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Oposición venezolana boicotea su estrategia por el sillón presidencial en el exilio

Parte de la dirección política de la oposición venezolana está boicoteando su propia estrategia golpista puesta en marcha desde Colombia por la exfiscal Luisa Ortega. Concretamente los partidos que forman parte del Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) han iniciado una disputa en la Asamblea Nacional (AN) que responde a la elección del presidente en el exilio.

La nueva iniciativa golpista ha aprovechado la situación de violencia y desabastecimiento provocados por los intentos anteriores para impulsar un juicio de méritos contra Nicolás Maduro. Celebrado en el senado colombiano con la presencia y apoyos de destacados miembros de la ultraderecha como el expresidente Álvaro Uribe. Al juicio le bastaron dos días para declarar culpable a Nicolás Maduro y proclamar a Antonio Ledezma como el presidente en el exilio.

Una vez realizado el juicio de méritos, la Asamblea Nacional debía aprobar la solicitud de enjuiciamiento a Nicolás Maduro para revestir la decisión con credibilidad constitucional. Algo que no es posible ya que la AN está en desacato al haber juramentado a varios diputados que consiguieron su escaño mediante fraude electoral.

La aprobación del enjuiciamiento del presidente venezolano debía haber sido el martes, pero aún no se ha realizado. Tras haberse partido en dos, la oposición enterró la Mesa de Unidad Democrática. Por un lado los sectores más a la derecha formaron el FAVL, llamando a la abstención en las próximas elecciones presidenciales, mientras que los más moderados siguieron a Henri Falcón y a su partido Avanzada Progresista en su determinación de participar en las elecciones.

Ahora con el juicio a Nicolás Maduro, se ha visto que dentro del Frente Amplio Venezuela Libre también hay división. Existen en su interior dos bandos enfrentados. Por un lado Voluntad Popular (VP), Vente Venezuela y Alianza Bravo Pueblo (ABP), organizaciones que apoyan el juicio y abogan por aprobar la solicitud ya. Por otro lado están Acción Democrática (AD), Un nuevo Tiempo (UNT) y Primero Justicia (PJ), partidos que están retrasando la aprobación de la solicitud justificándose en que se debe cumplir el reglamento.

Una argumentación que no puede sostenerse porque la Constitución Bolivariana de 1999 no permite un oficio emanado de un poder extranjero, de Colombia en este caso, ya que al no haber sido elegido por los venezolanos mediante sufragio directo, no les representa.

En la Asamblea Nacional de Venezuela se ha desencadenado una batalla por ser el presidente en el exilio. Alianza Bravo Pueblo (ABP), que solo cuenta con un diputado en el poder legislativo, apoya el proceso porque es su líder Antonio Ledezma el que ha sido nombrado en Colombia. Sin embargo, Julio Borges de PJ y Henry Ramos Allup de AD también tienen interés en obtener ese cargo, y no quieren participar en agrandar la popularidad y la figura de Antonio Ledezma si podrían ser ellos los que estuvieran en su lugar.

Además existen rencillas personales, ya que Antonio Ledezma militó en AD y su salida no fue amistosa. Las principales organizaciones políticas que cuentan con líderes conocidos no contemplan, por ahora, ceder en favor de las otras y junto a los aliados de cada una, están presionando en la AN para lograr situar al suyo al frente del plan golpista. Mientras tanto el tiempo corre a favor de las elecciones con Nicolás Maduro como el candidato favorito de la mayoría de los venezolanos según encuestas.

El FAVL tiene las esperanzas puestas en que haya una baja participación en las elecciones presidenciales del próximo mes de mayo, y eso les permita ejecutar el derrocamiento de Nicolás Maduro, por ello gran parte de esa organización no quiere contribuir a que Antonio Ledezma sea visto como su líder, puesto que si el golpe sale bien, él sería quién ocupase el sillón presidencial, y a eso no están dispuestos los demás dirigentes de la derecha más radical.