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Pese a estar encarcelado, un 40% votaría por Lula en las próximas elecciones

El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva sigue aumentando su preferencia de voto pese a estar en la cárcel. La dictadura instalada desde 2016, año en que la derecha le dio un golpe de estado a la presidenta Dilma Rousseff, poniendo en su lugar a Michel Temer, no puede contener al aún hoy candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT).

Tras un juicio sin garantías, en el que el juez Sergio Moro dio como buenas las declaraciones del empresario Leo Pinheiro, condenado por corrupción, sin necesidad de pruebas que las demostrasen, Lula fue condenado a 12 años de prisión. La sentencia dictada por el magistrado impide a Lula presentarse a las próximas elecciones del mes de octubre.

Pese a ello, la organización política de Lula, el PT, se ha negado a buscar otro candidato que lo sustituya, y lo mantiene como su apuesta presidencial. Los brasileños también mantienen el apoyo al político de izquierdas, ya que un 40% afirma que desea votar por él en las próximas elecciones, según la estimación de la encuestadora Vox Populi.

El segundo candidato más apoyado sería el neoliberal Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL) con un 12%, muy lejos del expresidente. La verde Marina Silva se coloca tercera en las encuestas con un 6% de preferencias mientras que Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista recoge un 4% de los apoyos. El estudio demoscópico también tiene en cuenta los posibles escenarios de una segunda vuelta, enfrentando a Lula con el resto de los candidatos.

  • Lula 47% contra Jair Bolsonaro 16%.
  • Lula 46% contra Marina Silva 14%.
  • Lula 47% contra Ciro Gomes 11%.

La defensa del líder brasileño está agotando todas las posibilidades para lograr la excarcelación de Lula, sin embargo al igual que su condena, es una cuestión política, no judicial. La salida de la cárcel del dirigente más popular del Partido de los Trabajadores dependerá de la presión social que sus simpatizantes sean capaces de hacer. Las instituciones internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la mayoría de países del continente americano no están usando su diplomacia para solventar esta situación.

Mientras tanto el candidato presidencial que prefieren la mayoría de los brasileños, sigue en la cárcel sin que medie ninguna prueba del supuesto soborno que cometió Lula con un apartamento de lujo, que casualmente más de 73 testigos niegan y del que no existe ningún documento que lo pruebe.