y censurador.

Cualquier pueblo que ose a conservar su cultura y, por tanto su lengua, es considerado “antiespañol”. Quizás por ello, dichos pueblos no quieran formar parte de quien les quiere imponer su cultura para borrar la suya, de quien les quiere borrar su identidad para poder dominarlos.

No, en España no existe una persecución contra el castellano, todo lo contrario. Existe una persecución a las identidades de los pueblos. Las intentaron borrar durante el franquismo y, a día de hoy, siguen en el intento. Y el medio utilizado es la inyección sistemática de odio.