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El espectacular Real Madrid (de baloncesto)

Estelar.

Así es este equipo.

Mi tocayo Pablo Laso ha conseguido lo más difícil, mejorar si cabe una plantilla que sorprendentemente, no acusa la baja de una superestrella como Luka Doncic, alguien de quien no dudábamos maravillaría a toda la NBA (y con todo lo que le queda por hacer).

Yo pienso que esto es así gracias a la estabilidad que proporciona la buena organización y el cuidado de la cantera, también la permanencia durante varias temporadas de los jugadores extranjeros, lo que les permite imbuirse del espíritu del equipo, y sobre todo, a la labor diaria y constante durante años del entrenador y de Alberto Herreros.

Merece no obstante resaltar especialmente la incidencia que en sus éxitos ha tenido la particular y novedosa visión del juego del entrenador, circulación rápida (rapidísima, diría yo), presión y trabajo constantes, fomentar el espíritu de equipo, y conceder una importancia supina a los triples, no dejándolos solo en manos de un único especialista (algo que ahora están descubriendo esta temporada los “maestros” de la NBA, batiendo así todos los registros de puntuación anteriores).

Y ese ritmo frenético de juego, resulta casi imposible de contrarrestar por los rivales durante cuarenta minutos, con lo cual el último cuarto del equipo resulta absolutamente demoledor.

A ello se une una plantilla muy equilibrada, que permite mantener esa intensidad y esa velocidad en el juego durante todo el partido, junto con la necesaria dosis de fortuna imprescindible en cualquier competición, como por ejemplo el feliz hallazgo la pasada temporada, como consecuencia de la desgraciada lesión de Kuzmic, del que se ha revelado como el pivot más dominante de Europa, el caboverdiano Walter Samuel Tavares da Veiga, y por el que seguramente (no sé ahora quien tenía sus derechos), alguien en los Atlanta Hawks, en los Cleveland Cavaliers o en los Raptors debe estar ahora mismo despedido o tirándose de los pelos.

Junto con la consistencia que aporta el incombustible Felipe Reyes (solo he visto algo parecido en el gordo Barkley), la seguridad que aporta en el tiro el infalible Carrol, la genialidad del anhelado año tras año por la NBA, nuestro querido y admirado Sergio Llull, que casi siempre marca las diferencias, la eclosión del mejor Campazzo, el retorno del deslumbrante Rudy, la solvencia de Causeur, la seguridad del titán Ayllón, la consolidación (por fin) de Randolph, la enorme y pegajosa defensa del especialista Taylor. Y con Thompkins lesionado. Sin olvidar el futuro que se augura: Santi Yusta, Garuba…(atención a estos).

Demasiado para la mayoría de los equipos europeos.

¡A disfrutar de la racha!

Delenda est Moscardó.