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Presos políticos y esclavitud. El canal de los Presos

En 1.939 las cárceles españolas llegaron a acumular más de 300.000 presos políticos. Para disminuir el elevado número de presos, el franquismo ideó la redención de penas por trabajos forzosos en obras públicas.

El Canal del Bajo Guadalquivir, fue una de las construcciones en las que más prisioneros trabajaron, unos 6.000. El proyecto fue aprobado en el siglo XIX, pero no se llevó a cabo debido a la altísima cantidad de mano de obra necesaria para ello.

En 1.940 se llevó a cabo el comienzo de las obras. Dicha construcción tenía como objetivo llevar agua desde el Bajo Guadalquivir hasta los municipios de Palma del Río y Lebrija, a los latifundios. De este modo se pretendía revalorizar las grandes tierras de los terratenientes, transformándolas de secano a regadío.

La obra duró 17 años, hasta 1.957. Durante esos años miles de presos políticos trabajaron en las obras “a pico y pala” como esclavos. Se buscaba en las cárceles los perfiles necesarios recogidos en las fichas de los presos políticos. Albañiles, ingenieros, arquitectos, carpinteros, el preso que fuera útil en ese momento.

Estos presos políticos, eran republicanos cuyo único delito era simpatizar con el gobierno republicano, ellos fueron confinados en campos de concentración y las condiciones de trabajo eran totalmente inhumanas. Debido a estas extremas condiciones, muchos presos políticos morían de hambre así como de enfermedades. Las mujeres republicanas se organizaron creando poblados para abastecerlos de alimentos, medicinas y ropa.

Muchos de estos presos, una vez cumplida su injusta condena, no podían volver a sus lugares de origen ya que habían sido desterrados. Volvían pues a trabajar en las obras del Canal en condiciones de “libertos”.

En 2.009 se cambió el nombre de Canal del Guadalquivir a Canal de los Presos, al tramo comprendido entre La Rinconada y Dos Hermanas recuperando así la memoria de aquellos presos.

A día de hoy, la historia viva de aquella época, hijos e hijas de aquellos presos, siguen teniendo miedo, siguen hablando en voz baja sobre esta barbarie.