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Petición de paz y justicia rebosó las calles de Nicaragua

Decenas de miles de personas salieron a las calles de Managua, capital de Nicaragua, para apoyar al Gobierno sandinista de Daniel Ortega en sus esfuerzos para recuperar la paz, tras el intento de golpe de estado por parte de los Estados Unidos (EEUU), la patronal, los partidos de derecha y la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). Los manifestantes también expresaron su deseo de que los terroristas que sembraron la muerte en las calles durante los pasados meses, sigan siendo procesados por la justicia.

El presidente de Nicaragua Daniel Ortega tuvo que hacer frente a grupos fascistas que desataron la violencia en las principales ciudades del país. En un primer momento que se alargó dos meses, Ortega intentó un diálogo con los terroristas y los sectores de la derecha que los apoyaban, pero tras asumir a las peticiones de su oposición, ésta no accedió a las suyas, sin ni siquiera apoyar el fin de la violencia.

Tras ver la muerte de decenas de ciudadanos –en su inmensa mayoría sandinistas– y de la policía, los destrozos a negocios particulares, viviendas, violaciones, humillaciones y palizas -muchas de estas situaciones acontecieron dentro de varias iglesias bajo la mirada de los miembros del clero-, cortes de carreteras, secuestros y saqueos a edificios públicos, el presidente del país centroamericano abandonó el diálogo y movilizó a la policía a lo largo y ancho del país.

Las fuerzas de seguridad tardaron unas semanas en terminar con los tranques -barricadas desde las que los terroristas ejercían la violencia- y recuperar los espacios públicos desde los que los grupos fascistas se organizaban como en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAM). Tras efectuar varias decenas de arrestos por todo el país, la paz ha ido regresando poco a poco a una sociedad que estaba respondiendo con movilizaciones pacíficas a los ataques financiados por la administración de Donald Trump, y apoyada principalmente por la alta dirigencia de la Iglesia Católica.

La justicia nicaragüense se encuentra ahora juzgando a los terroristas que abrieron las puertas del país al caos, una situación que es apoyada por la mayoría de los nicaragüenses a juzgar por las masivas movilizaciones que se llevan a cabo regularmente en Managua y otras ciudades importantes del país.

Tras los primeros ataques por parte de los fascistas, la población de Nicaragua ha salido constantemente a movilizarse de manera pacífica a favor del gobierno sandinista, rechazando la violencia golpista y exigiendo justicia para los asesinados. Ni siquiera ha pasado un año desde que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) arrasara en las últimas elecciones municipales reconocidas por la Comunidad Internacional, cuyos observadores electorales no observaron fraude alguno.